Se reunieron más de 40 organizaciones comunitarias y civiles en San Cristóbal de las Casas
Realizan Encuentro sobre Memoria Histórica contra la violencia de Estado
Rechazan la propagación del miedo para contener nuestras legítimas formas de resistencia
Hermann Bellinghausen
Periódico La Jornada
Sábado 3 de marzo de 2012, p. 20
Ante la urgente situación y la coyuntura que estamos viviendo a escalas mundial, regional y local, vimos la necesidad de encontrarnos para dialogar como protagonistas de nuestra propia vida e historia, como actoresde cambio, declararon más de 40 organizaciones comunitarias y civiles luego de reunirse los días 28 y 29 de febrero en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en el Encuentro sobre Memoria Histórica, con la intención de explorar alternativas contra la violencia de Estado.
Determinaron afianzar la construcción de alternativas en movimiento que frenen y transformen las condiciones estructurales y sistémicas que han desatado la violencia de Estado y otras violencias entrelazadas: la estructural (pobreza, hambre, enfermedades, exclusión, marginación, discriminación, desplazamiento forzado, migración forzada y asesinatos, entre otros); de género (misoginia, discriminación, racismo, hostigamiento sexual, tortura, feminicidios, violación sexual, trata de personas, entre otras), y sistémica (explotación laboral, trabajo forzado, despojo territorial, devastación ecológica, condicionamiento en la participación política, entre otros).
Los participantes coincidieron en rechazar la militarización, el paramilitarismo, la guerra de baja intensidad, la contrainsurgencia “y la subordinación a los supuestos imperativos de ‘seguridad nacional’, ‘libre comercio’, luchas ‘antiterrorista’ o ‘antidrogas’, y sus efectos en el control territorial y poblacional”.
De manera particular, las organizaciones se comprometieron con la lucha de la sociedad civil Las Abejas por la verdad, justicia, reparación y no repetición, y contra el persistente festín de impunidad reflejado en la liberación de seis autores materiales más de la masacre de Acteal, y la falta de procesamiento de sus autores intelectuales, que ha provocado el cinismo de Ernesto Zedillo en el ámbito internacional, con la protección del gobierno de Calderón y la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Denunciaron las formas silenciosas de violencia de Estado, la propagación del miedo para contener nuestras legítimas formas de resistencia, y dijeron apostar “a la defensa de territorio y vida contra megaproyectos y el despojo territorial, como en Centla (Tabasco) y Cerro de la Tortuga (Morelos), que enfrentan la destrucción de flora, fauna y medio ambiente, o bien Tila, San Sebastián Bachajón y comunidades de Montes Azules, a quienes se les pretende despojar de sus tierras legítimas.
Insistieron en la lucha por la autonomía y la justicia comunitaria, la democracia participativa y directa, la seguridad, la reconstrucción territorial contra la violencia de Estado y la concreción de los Acuerdos de San Andrés, a 16 años de su firma, hoy una ley vigente para los pueblos que luchan, por lo que saludaron a las bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional por su ejercicio del derecho a la resistencia y la autonomía.
Se manifestaron contra las desapariciones forzadas en Coahuila y el este del país, resultado de la guerra declarada por el gobierno federal, la militarización del territorio y más de 60 mil muertos. Reivindicaron los derechos a la libre movilidad (migrar o no migrar, ni ser desplazado); a la hospitalidad, refugio, asilo, santuario, y asistencia humanitaria de migrantes. Al respecto, rechazan los retrocesos legales reflejados en nuevas leyes de Migración, Refugio, Trata de Personas y sus reglamentos y en la nueva ley para la atención y protección de la población desplazada internamente en Chiapas.
A nivel chiapaneco firman el pronunciamiento Amnistía Internacional, Centro de Derechos de la Mujer, Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, Comité de Defensa de la Libertad Indígena Xinich, Las Abejas, comités de derechos humanos j’Canan Lum y Oralia Morales, ejidos de Jotolá, Tila y San Sebastián Bachajón, adherentes de la otra campaña. También: Colectivo Actoras de Cambio (Guatemala), Frente Sindical Campesino de Tabasco, comunidad Cherán (Michoacán), Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos (Coahuila), Equipo Indignación (Yucatán), Maderas del Pueblo del Sureste, Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, y Refugio la 72-Centro de Derechos Humanos Usumacinta, entre otros.