Los tatuajes en las comunidades y el zoológico de las mujeres de cuello lleno de anillos

26.Nov.12    Identidades y Multitudes

Para conocer al ser humano resulta esencial entender el cuerpo, que de alguna manera, es nuestro vehículo de estar y existir en el mundo. Por medio de éste, recibimos información de nuestro entorno e interactuamos con él; llegamos a identificarnos y diferenciarnos. Pero, también lo construimos y transformamos al paso del tiempo, reflejando con ello el mundo social y natural en el que nos desarrollamos.

La variación de formas corporales responde, en parte, al mundo cultural. Esto se observa, entre otros aspectos, en la costumbre de modificar artificialmente el cuerpo.
Las modificaciones corporales a través de la historia han sido usadas como símbolo de reconocimiento a nivel social en diferentes tribus. Éstas son algunas sorprendentes historias y significados de los tatuajes, los piercings y otras modificaciones corporales.

Se dice que la palabra “Tatuaje” (tatoo en inglés, pronunciado tatú) tiene un origen Polinesio. Viene de la palabra polinesia “ta” que significa golpear o de la expresión “tau-tau” usada para referirse al choque entre dos huesos. La historia del tatuaje que conocemos se remonta a la Edad de Piedra, con el descubrimiento del cuerpo momificado de un cazador de la era neolítica (hace 5300 años aproximadamente). El cazador mostraba tatuajes en su espalda y rodillas y basados en líneas y puntos.

En las culturas tribales aparecen muchas leyendas en torno al tratuaje.

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, un Rey birmano viajaba por su reino cuando se encontró con una bella joven que pertenecía a la etnia Chin. El rey la cortejó y poco tiempo después la dejó abandonada. El resto de las mujeres al enterarse de lo ocurrido, asustadas de correr la misma suerte, pintaron sus caras de negro utilizando carbón. Así, las mujeres Chin eligieron ocultar para siempre su belleza sin garantizar del todo con eso el rechazo del cruel Rey. Esta tradición se ha mantenido viva durante siglos: son las mujeres de rostro tatuado de Myanmar. El proceso de tatuaje es lento y doloroso. Con una pasta hecha a base de carbón y una espina se van tatuando la cara mediante múltiples pinchazos.

El estilo Moko Maorí de Nueva Zelanda es un tatuaje tribal que identificaba a cada individuo y su estatus dentro de un grupo. Hacía a la persona única e inconfundible. Cuanto más complicado era el diseño del tatuaje mayor era el ascenso en su rango social. Se tatuaban de la cabeza a los pies, comenzaban a los 8 años y era un proceso lento y doloroso; los tatuajes se embellecían y renovaban durante toda la vida.

En sus espirales tatuados pensaban los maoríes que podían atrapar la energía cósmica. Cuenta la leyenda que el alma después de la muerte encuentra a una espantosa vieja bruja que le dice: “Pasa de Maura, tierra de los vivos, a Bouro tierra de los muertos”. Luego tocando los ojos del alma, ella le da la visión de los espíritus. Si no encuentra ningún tatuaje devora los globos oculares cegando e impidiendo al alma encontrar la inmortalidad. Por eso, si alguien moría sin tatuaje, los maoríes tatuaban el cadáver.
Antes de la llegada de los Europeos, la lengua polinesia no era escrita, solo oral. Los diseños simbólicos del tatuaje servían para expresar la identidad y la personalidad de sus miembros, éstos indicaban el rango social en la jerarquía, la madurez sexual y la genealogía. Por ejemplo, las mujeres se tatuaban la mano derecha a los 12 años, sólo a partir de ese momento se les permitía preparar los alimentos y participar en rituales funerarios.

En Papua Nueva Guinea, en la region de Sepik, se presentan los llamados “Hombres Cocodrilo” que no son más que hombres pertenecientes a las tribus aborígenes que escarificaban su cuerpo de forma semejante a las escamas de la piel del cocodrilo, pues su creencia es que los hombres fueron creados por los cocodrilos.

