La flauta rota no atrae ratones

18.May.12    Análisis y Noticias

Un aire fresco recorre Chile, así como muchos otros países, es el aire de la democracia que agita las hojas de los árboles burocráticos que no dejan ver el bosque social. Pero no aquella farsa democrática sustentada en las actuales instituciones, que también están en el ojo del huracán en que se está transformando la nueva corriente de aire que esta vez se despliega como hojas secas que van a alimentar a la madre tierra como nuevo estilo de abono en una nueva manera de entender la democracia participativa, desde abajo, desde el encuentro y en asambleas vecinales. Las dinámicas marchitas encuentran en la retroalimentación con las formas de vida comunitaria y una reingeniería de lo ecológico el rol de esas hojas reinsertándose en la tierra para florecer nuevamente. Asistimos al otoño social que recibe la lluvia de iniciativas que permitirán la primavera emancipatoria.

El agotamiento de la política tradicional y de los partidos que la sustentan va parejo con las crisis económicas que parecieran que van a hundir los barcos de los que huyen las ratas pavoridas sin flautista que las reacomode en la vieja disciplina. Europa se estremece con los indignados españoles e ingleses, los partidos conservadores caen estrepitosamente como castillos de naipes trasparentes a través de los cuales es posible ver más allá, hacia las personas de carne y hueso, ya no más cifras estadísticas ni estructuras-prisiones sociales, sino seres humanos saliendo del pantano del inconformismo-conformista para manifestarse de nuevas maneras, que a diferencia de las protestas, ahora contienen propuestas y no sólo eso, sino que formas de llevarlas a cabo a contrapelo de la ofensiva institucional contra esas modalidades de resistencia-construcción. También se ha ido superando la vieja dicotomía entre lo institucional-dominante y el potencial autónomo de las multitudes y comunidades que ahora pueden sentirse con fuerzas como para disputar terrenos antes prohibitivos, a saber, las elecciones, que se caracterizaban por la bendición y legitimación al mismo sistema que oprime, lo que llevaba a las dinámicas anti-sistémicas simplemente a obviar el terreno de disputa de preferencias jacobinas de un electorado domesticado pleno de mansedumbre. Actualmente vemos en Grecia como una nueva izquierda gana terreno dejando atrás a la izquierda tradicional, para conducir la reconversión de ese país tomando distancia de las cadenas del Euro, la Antipolítica en Italia transformando la energía de los indignados de ese país en caudal electoral en la forma de voto protesta, ya no abstencionista, sino como un oleaje que estremece las rocas sistémicas sin subordinarse a ellas, sino manteniendo y desarrollando las formas alternativas de otra Economía y una democracia vecinal que asegura que sea la población la que pueda incidir en las instituciones donde ello sea posible sin condicionar allí “arriba” la continuidad de una nueva construcción desde abajo, lo que evita la transferencia de la soberanía popular a los representantes que se distancian de la gente y permite mantener en el espacio-tiempo la expresión y desenvolvimiento de la potencia de la gente que con sus propias manos va diseñando el futuro como una sucesión continua de presentes constructivos, ya no más la promesa del cambio, sino el cambio aquí y ahora paralelamente con el control donde sea posible de los aparatos de poder público que siempre responden al poder social, sea del empresariado, sea esta vez de la autoorganización en barrios y municipios. La democracia barrial y el autogobierno de comunidades se están perfilando como los sujetos conductores de estos nuevos procesos que no aceptan la pasividad y la espera de si la autoridad va a solucionar los problemas, cosa imposible, pues la máquina es antagonista con las necesidades sociales, sobre todo si la población permanece separada los unos de los otros, condición básica para la continuidad de la dominación.

Mientras construíamos fuerzas por abajo, el sistema se fortalecía más, ahora esas fuerzas, aún en desarrollo, pueden introducir su cuña en las instituciones municipales y permitir así los saltos cualitativos y cuantitativos necesarios en los procesos autónomos de sujetos empoderados, no porque los vaya a efectuar la institución municipal, sino porque pasa a ser dirigida desde abajo, desde la propia dinámica social, no por los representantes del pueblo, sino por las asambleas vecinales que determinan programas y prioridades en dependencia del ritmo de sus propias modalidades de construcción de las nuevas relaciones sociales comunitarias que irán sustituyendo las relaciones capitalistas, ya no más un estado que lo haga en nuestro nombre, sino en cada localidad avanzando hacia y desde las otras.

