La actitud rebelde e inconformista y la creatividad que los jóvenes desprendemos innatamente provocan miedo y malestar en el poder, puesto que desestabilizan la “armonía” del sistema.

01.Dic.11    Análisis y Noticias

Juventud Vasca: ejemplo de lucha y compromiso ante la criminalización política

La actitud rebelde e inconformista y la creatividad que los jóvenes desprendemos innatamente provocan miedo y malestar en el poder, puesto que desestabilizan la “armonía” del sistema.

HÉCTOR GOIKOETXEA
Desinformémonos

País Vasco. Desde que en el 2007 el Tribunal Supremo Español dictaminó que las organizaciones juveniles Jarrai, Haika y Segi eran “terroristas”, 214 jóvenes han sido detenidos a lo largo y ancho de Euskal Herria, de los cuales 132 fueron encarcelados. Las redadas policíacas que se registraron de provincia en provincia desde el 2007 hasta principios del 2011 se hicieron bajo acusaciones de pertenencia a Segi, actos de kale borroka[1] y otras varias. Todos los rincones de Euskal Herria sufrieron los zarpazos del Estado Español: Oarsoaldea, Lea-Artibai, Gasteiz, Donostia, Uribe Kosta, Hernani, Iruñea, Burlata, Barañain, etcétera.

Todas estas operaciones fueron apoyadas por una impresionante intoxicación mediática. Hay que tener en cuenta, en especial, las detenciones realizadas a partir del 2009, puesto que 100 jóvenes fueron detenidos, de los cuales 90 fueron encarcelados. De ellos, 64 denunciaron delante de un juez torturas y malos tratos. Todas estas detenciones se enmarcan en la “lucha antiterrorista” llevada a cabo por el gobierno español contra todo signo de independentismo vasco y se aplican bajo la “Ley Antiterrorista”. Esta ley permite que durante cinco días los detenidos permanezcan incomunicados, lo que posibilita esas torturas. Los cuerpos policiales utilizan con claros fines políticos el tiempo de incomunicación, buscan la auto inculpación de los detenidos y los nombres de otros jóvenes presuntamente implicados. Son impresionantes las “listas negras” que crearon (listas de nombres de jóvenes que almacenan los cuerpos represivos del Estado para poder proceder a su detención en el momento que más les interese) a raíz de estas auto inculpaciones. Estas listas se proponen servir como instrumento para expandir el miedo entre la juventud vasca. El caso de Nafarroa[2] es de gran relevancia, puesto que han servido de única base para las detenciones realizadas en el 2010.

Sin embargo, esta situación no es nueva. Se ha recrudecido en los últimos cuatro años, pero no podemos olvidar las detenciones masivas en la década de los noventa, de las cuales aún quedan juicios pendientes. Desde el 2000 hasta la fecha el simple hecho de que en una de las supuestas listas de militantes de ETA figurase tu nombre era suficiente para ser detenido, en las llamadas “detenciones preventivas” de principios de la década anterior.

Las razones por las cuales se da esta represión contra la juventud vienen de muy diversos ámbitos. La sociedad padece no solo una crisis económica, sino también una crisis social e ideológica donde los sectores más afectados son las mujeres, los jóvenes y los migrantes. En medio de recortes sociales, de la coartación de los derechos laborales y del cierre espacios libres, las calles están cada vez más controladas y llenas de hormigón.

Frente a esto, la juventud ha gozado históricamente de imaginación, ganas y fuerza para intentar darle la vuelta a la situación. Y esto en Euskal Herria fue totalmente palpable en las últimas décadas del siglo pasado y en las primeras de éste (movimiento punk, el antimilitarismo, movimiento feminista, liberación sexual, ecologismo, etcétera). Es innegable que en Euskal Herria existe un sector juvenil activo en todo tipo de iniciativas: movimientos vecinales, fiestas populares, folklore, grupos de música, sindicatos.

Mientras jóvenes migrantes se movilizaban en París o estudiantes en toda Europa gritaban en contra del proceso Bologna, en Euskal Herria también hubo una gran activación y lucha estudiantil. De la misma manera que en las revueltas de Grecia o Islandia la juventud ha sido el motor principal, como sucedió también en el Norte de África, donde los jóvenes fueron la clave para los cambios políticos. La actitud rebelde e inconformista y la creatividad que los jóvenes desprendemos innatamente provocan miedo y malestar en el poder, puesto que desestabilizan la “armonía” del sistema.

Situación política actual en Euskal Herria

Ha pasado más de un año desde que la Izquierda Abertzale[3] apostó por abrir un proceso para la resolución definitiva del conflicto político-militar en Euskal Herria. Con el camino emprendido en otoño del 2009, iniciamos el camino para acabar con el ciclo de confrontación armada y obtener un escenario de mínimos democráticos. De esta manera hemos encaminado el bloqueo existente en los últimos años y se han conseguido pasos importantes con los diferentes acuerdos alcanzados. La organización armada ETA respondió de manera positiva a la nueva situación política comunicando su compromiso con un alto al fuego general, permanente y verificable.

En este contexto, el Estado Español se encuentra en una encrucijada. En vez de abrir camino al proceso de resolución definitivo, se desvió por otro en el cual se enredó en una espiral de represión queriendo vender una victoria militar. Por lo tanto, con la ayuda del Estado francés se está fomentando una situación de inmovilismo hacia el cambio político y social.

Por todo esto, no nos parece casualidad el ciclo represivo contra la juventud en un lugar donde históricamente el movimiento juvenil ha sido activo, en un momento donde el sistema capitalista está herido y en una Euskal Herria donde la sociedad está dando pasos para un cambio integral y transversal.

Saben de sobra quién es el motor para cualquier cambio. Por ser jóvenes comprometidos o por soñar con la independencia y el socialismo o, en definitiva, por trabajar por una sociedad más justa y libre, la juventud vasca está en el punto de mira. Todas estas operaciones y redadas tienen un claro objetivo: crear pánico entre la juventud y desactivar la disidencia política, para así conseguir la “tranquilidad” que haga perdurar el sistema.

¡Pero no estamos dispuestos a esto! No vamos a acallar nuestra actividad política. Nosotros queremos cambiar a este pueblo. Quizá seamos utópicos, pero tenemos todo el derecho a soñar y entender, reivindicar y construir el mundo de otra manera. El camino emprendido por la juventud vasca organizada comenzó, hace ya más de 30 años, con un claro objetivo: construir una Euskal Herria independiente y socialista. Por encima de todos los obstáculos y dificultades posibles, esta lucha es irreversible y seguirá adelante con todas las consecuencias.

[1] Lucha callejera, en euskera.

[2] Navarra, en euskera.

[3] Nacionalista o patriótica, en euskera.