El piercing se define como una perforación en el cuerpo humano, que permite lucir una joya. Es una de las expresiones más antiguas del arte corporal, y se encuentra presente en casi todas las civilizaciones a través de la historia, en donde tienen un significado ritual (de paso o para ahuyentar malos espíritus) y de estatus.
Antiguamente, el propósito del piercing del óbulo de la oreja era el de prevenir la entrada de los demonios por los orificios de las orejas. En muchas sociedades ancestrales la perforación de la oreja es un ritual que indica la dependencia del niño hacia sus padres.

El piercing nasal fue llevado a la India en el siglo XVI por los emperadores Moghul. En este país el aro es usado normalmente en la fosa izquierda de la nariz y algunas veces vienen unida a los aros de las orejar por cadenas. El significado viene de la medicina Ayurbédica de la India, en donde se cree que fortalece los órganos reproductivos femeninos y disminuye el dolor durante el parto.

El piercing del pezón comenzó como una costumbre de los soldados Centuriones romanos para sostener sus vestiduras. A mediados del siglo XIV, durante el mandato de la Reina Isabel de Bavaria, se impuso la moda de escotes profundos, en donde muchas veces se podían apreciar los pezones de las mujeres. Los pezones eran maquillados y perforados para colgar cadenas de oro entre ellos en forma de adorno.

La perforación (o expansión) del labio es practicada por muchas tribus de África: Suya, Sara, Lobi, Kirdi, Masai, Dogon, Mali… Posee un significado espiritual al imitar a sus dioses, o de estatus, poder, valentía y hasta como mecanismo de protección contra la esclavitud (para parecer lo más horroroso/a posible).
Existe la tradición de que las jóvenes solteras comienzan a agrandar su labio en el momento en que se comprometen. Este proceso dura todo el noviazgo y hasta el momento de la boda. Es la prometida la que realiza un plato de barro cocido que progresivamente ira cambiando por otro más grande. A mayor tamaño del plato, mayor será la dote que la familia del novio pagará a la familia de la novia. Los aros del labio también son usados por algunos hombres de tribus Amazónicas.
Pero nadie llegó a los extremos de las mujeres del Chad, que llevaban un doble platillo, uno en el labio superior y otro en el inferior.

El piercing lingual fue practicado en la antigüedad por las tribus Mayas y Aztecas de centro América y por las tribus Haida, Kwakiutul y Tlinglit de Norte América. Esta perforación se realizaba con el propósito de derramar sangre como ritual de agrado a los dioses, y como una forma de alcanzar un estado alterado de conciencia que le permitiera al chaman comunicarse con los dioses.

Son pocos los registros históricos sobre el piercing del ombligo, sólo se tiene conocimiento de la perforación del ombligo en la Realiza Egipcia, como símbolo distintivo de su divinidad. Estaba prohibido a todos aquellos que no fuesen nobles.

Mención aparte merecen las llamadas “mujeres jirafas”. No se sabe muy bien de donde viene la tradición de colocarles pesados anillos en el cuello a las niñas de la tribu Karen o Padaung, nacidas los miércoles de luna llena. Y tampoco su significado, aunque seguramente su único propósito sea estético. Se ha propagado mucho el mito de que una ‘mujer jirafa’ muere si es desposeida de los anillos, lo cual no es cierto. Si lo es, por supuesto, que el cuello de estas mujeres queda deformado por completo tras años de soportar el peso de un número creciente de anillos, lo cual hace que ellas mismas prefieran no quitárselos. Y también lo es que, ante el gran número de turistas que las visitan, ya les colocan los anillos a prácticamente todas las niñas kayan que nacen en estas aldeas, independientemente de su día de nacimiento y del ciclo de la luna en el que lo hagan.

La tragedia de las ‘mujeres jirafa’ es que no son solamente prisioneras de sus anillos, sino de su propia condición de refugiadas en el norte de Tailandia por el régimen dictatorial birmano, que es el país de donde provienen. No pueden volver a Birmania ni alejarse del entorno en el que habitan. De hecho, ni siquiera les esta permitido abandonar Tailandia debido al reclamo turístico que suponen. Su único medio de supervivencia es su cuello anillado, objeto de codicia para los objetivos de las cámaras de los turistas que las visitan. Pues mientras continuemos haciéndolo, ellas seguirán atrapadas en la especie de zoo en que se han convertido sus aldeas.

Para saber más: “Las deformaciones corporales”:
http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/2012/04/un-templo-medida-las-deformaciones.html