La palabra andante
Leopoldo Chassin Ramírez
Domingo 19 de Febrero de 2012
Los gobernantes
Recién regreso de tratar con algunos de los gobernantes del caracol o Junta del Buen Gobierno Corazón Céntrico de los Zapatistas Delante del Mundo de Oventic, localizado en el municipio de San Andrés Sakamch´en de los Pobres, Chiapas. En la entrada a la comunidad hay un letrero que dice “Usted está en territorio zapatista. Aquí el pueblo manda y el gobierno obedece”. En los caminos de Chiapas, si viaja por ellos, encontrará un sinnúmero de letreros con leyendas parecidas o iguales. La diferencia inmediata que uno nota entre una comunidad zapatista y una que no lo es, es que en ellas no encontrará un solo bolo, es decir no hay borrachos, en las otras encontrará bolos tirados por doquier.
Al entrar al caracol, mi compañera Fitz y yo conversamos con una miliciana de nombre Hortensia, acompañada de su crío de cinco años, Miguel Ángel, que recién salían de su guardia en el acceso a la JBG y que regresaban a su casa a dos horas de camino. El frío y la neblina era de los mil diablos, ambos zapatistas calzaban huaraches, sonreían seguramente al vernos, forrados de ropa y botas; ellos como si nada. En el acceso, otra miliciana con paliacate nos recibe y pregunta el motivo de la visita, una vez cumplido el requisito pasamos al caracol.
Nos reciben cinco integrantes de la JBG con quienes dialogamos, eran una mujer y cuatro hombres, todos cubiertos con paliacate o pasamontañas. Estos jóvenes gobernantes, tienen la tarea encomendada por su comunidad de representarlos en la JBG y resolver los problemas que se presenten en la región que gobiernan. Los gobernantes laboran sin recibir sueldo alguno, mientras, la comunidad de donde provienen se encarga de proporcionar a la familia del gobernante lo necesario mientras están en funciones. Los periodos de gobierno son variables, los determina la comunidad en común acuerdo con la JBG. No hay clase política profesional, los gobernantes rotan continuamente.
Los desgobernantes
Comenzaré por describir a los desgobernantes, es decir a los malos gobiernos, los que trabajan al servicio de los dueños del mundo y de los grandes capitales -los zapatistas los llaman tienderos por operar como dependientes de algún almacén, entregando las mercancías-, son los que uno a uno de los empelados se aplica y ha esmerado en dejar satisfecho al comprador. La descripción quizá está de más, pues nosotros tenemos años padeciendo su falaz proceder.
Cuando me refiero a los malos gobiernos incluyo a los tienderos del mundo y por supuesto a los de México, con sus subalternos, gobernadores de los estados y presidentes municipales con sus respectivos lacayos. Es la llamada clase política.
En el mundo de desgobierno
Si a vuelo de pájaro revisamos algunos malos gobiernos en el mundo, encontramos que en los años 70 y 80, en Latinoamérica los gorilas -y perdón a los gorilas, por referirnos así- es decir, los militares que asaltaron el poder siguiendo las instrucciones del imperialismo yanqui, entregaron a las multinacionales gringas las riquezas de cada país, minería, petróleo, bosques, agua, costa y el control de puertos, aeropuertos, ferrocarriles…
En los países árabes, los norteamericanos, se apoderaron del petróleo y los lugares estratégicos militarmente para acosar a la extinta Unión Soviética.
En África, pasó algo parecido para apoderarse de la biodiversidad y recursos naturales y minerales.
El mundo entero se convirtió en el mercado de las empresas multinacionales que actualmente controlan el comercio y por tanto los precios de las mercancías, especulando con las necesidades de los compradores.
En México
En nuestro país no hubo la necesidad de poner a un gorila, los gobiernos dóciles de Miguel Alemán hasta el de Ernesto Zedillo, todos priístas, fueron entregando paso a paso la riqueza que nos pertenecía a todos los mexicanos, así, de más de dos mil 500 empresas estatales, hoy si caso quedan menos de 200, siendo Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad las principales. El Tratado de Libre Comercio firmado por Carlos Salinas, dejó la agricultura y ganadería y por consiguiente a los campesinos en la ruina. Los tienderos priístas se aplicaron en complacer a sus patrones.
Los dos panistas Vicente Fox y Felipe de Jesús Calderón, que nos han malgobernado, aceleraron el paso y dejaron a México en ruinas; Pemex y CFE hoy están siendo controladas por multinacionales, desaparecieron a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro; han convirtiendo a nuestro país en uno de los principales compradores de gasolina en el mundo, así como alimentos básicos: maíz, frijol, arroz y diversas carnes. Los panistas superaron a los priístas, resultaron mejores tienderos. El permiso de Calderón para sembrar maíz transgénico de Monsanto, es uno más de los buenos oficios de los panistas con sus amos.
Total, priístas y panistas en la Presidencia de la República, entregaron minería, los puertos, las playas, aeropuertos, ferrocarriles, siderúrgicas, las mejores tierras, la biodiversidad, petróleo, electricidad, todo ello con el fin de entregar al país dejándolo a merced de los especuladores de alimentos y productos básicos para el consumo interno.
Los perredistas no han llegado al poder presidencial, pero en los malos gobiernos estatales han entregado riquezas que son propiedad de todos los mexicanos, mostrando así que todos tienen la misma vocación.
En Michoacán tuvimos diez años de perredismo y entregaron humedales, carreteras, pueblos mágicos, La Palma, deuda contraída con bancos…
En Baja California, entregaron playas a empresas hoteleras y turísticas a precios indignantes y por supuesto les proporcionaron agua, electricidad, carreteras, dispensa de impuestos…
En el Distrito Federal, las obras en el Centro Histórico, Paseo de la Reforma, dobles pisos, Arco Poniente, cobro de agua, limpieza de mugrosos en las zonas turísticas…
Igual de serviles que los del prian
Los salarios
Es claro que ningún malgobernate trabajaría sin cobrar salario como en las JBG zapatistas, tampoco lo harían por digamos, diez salarios mínimos. El salario de un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es de 500 mil pesos mensuales; el del presidente 230 mil, el de un gobernador 200 mil; el de un presidente municipal 200 mil; un senador 190 mil; un diputado 150 mil.
¿Habría tantos tiradores a formar parte de la clase política si los salarios fueran los que gana un minero, un trabajador de la construcción, un profesor de primaria…?
Por eso ocupas, altermundistas, indignados, desobedientes repiten: “¡Que se vayan todos, que no quede ninguno!” “El pueblo quiere que caiga el régimen” “¡Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir!” “Democracia real ya”. “Somos personas, no productos del mercado”. “No los votéis”. “Somos personas distintas, unos nos definimos anarquistas, otros como altermundistas, feministas, ecologistas, agroalimentarios, educación popular, etcétera” “Tenemos derecho a indignarnos” “Para nosotros nada, sólo queremos educación digna” “No dejes que decidan por ti” “Los sicarios económicos”…
La última y nos vamos
Un reto para los presidenciables. ¿Estarían dispuestos a bien gobernar con un salario que no fuera ofensivo para los trabajadores asalariados? Es obvio que el reto no será siquiera tomado en cuenta.
Colectivo Utopía de La otra campaña.
Correo: leopoldo.chipichipi@gmail.com