Correa, Morales y Chávez, los presidentes con más problemas indígenas, piden reformar derechos humanos


Intentan debilitar sistema interamericano de derechos humanos

Servindi, 5 de junio, 2012.- Una peligrosa postura han adoptado los presidentes Rafael Correa, de Ecuador; Evo Morales, de Bolivia y el gobierno de Venezuela en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) al pretender debilitar sus atribuciones.
Los tres gobiernos han emprendido una fuerte campaña en la reunión que se inició ayer en Cochabamba, Bolivia, y que culmina hoy martes, para reformar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) bajo la acusación de servir a intereses políticos y económicos contrarios a sus estados.
Rafael Correa, enfiló sus críticas contra la CIDH por “su espíritu de ONG” (organización no gubernamental) y la calificó no de defensora de la libertad de expresión sino de la “libertad de extorsión del periodismo” y pidió urgentes reformas.
Correa calificó a la CIDH “como uno de los últimos vestigios del neoliberalismo en la región” y pidió a América Latina “reaccionar” contra sus procedimientos.
En el mismo sentido, el mandatario boliviano Evo Morales pidió la “refundación” de la OEA por que varias de sus instancias operan como “mecanismos de dominación” estadounidense.
“Y si no quieren cuidar la vigencia de los derechos humanos en Estados Unidos, mejor que desaparezca la CIDH”, sentenció Morales al referirse a que Estados Unidos no ha suscrito la Convención Interamericana de Derechos Humanos.
“En esta refundación de la OEA es importante la universalización de la jurisdicción de la CIDH para supervisar la vigencia de los derechos humanos no sólo en Latinoamérica sino también en Estados Unidos”, aseveró Morales.
Por su parte Hugo Chávez, presidente de Venezuela, desde Caracas, se preguntó públicamente: “¿Para qué la OEA y para qué la CIDH?”, y anunció la creación de propios mecanismos “en estos espacios geopolíticos de unidad y de integración que están naciendo”
Roy Chaderton, embajador de Venezuela ante la OEA declaró a la agencia Reuters que la CIDH “es un instrumento del imperio compuesto por cómplices y pusilánimes”.

La CIDH en peligro

La CIDH es un organismo con sede en Washington, Estados Unidos, cuya función es la de promover y proteger los derechos humanos en el continente americano y que opera en forma autónoma de la OEA.
Por su naturaleza y mandato la CIDH -por lo general- ha sido crítica de los gobiernos autoritarios. En décadas pasadas sus informes han cuestionado a las dictaduras de derecha que gobernaron en la década del 70 y parte de los 80 del siglo pasado.
En los últimos años la CIDH ha cuestionado algunas acciones de los gobiernos denominados “de izquierda” como Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela.
Si bien Brasil también es partidario de efectuar reformas a la CIDH una fuente de la delegación brasileña en Bolivia dijo a la agencia Reuters “que es pleno el compromiso de la diplomacia del país con la autonomía de la Comisión y el sistema interamericano”.
Brasil efectuó duras críticas a la CIDH en abril de 2011 luego que esta dictó una medida cautelar que paralizó la construcción de la gigantesca represa de Belo Monte porque no se consultó adecuadamente a los pueblos indígenas.
Por su parte uno de los blancos a los que apunta el jefe de Estado ecuatoriano Rafael Correa es debilitar la Relatoría para la Libertad de Prensa de la CIDH que hace unos meses defendió a periodistas que criticaron su gobierno.
Respecto a Venezuela, este país aparece en el informe anual de la CIDH presentado el 9 de abril de 2012 como uno de los países que no cumplen con estándares básicos de respeto a los derechos humanos, junto a Colombia, Cuba y Honduras.
Alrededor de treinta organizaciones no gubernamentales de América se pronunciaron contra el ataque al Sistema Interamericano y sostuvieron “que no se puede atropellar los principios en función de coyunturas de corto plazo”.
Mediante un comunicado afirmaron que “Los Estados en esta Asamblea deben reafirmar los principios de independencia y autonomía para los órganos de derechos humanos”.

Insulza pide cuidado
El secretario general de la OEA Miguel Insulza pidió ser cuidadosos con la reforma del sistema interamericano de derechos humanos, una de las funciones principales de la OEA.
Informó que el tema de la reforma es un asunto en desarrollo y ya existe una propuesta del Consejo Permanente orientada a que el sistema interamericano de derechos humanos sea universal, autónomo y de decisiones vinculantes.
Sin embargo, cabe advertir que la oenegé Human Rights Watch (HRW) consideró ayer que la CIDH “corre serio peligro” si la OEA aprueba el informe elaborado por Insulza.
José Miguel Vivanco, director de la división de las Américas de la HRW, advirtió que “se reduciría la independencia de la Comisión al otorgarle a la Asamblea Geneal poderes para redefinir lo que la CIDH y sus relatorías pueden o no hacer”, advirtió.
Entre las modificaciones que propone Insulza estarían que la Relatoría no podrá buscar fondos por fuera de los gobiernos americanos, que su informe anual no podrá referirse a cada país si no que deberá ser general y deberá regirse por un código de conducta fiscalizado por los gobiernos.
A pesar de las divergencias, la Asamblea de la OEA alcanzó ayer un primer consenso y aprobó la denominada Carta Social de las Américas, un instrumento concebido para complementar los procesos democráticos con un desarrollo económico inclusivo que permita superar la pobreza y desigualdad imperantes en el continente.