Pescadores, agricultores, indígenas y ecologistas se unen y ocupan la gigantesca represa de Belo Monte en la Amazonia


Indígenas y ecologistas ocupan represa de Belo Monte en Amazonia brasileña
15 de junio de 2012 • 06:47 PM

Unos 300 ecologistas y miembros de comunidades tradicionales de la Amazonia ocuparon el viernes las obras de la represa de Belo Monte, en el corazón de la selva amazónica, a más de 3.500 km de Rio de Janeiro, donde se celebra la cumbre de la ONU Rio+20.

“Nuestra lucha está lejos de terminar. Nuestro llamado al mundo es que este río (Xingú) se mantenga vivo”, dijo Antonia Melo, coordinadora del Movimiento “Xingú vivo para siempre” en un comunicado.

El objetivo de los manifestantes –agricultores, pescadores, indígenas y ecologistas– es exponer una vez más “los crímenes sociales y ambientales cometidos con la construcción de los grandes proyectos hidroeléctricos en la Amazonia”, según el texto.

Belo Monte es la primera de una docena de represas que el gobierno brasileño quiere construir en la región para garantizar el suministro energético que necesita la sexta economía del mundo para crecer.

Con picos y palas, los manifestantes abrieron un canal para restaurar el flujo natural del río Xingú, mientras otros militantes formaron con sus cuerpos, acostados en el suelo, el mensaje “Paren Belo Monte”.

También plantaron 500 árboles de palmera de açaí para estabilizar las márgenes del Xingú “que fue destruido por el inicio de las obras” y colocaron 200 cruces blancas para “recordar los compañeros que perdieron la vida defendiendo la selva”, indica el texto.

El cacique brasileño Raoni, de 82 años y conocido en todo el mundo por su lucha en la defensa de la Amazonia y los pueblos indígenas, pidió el jueves en Rio de Janeiro que se detenga la construcción de la represa, al margen de la conferencia Rio+20 sobre desarrollo sostenible, que comenzó el miércoles.

La represa de Belo Monte, en construcción sobre el río Xingú a un costo de casi 13.000 millones de dólares, tendrá 11.233 MW de potencia (cerca de 11% de la capacidad instalada del país) e inundará 502 km2, prácticamente duplicando el espacio que ocupa ahora el río.

Las tierras indígenas no se verán afectadas, pero la construcción de la represa puede influir en las comunidades que viven cerca, que ya no podrán pescar en el río.