Elecciones griegas: Una bomba de relojería dormida que asusta a Europa


Elecciones griegas: Una bomba de relojería dormida que asusta a Europa
30/04/2012 ÍÑIGO DOMÍNGUEZ (COLPISA)

Celebra elecciones generales anticipadas -tocaban en octubre de 2013- por agonía del Gobierno socialista, que murió en noviembre con la dimisión de Giorgios Papandreu

“Una alianza de los eternos rivales, los dos grandes partidos PASOK y ND, los únicos comprometidos con el respeto a los acuerdos adoptados, puede ser la menos mala de las soluciones”

Nadie habla de ello, pero Grecia puede volver a irrumpir como problema grave en la agenda europea el próximo domingo. Celebra elecciones generales anticipadas -tocaban en octubre de 2013- por agonía del Gobierno socialista, que murió en noviembre con la dimisión de Giorgios Papandreu, sustituido por el tecnócrata Lucas Papademos. Solo el tiempo justo para atar el segundo plan de rescate y cerrar la quita de la deuda en manos privadas, una quiebra controlada con la aceptación de una pérdida del 53,5%, y el país ya está en las urnas.

Por fin el pueblo va a hablar después de dos años de recortes brutales, con la evidente objeción democrática de que nadie votó a Papandreu para eso, aunque él mismo se encontró el pastel al descubrir que las cuentas estaban trucadas. Y lo que el pueblo va a decir puede ser un gran alarido de protesta. Si alguien quiere pegar el pelotazo en las elecciones del 6 de mayo hay algo que no falla: promete mandar a la porra a la UE, el Banco Central Europeo y el FMI -la llamada ‘troika’ que dirige la imposición de tremendos planes de austeridad- y, ya puestos, incluso sacar al país del euro.

Los sondeos dan a partidos con estas ideas, antes marginales, amplia representación parlamentaria al superar varios de ellos el 3% de los votos. La razón es obvia: los griegos están hartos de recortes y huyen en masa de los dos partidos tradicionales, el socialista PASOK, que ha aprobado las medidas de ajuste en el Gobierno surgido en 2009, y el conservador Nueva Democracia (ND), culpable del agujero en las cuentas en la legislatura anterior y que, además, en noviembre entró también en el actual Ejecutivo.

Si Grecia lleva dos años estresando a Europa con un Gobierno medio normal, mejor ni pensar qué puede pasar con uno raro. En la UE procuran no ponerse nerviosos ante la posibilidad de que por enésima vez todo salte por los aires, y desde Bruselas, ya a la defensiva, se subraya que lo firmado es innegociable. En teoría, el nuevo Ejecutivo no podrá inventarse nada y le toca firmar nuevos ajustes por 11.500 millones para 2013 y 2014.

En Grecia reina una gran agitación. Probablemente son las elecciones más importantes de sus casi cuarenta años de democracia. Se presentan 32 siglas, un récord comparado con las 23 de las últimas listas, y los sondeos prevén la entrada de hasta diez formaciones en el Parlamento, incluidos comunistas a ultranza y neonazis, frente a las cinco de los anteriores comicios. Mientras PASOK y ND han acumulado desde 1974 el 80% de los sufragios, esta vez puede que ningún partido supere el 20%. Será el fin del bipartidismo de toda la vida. ND y su candidato, Antonis Samaras, son favoritos, aunque se deberían conformar, como mucho, con un 25% de los votos, mientras el socialista Evangelos Venizelos puede que caiga hasta el 10%.

Estado de ánimo

El conjunto de la izquierda más radical vampiriza el derrumbe del PASOK y sube de un 12% de los votos en 2009 a un 30%. Además de los comunistas de KEK, se disparan el partido SYRYZA, con un 13%, e Izquierda Democrática, de Fotis Kuvelis, el político mejor valorado. Las siglas de extrema derecha también ascienden de un 5% a un 15%, y entre ellas aparece el partido neonazi Chrysi Avgi (Amanecer dorado), dirigido por un exmilitar, al que los sondeos dan hasta un 5% y puede ser la gran sorpresa.

Una alianza de los eternos rivales, los dos grandes partidos PASOK y ND, los únicos comprometidos con el respeto a los acuerdos adoptados, puede ser la menos mala de las soluciones, si es que tienen los escaños suficientes. En el mejor de los casos surgiría un Gobierno de coalición, con combinaciones inciertas, y que corre el riesgo de ser inestable. En el peor, con un resultado sorprendente, un gabinete que rompa la baraja y el guión marcado por Europa y los organismos internacionales.

En cualquier caso, noticias poco tranquilizadoras para los mercados, que a partir del domingo pueden empezar a marear las bolsas con un nuevo temor a una quiebra en Grecia. Si es que no empiezan a hacerlo ya. Los sondeos son los que son, pero quizá reflejen más el estado de ánimo que la intención real de voto. La gran pregunta es si en el último momento pesará más el cabreo o la sensatez.