Entre los indignados españoles ha ido predominando la práctica de ir conformando asambleas barriales para consolidar esta nueva oleada en que la protesta masiva se constituye en propuesta activa descentralizando los objetivos para, en vez del asalto al poder para provocar cambios, plantearse la conquista de los municipios para acumular las capacidades necesarias para constituir un nuevo “centro” subordinado a las localidades. Los zapatistas en México han formado los municipios autónomos y no participan en las jornadas electorales priorizando el proceso de constitución de redes por abajo hasta tener capacidades de entrarle a la institucionalidad con lo que ellos denominan un buen gobierno, ya que han declarado que no participan porque ninguno de los candidatos representa efectivamente los intereses populares, lo que a contrario sensu se interpreta como que lo harían si lo hubiera. Las comunidades originarias priorizan por el autogobierno y la autonomía, sin embargo, muchas de ellas proponen y actúan en consecuencia: avanzar hacia procesos constituyentes por abajo hasta conformar dichas redes, en tanto otras participan derechamente en los procesos electorales conquistando municipios y formando parte de alianzas gubernamentales, que por su vez no han sabido mantener el respeto hacia las directrices emanadas desde abajo y han caído en la vieja práctica de mandar desde arriba, de esa manera es la consolidación de la autonomía local la que puede asegurar una dirección de los asuntos públicos en función de los intereses de la población.

En Chile asistimos al surgimiento de movimientos y dinámicas dentro de las cuales disputan los que quieren conducirlos por arriba hacia acumulaciones electorales centralistas y aquellos que, concientes de la necesidad del empoderamiento barrial y comunitario, dirigen sus esfuerzos a la consolidación de capacidades por abajo, como el programa de la Aces, que propone de hecho la formación de consejos o comités comunitarios para entrarle a los currículos de las escuelas desde la realidad de cada barrio o comuna, tendencia que crece entre las asambleas de estudiantes universitarios. La misma contradicción se vivió en Aysén, donde los dirigentes muchas veces fueron sobrepasados por las bases que expresaban sus propias decisiones contraviniendo las instrucciones de los representantes, que en su mayoría estaban envueltos en conciliábulos con partidos, parlamentarios e intereses electorales. Era repugnante como en medio de las dinámicas entre los estudiantes se propagandizaban futuros candidatos a alcaldes y diputados, mientras en Aysén los bloques partidarios disputaban quien iría de alcalde o concejal, y en Calama, donde el movimiento se ha subordinado al apoyo del candidato a alcalde. Una cosa es desarrollar capacidades para incidir en los órganos públicos locales y otra muy diferente es encajar de paracaidistas a los candidatos definidos por las cúpulas partidarias.

En providencia ya se ha divulgado bastante la victoria en primarias de la candidata vecinal independiente que propone derechamente que sean las asambleas de vecinos las que digan lo que hay que hacer, toda una novedad, que la prensa ha silenciado rápidamente para no estimular el ejemplo, ya que el horno si está para bollos, las condiciones están dadas para que los vecinos tomen las riendas y proponga candidaturas independientes en todas las comunas, aunque en esta oportunidad se consigan pocos votos, como la misma candidata a alcalde en Providencia, que anteriormente no había ganado para concejal. Así son los pasos, uno va después del otro y en estas elecciones municipales es posible instalar un germen que arrase en las siguientes, siempre y cuando esté fundamentado en un constante proceso de autoorganización, protagonismo, la otra economía y asambleas que opinen y propongan sobre los asuntos de todos.

En ese sentido, levantar hoy día en Chile la abstención “hasta contar con un referente político” que dispute las presidenciales o el poder central, es demostrativo de una enorme confusión que es necesario superar, pues se pone derechamente en contra del proceso de acumulación de capacidades locales que pueden intervenir en diferentes espacios, sin dejar un solo terreno en manos exclusivas de la institucionalidad, del poder y de la burocracia, ya que allí se hacen fuertes para arrojarse con nuevos bríos contra la población. Por eso ni abstención ni subordinación a los municipios, sino participación activa desde las asambleas vecinales, que en un comienzo serán pequeñas, pero en la medida que no sólo opinan, sino que desarrollan actividades constructivas y modificadoras del entorno y de las relaciones entre vecinos, podrán mostrarse como actos concretos que sean visualizados y entendidos como formas propias de resolución de problemas y necesidades. He ahí el proceso de empoderamiento y de expresión real de lo democrático y de la soberanía popular, que, o se expresa solamente en elegir representantes o se autoorganiza para ejecutar las decisiones asamblearias.

No basta con el discurso crítico ni con la lucha reivindicativa a Papá Estado, es fundamental mostrar hechos, soluciones y resultados, que sean verificables a simple vista y así instalarse como un proceso pedagógico donde la gente ve, no sólo que escuche la promesa de un futuro mejor.

La hora es ahora, no después.

Abrazos

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
Pre candidato a alcalde independiente, comuna de Tiltil
munindep@yahoo.cl