Dinámicas, abusos, corrientes y partidos detrás de las tensiones de la lucha campesina contra megaproyecto Conga


¿Quién gobierna el país, Humala o Yanacocha?”, declara a CARETAS el presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos, nada más conocer el pronunciamiento por el que la mayor mina de oro de Sudamérica suspende “a exigencia del supremo gobierno y en aras de que se restablezca la paz social” el proyecto Conga. “Pedimos un comunicado del Estado y no de la empresa que declare la inviabilidad de Conga”, exige en nombre del Frente Unitario de Cajamarca, que agrupa a las autoridades locales y las organizaciones de las 13 provincias de la región.
Gregorio “Goyo” Santos, el epicentro de una “revolución ambiental” que ha sitiado por tierra y aire a la ciudad de Cajamarca, tiene la voz rota después de un martes negro. El intento de desalojo de los centenares de campesinos que desde el día 24 permanecen acampados en El Perol, una de las 4 lagunas que serían vaciadas por el mayor proyecto minero del país para explotar a cielo abierto oro y cobre, se ha saldado según la Defensoría del Pueblo con 19 civiles heridos, 10 por arma de fuego, y un policía. La noticia del desalojo policial ha incendiado literalmente la ciudad de Celendín, donde han ardido las oficinas de Minas Conga y de la empresa Lumina Cooper.

Días antes de estos hechos, Santos confesaba a CARETAS que el conflicto se le estaba escapando de las manos. “He hecho todo lo humanamente posible para orientar y contener la situación, pero en estos momentos hay muchos interesados en ver que Cajamarca se desangre”, reconocía después participar junto a al menos 3000 ronderos en una asamblea celebrada en las lagunas de la discordia en la que estuvo presente CARETAS. Entonces, el presidente regional se defendía de las denuncias que lo sindican como el “azuzador” de las protestas y pedía la presencia de Ollanta Humala en la ciudad para sofocar el fuego. “Mi voz se escucha en todos los lugares donde voy, pero mi participación lamentablemente no la ven para generar gobernabilidad”, argumenta el primer presidente rondero que tiene Cajamarca. Militante de Patria Roja y líder campesino con más de 25 años de trayectoria, articuló para las elecciones de 2010 el MAS, un movimiento regional que agrupó a militantes del Movimiento Nueva Izquierda, al partido nacionalista y a diferentes organizaciones sociales.

“El agua es nuestra mina”
Una hilera infinita de caballos, con jinetes de colores, bordea la cima de los cerros hasta perderse en la neblina perpetua de estas montañas verdes, salpicadas de lagunas y bofedales. Ronderos y familias campesinas de los distritos de Huasmín, Sorochuco y La Encañada han iniciado la peregrinación a caballo o a pie en mitad de la noche para alcanzar las alturas de Conga al amanecer y sumarse a la jornada de lucha para dar un ultimátum a Ollanta Humala. “El agua es nuestra mina y no se contamina”, proclaman en carteles en los que amenazan que defenderán las lagunas “con sangre”.
Tras un tortuoso camino de trochas de barro, Conga aparece inmensa a nuestra vista. Aunque el área de explotación según señala Yanacocha es de 2,000 hectáreas, el área total de concesión supera ampliamente esta cifra e incluye una veintena de lagunas que serían susceptibles de ser impactadas por la actividad minera a tajo abierto.

Santos llega hasta la Laguna Cortada en su camioneta del gobierno regional, en la que viaja junto a su único agente de seguridad y 3 funcionarios. Se parapeta en su sombrero cajamarquino y se mezcla con la multitud que camina rumbo a El Perol, comitiva a la que acompañan también las autoridades locales. Hasta estas alturas no han llegado líderes del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca, organización liderada por Wilfredo Saavedra, quien cumplió 10 años de cárcel acusado de pertenecer al MRTA. Mientras que en la ciudad de Cajamarca el Frente de Defensa mueve multitudes y representa la facción más radical que apoya el paro indefinido, en el campo, Santos goza de un amplio respaldo. “¡Goyo, amigo, el pueblo está contigo!”, lo vitorean los ronderos a su paso, los mismos que piden a gritos la dimisión de Humala.

Los campesinos caminan armados con sus instrumentos de trabajo: fuetes, machetes y palos. La presencia policial brilla por su ausencia durante la marcha, ya que la Dinoes se limita a resguardar la maquinaria pesada que opera removiendo tierras desde julio de este año. Un grupo reducido de manifestantes destroza a su paso algunas casetas de vigilancia propiedad de la mina. “¿Dirás la verdad?”, nos pregunta un rondero. “El fuete (látigo) duele”, nos advierte mientras bebe caña. Salvo incidentes aislados, la marcha se desarrolla pacíficamente hasta llegar a El Perol, donde tiene lugar una asamblea en la que familias enteras de comuneros decidirán acampar en las lagunas de forma indefinida hasta que se suspenda el proyecto minero.

Nuestros pies se hunden en un suelo que se asemeja a una esponja. “¿Quien crea ríos y lagunas?”, declara Santos a la prensa en presencia de la multitud antes de abandonar Conga. “Ya se elevaron a nivel de Dios”, dice en relación a la propuesta de Yanacocha: vaciar 4 lagunas, dos para abrir dos tajos y otras dos para acumular desmontes, y trasvasar sus aguas a cuatro reservorios, 3 de uso exclusivo de las comunidades.

“Somos basurero de Newmont”
Ya en la soledad de su despacho, y tras una segunda jornada de protestas y bloqueos, nos expone su propuesta. “En las condiciones actuales Cajamarca no soporta más minería”, sentencia. “Somos campamento y basurero de Newmont (accionista principal de Yanacocha y la multinacional aurífera más grande del mundo)”.
Su región figura en el puesto número 14 en ejecución de proyectos financiados por el canon y las regalías, con un 43.9% de su presupuesto ejecutado a noviembre de 2011. “El canon se podría gastar más eficientemente si el propio Ministerio de Economía nos permitiera gastar en actividades que movieran los indicadores de pobreza rural, entre ellas la contratación de los 3,000 médicos que nos hacen falta”, argumenta.

El gobierno de Cajamarca afirma que según su plan de desarrollo necesita 2,000 millones de soles, un monto que está garantizado con la explotación de Yanacocha, Cerro Corona y La Zanja. “Con estos 3 megaproyectos ya hemos dado nuestra cuota de sacrificio al Perú”, sostiene Santos.

Antes de aprobar la explotación de nuevos proyectos en Cajamarca, la región pide la modificación del estándar de calidad de agua, que permite que las mineras devuelvan agua calidad 3, solo apta para el uso en ganadería y agricultura, lo que supone cuantiosos gastos al municipio de Cajamarca para convertir en potable el agua que bombea Yanacocha. También denuncia la ausencia de un fondo de compensación para mitigar los pasivos ambientales. “¿Cuánto nos van a costar las miles de hectáreas removidas y cianuradas?”, pregunta Santos, que al cierre de esta edición mantiene su apoyo al paro.

Con Conga o sin Conga, Santos se encuentra ante una verdadera encrucijada. Según el Ministerio de Economía, Cajamarca tiene S/. 1,000 millones en ahorros provenientes del canon en manos del gobierno regional y los gobiernos locales. No es poca cosa. Pero ante las enormes necesidades de Cajamarca, con un 49,1% de pobreza, resulta una cifra exigua. En él se cifran las grandes expectativas de bienestar de una de las poblaciones más pobres del país. En 2015, el presidente regional deberá rendir cuentas por su gestión de gobierno. La trifulca esta semana es una pichanga ante la responsabilidad de gobernar.(Escribe: Beatriz Jiménez)