18-04-2012
Kintto Lucas explica por qué dejó la Vicecancillería
“La derecha que está dentro del Gobierno quiere el TLC con Europa”
Santiago Zeas B.
Diario El Comercio
Kintto Lucas explica por qué dejó la Vicecancillería. Dice que 5 colaboradores identificados con la derecha convencieron al Presidente de retomar la negociación.
Con la salida de Kintto Lucas de la Cancillería, la tendencia del Gobierno identificada con los principios de izquierda parece ingresar en una fase de declive.
Este periodista fue una de las voces más críticas del Régimen, que no dudó en expresar en público su desacuerdo con políticas como la negociación de un acuerdo comercial con Europa.
Una vez que ya no ocupa un cargo oficial, el ex Vicecanciller explica en detalle las razones de su salida y realiza una reflexión crítica del rumbo del Gobierno.
¿Por qué no asistió a la posesión de 70 diplomáticos seleccionados bajo un modelo en el que usted aportó?
Estuve involucrado en la reestructuración de la Cancillería. Dentro de eso estaba la incorporación de nuevos terceros secretarios bajo un nuevo esquema. Pero no participé en el proceso de elección de los nuevos funcionarios.
¿Su ausencia no puede interpretarse como una señal de distanciamiento con el Gobierno y con la conducción de la Cancillería?
Se puede interpretar como que tuve mucho trabajo. Si bien era Vicecanciller, ya no asistía a ninguna actividad oficial. Ni a ruedas de prensa ni al taller de cónsules.
¿Eso no evidencia cierta molestia porque el canciller Ricardo Patiño fue quien informó de su renuncia?
Creo que sí fue un error (de Ricardo Patiño).
¿Por qué?
Habíamos acordado en anunciar mi renuncia en el momento en que dejase mis actividades. Renuncié el 22 de marzo, después de que el Canciller regresara de Bruselas. Conversamos y le entregué mi carta de renuncia. Le había dicho que si el país iba a las negociaciones del tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE) yo renunciaba. Aunque ya hace tiempo que yo quería salir de la Cancillería…
¿Qué le motivaba por entonces irse de su cargo?
Estaba cansado que me atacasen. Pero si se daba el hecho de una negociación de un TLC con la UE iba a renunciar antes. Eso fue lo que ocurrió. Después de la reunión que el 19 de marzo Ricardo (Patiño) tuvo en Bruselas, conversamos por teléfono y le dije que iba a dimitir. Creo que ir a una negociación es ir a la imposición de Europa de un TLC.Tenemos un equipo negociador que más parece un grupo de embajadores de los países europeos.
¿No es cierto que se vaya a negociar un acuerdo comercial para el desarrollo, como lo dicen el presidente Rafael Correa y el canciller Patiño?
El Presidente y el Canciller pueden aspirar a determinadas cosas, pero yo sé muy bien cómo se han llevado las negociaciones. Sé muy bien que hay un grupo que es el que finalmente se impone. Hay mucha información que ese grupo no entrega ni a otros ministros de Estado.
¿A quiénes se refiere?
Ni al Secretario Nacional de Planificación. Él tiene que pedir de favor que le entreguen la información sobre las negociaciones con la UE. Por otro lado, he visto el desespero que los negociadores tienen por firmar el acuerdo. No tienen voluntad de negociar, sino de suscribir lo que el bloque europeo quiera. Hay sectores de poder que están presionando.
¿Esos sectores de poder están dentro del Gobierno?
Hay representantes dentro y fuera del Gobierno. La derecha que está dentro y fuera del Gobierno tiene una gran capacidad de unirse y trabajar en conjunto. En cambio a la izquierda que está dentro y fuera del Gobierno le cuesta unirse y no sabe cómo trabajar. Da pena que la izquierda del Ecuador no pueda disputar la correlación de fuerzas.
¿Quiénes son parte de ese grupo de la derecha que está dentro del Gobierno?
Para ir a una negociación soberana primero se debe cambiar totalmente el equipo negociador. Además, debería involucrarse todo el Gobierno, como el Secretario de Planificación. Nos están diciendo diferentes cuentos: que en Centroamérica fue un acuerdo de asociación, luego dijeron que es un acuerdo multipartes y ahora a alguien se le ocurrió decir que es un acuerdo para el desarrollo. Entonces como los europeos son vivos enseguida hicieron suyo ese nombre, al igual que unos cuantos empresarios ecuatorianos. Están usando un disfraz.
¿Y cree que su renuncia sirva de algo en este tema?
Espero que sea un llamado para que el Presidente instruya a suspender cualquier negociación y que aquí se termine el tema. El Presidente sabe que ir a una negociación es ir a un TLC.
Pero es Correa quien sale a decir que quiere negociar un acuerdo comercial para el desarrollo con Europa.
Si tiene a cinco colaboradores que repiten que hay opción de negociar, es obvio que pueda escuchar y poner a prueba el tema…
¿Quiénes son esos colaboradores que usted identifica con la derecha?
