Inglaterra inicia privatización de la policía


REINO UNIDO | DEMOLICIÓN DEL SECTOR PÚBLICO

Cameron inicia la privatización de la policía británica

El Gobierno ‘tory’ de David Cameron justifica en la crisis económica la privatización de actividades policiales.

Rubén H. Vivancos / Londres
Diagonal

Ni la policía se libra de los tijeretazos. La marea de recortes y privatizaciones que recorre Europa en la carrera por la reducción del déficit público se lleva por delante también, en Reino Unido, a los agentes del orden. El premier británico David Cameron ha diseñado un plan para privatizar parte de la policía, plan que se engloba dentro de un proceso de reestructuración de los servicios públicos destinado a adelgazar el Estado del bienestar. Serán empresas privadas las que se encargarán de patrullar las calles, investigar delitos, e incluso detener a sospechosos, lo que podrá dar pie a abusos policiales, según señalan los detractores del plan.

El proceso de privatización se empezará a concretar esta misma primavera. Dos de las principales fuerzas policiales de Reino Unido, en los condados de West Midlands y Surrey, ya han aceptado ofertas de compañías privadas de seguridad para que sean transferidos parte de sus servicios, según fue filtrado a la prensa británica a principios de marzo, lo que ha generado airadas críticas por parte de la oposición y los sindicatos de la policía.

Desde el sindicato Unison, que en Reino Unido agrupa a los empleados públicos, Ben Priestley denuncia que la privatización de las fuerzas policiales es un “experimento sumamente peligroso” que puede traer consecuencias “nefastas” para el país y puede significar un “grave retroceso” en los derechos de los ciudadanos. “Los agentes van a tener menos responsabilidades para con los ciudadanos, a quienes se les será negado el derecho de acudir a la Comisión Independiente de Quejas a la Policía cuando tengan un problema”, asevera Priestley.
Con la privatización, la policía de West Midlands podrá despedir a más de 2.700 agentes en los próximos dos años

El diputado John Prescott, quien fuera mano derecha de Tony Blair, lidera una campaña desde las filas laboristas para frenar la privatización policial. Exige que estas medidas sean sometidas a una consulta popular. “No se puede emprender esta transformación tan descomunal, que supondrá un severo revés en la confianza que los ciudadanos tienen en la policía, sin ofrecer la oportunidad a los electores de expresar su opinión”.

Para Prescott, las medidas privatizadoras, que el gobierno conservador justifica por el actual contexto de crisis económica –ha destinado un 20% menos de presupuesto a la policía este año– significan en realidad un cambio hacia un nuevo modelo que impulsa un deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores. “El sector privado proveerá a la función pública de empleados con sueldos inferiores a los de los agentes, que asumirán sus funciones más rutinarias”, subraya el diputado laborista. Con la externalización de servicios, la policía de West Midlands se ahorrará el sueldo de hasta 2.764 agentes, que podrán perder su empleo en los próximos dos años.