Los pueblos indígenas son la clave para la conservación medioambiental. Las ONGs no sirven


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Los pueblos indígenas son claves para la preservación de los bosques del planeta, y las reservas medioambientales que los excluyen sufren como resultado de esa exclusión, según un nuevo estudio del Banco Mundial.
El análisis muestra cómo la deforestación cae en picado hasta sus niveles más bajos cuando los pueblos indígenas continúan viviendo en las áreas protegidas y no se los obliga a marcharse.
En todo el mundo, millones de indígenas son refugiados de la conservación, pero el Banco Mundial dice que la evidencia muestra que “la conservación de los bosques no tiene que hacerse a expensas de los modos de vida locales”.
Mediante datos tomados por satélite de incendios forestales para ayudar a indicar los niveles de deforestación, el estudio mostró que la incidencia fue de un 16% menor en las zonas indígenas, para el periodo 2000-2008.
El 80% de las áreas protegidas del planeta son territorios de comunidades tribales, que han vivido en ellas durante milenios. No es mera coincidencia: los expertos reconocen cada vez más el vínculo entre la presencia de pueblos indígenas y su capacidad para beneficiar a los bosques inhibiendo la deforestación.
El científico Daniel Nepstad describe las tierras indígenas como “la mejor barrera en la actualidad contra la deforestación de la Amazonia”.
Pero a pesar de que el Banco Mundial ha reconocido los beneficios que los pueblos indígenas suponen para el territorio, ha prestado su apoyo a varios proyectos polémicos que amenazan directamente su existencia.
El más famoso de ellos es la financiación por el Banco Mundial en los años setenta del Proyecto Gran Carajás, después de que se descubrieran enormes yacimientos de hierro en Brasil. El proyecto de desarrollo tuvo consecuencias mortales para el pueblo indígena awá de Brasil.
El director de Survival International, Stephen Corry, ha declarado hoy: “Los expertos están admitiendo finalmente el hecho de que respetar el derecho de los pueblos indígenas a permanecer en sus tierras es la mejor manera de garantizar la conservación de los bosques. Es una lástima que no todas las organizaciones conservacionistas se hayan enterado. Aparte de la violación de derechos humanos que suponen sus expulsiones, tales acciones son contraproducentes”.
- El 80% de los lugares con mayor biodiversidad del mundo son territorios de pueblos indígenas tribales que han vivido allí desde hace milenios.(survival-ayi) No es coincidencia. Los pueblos indígenas han protegido la diversidad de las especies de su entorno desarrollando modos de vida que respetan la tierra que aman.
La creación de zonas de conservación ha llevado a la expulsión de cientos de miles de pueblos indígenas. Están entre los millones de “refugiados de la conservación” que hay en el mundo.
Pero no tiene por qué ser así.
Muchas tribus se consideran guardianes de la tierra de sus hijos y de sus nietos, un enfoque que está unido de forma natural a la conservación. Los territorios indígenas ocupan un área de la cuenca del Amazonas cinco veces mayor que las zonas protegidas y son la barrera más importante contra la deforestación.
Estudios científicos basados en datos obtenidos por satélite han demostrado que los territorios indígenas son muy efectivos y de vital importancia a la hora de frenar la deforestación y cortar incendios forestales.

Armas y guardias.
Los 100.000 parques o zonas protegidas del mundo cubren el 12% de la superficie terrestre del planeta y se estima que han generado 130 millones de refugiados de la conservación que han perdido sus hogares y sus modos de vida a causa de estos parques.
Muchos pueblos indígenas se enteran por primera vez de que su territorio se ha convertido en un parque cuando los funcionarios de las agencias de conservación llegan para decirles que dejen de cazar, de cultivar sus tierras o, directamente, que se vayan.
Los guardias forestales, y sus armas de fuego, tienen mucho poder sobre los habitantes del lugar, y criminalizan su comportamiento.
El primer parque nacional, ¿un modelo para el futuro?
El Parque Nacional de Yellowstone en Estados Unidos fue el primer parque nacional del mundo.
Su creación costó la vida a muchos de los pueblos shoshone, pies negros y crow que vivían allí, y sin embargo este modelo de expulsión en nombre de la conservación ha sido exportado por todo el mundo, con efectos devastadores.
Un buen ejemplo es el Parque Nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi en Uganda, donde muchos pigmeos batwa han visto sus vidas destruidas desde que se les prohibió vivir en la zona que una vez fue su hogar.
El espectacular paisaje del Ngorongoro, en Tanzania, es una de las zonas de conservación más famosas del mundo.
Pocos visitantes saben, sin embargo, que en los años 70 las expulsiones que se llevaron a cabo en la otra mitad de la zona, en el Parque Nacional del Serengeti, hacinaron a los residentes masai y a sus animales en la Zona de Conservación del Ngorongoro.
El Ngorongoro.
Luego se prohibió a los masai llevar a pastar a su ganado al famoso cráter del Ngorongoro, cuyos ricos pastos y fuentes de agua eran vitales para los recursos vitales de los miembros de esta tribu que vivían en los alrededores.
Los masai no recibieron ninguna advertencia. Personal paramilitar llegó una mañana y expulsó a las familias del cráter, arrojando sus pertenencias a una cuneta.
El famoso cráter está ahora seriamente degradado. UNESCO ha amenazado con retirar su calificación como Patrimonio de la Humanidad. A principios de 2010, el Gobierno respondió pidiendo la expulsión de los miles de masai que usan el cráter. Se desconoce qué destino les espera.
http://www.survival.es/sobre/parques-y-pueblos