Claramente son los miembros del grupo negociador, el Viceministro de Comercio (Francisco Rivadeneira), la Embajadora en Estados Unidos (Nathalie Cely), el Ministro de la Producción (Santiago León) y alguna otra gente que está por detrás.
¿Entonces esa visión de derecha es la que se está imponiendo en el Ejecutivo?
Ellos representan la visión de seguir dependiendo de los centros de poder. El problema es que en el Gobierno se había definido ir a conversar hasta tener claro qué es lo que quería Europa. Y está claro que ellos quieren un TLC.
¿Esa no es su interpretación sesgada del tema?
Tengo todas las cartas de los comisionados europeos que dicen claramente que lo que desean es un TLC y que no va a ser distinto al de Colombia y Perú.
¿Pero no le llama la atención que Patiño, con quien se supone comparten una línea ideológica, sea quien haya viajado a Bruselas a descongelar las negociaciones?
La idea de esa visita era escuchar a Europa y cerrar la puerta a la negociación. Eso es lo que esperaba. Ricardo debe estar convencido de que se puede negociar algo distinto a un TLC.
¿Un Canciller ingenuo o pragmático?
No sé. Quizás está convencido o lo han convencido de que se puede negociar otra cosa. Más allá de estos ‘grupejos’ hay muchos poderes de fuera que presionan. Esos grupos de poder se vinculan con los medios. Me atacaron por todo lado y nunca me dieron chance de defenderme.
¿Esta entrevista no deja sin piso su afirmación?
Sé que ahora estoy hablando, pero mañana saldrán cinco, seis o 25 a criticarme. Siempre fui mariscal de las derrotas, pero jamás dejé mis principios.
¿Su renuncia a la Cancillería significa un rompimiento político con el Gobierno?
No. He sido crítico en determinados aspectos, tanto adentro como fuera del Gobierno. Siempre he dicho que no era una revolución, sino un Gobierno en disputa con determinadas posibilidades de cambio. Ha sido el mejor Gobierno en muchos años en el país, pero que también tiene errores.
¿Qué errores?
No saber dialogar con el movimiento indígena, que tampoco ha sabido conversar. Ningún Gobierno de cambio puede avanzar sin la participación del mayor conglomerado social y organizativo. Con todas las contradicciones del movimiento indígena, no se puede pensar un proyecto político de cambio sin él.
¿Qué otra falla de bulto ha tenido el Régimen en 5 años?
El modelo productivo. El Ministerio de la Producción se ha preocupado más en fomentar a la gran agroindustria antes que a los medianos y pequeños productores. Hay un modelo excluyente. Algo igual ocurre en el campo agrario.
¿Cuál es su futuro?
Voy a volver al periodismo.
¿No le preocupa regresar al oficio en el actual clima de crispación, con un Gobierno que acosa a periodistas?
Creo que tiene que haber una ley de medios, así como un trabajo distinto de los medios.
¿Y es necesario un cambio de actitud del Presidente?
Yo dije que estaba en contra de los juicios a periodistas. Fue un error el juicio contra El Universo.
¿Por qué?
Porque no se debía hacer el juicio. Y si el Presidente lo hacía, debía ir hasta el final. El editorial de Emilio Palacio era una calumnia, pero él era un columnista al que no leía nadie. Se hizo famoso gracias al juicio. Pero por más que haya calumniado no había derecho a meterlo preso tres años. Por eso yo no lo hubiese procesado…
¿El Presidente perdió el sentido de las proporciones?
Así es . Ahora Palacio recibe hasta premios, cuando en el país sí hay excelentes periodistas.
¿Y la demanda a Juan Carlos Calderón y Christian Zurita, autores del libro ‘El Gran Hermano’?
Es un juicio distinto. Una cosa es enjuiciar a El Universo que representa un poder y otra diferente procesar a dos periodistas que hicieron una investigación. Ahí sí se hizo un juicio a dos periodistas, que no era necesario.
¿Los juicios a la prensa fueron un problema innecesario?
El Presidente pudo haberse ahorrado un dolor de cabeza.
¿Cierra la opción de colaborar con el Gobierno?
No pienso participar en otra función. Tuve un ofrecimiento al que desistí. Sigo confiando en el Presidente, aunque lamentablemente se desgasta demasiado en este tipo de cosas. Y en ocasiones lo hacen degastar demasiado en otras. No salgo a aceptar ningún otro tipo de cargo. Sino sería renunciar con piola.
¿Piensa que el proyecto original del Gobierno se ha desfigurado en este lustro?
Creo que no ha logrado llevar a cabo su proyecto original. Los sectores que se oponen al proyecto logran su objetivo. En los gobiernos progresistas hay una puja entre determinados sectores. La diferencia es que en Brasil y Uruguay se identifican las tendencias políticas que existen en los partidos y coaliciones.
¿Y en Ecuador?
Aquí todos se pueden esconder dentro de todo. Todos pueden ser de izquierda en determinado momento y luego de izquierda o del centro, según su conveniencia. Alianza País recién nace y no se sabe quién es quién.