Candidatos indígenas
Las próximas elecciones para gobernador en el Beni prefigura lo que será quizás la característica de las próximas elecciones generales del 2014: Candidatos indios fuera del MAS y candidatos oligarcas dentro de ese partido.
Hace pocos años, la noticia de
que la indígena quechua Sabina
Cuellar se presentaba como
candidata a la gobernación por
Chuquisaca, aliada a las fuerzas
conservadoras contrarias a Evo
Morales, provocó revuelo y
escándalo entre los militantes de
izquierda. Era la época en que,
según esas personas, el indio
sólo podía tener un aliado: el
MAS.
Desde entonces mucha agua
corrió bajo esos puentes. El
partido de gobierno rompió con
varios de sus más destacados
militantes indígenas, acusados unos de borrachos, otros de
corruptos y alguno de orate. Se reprimió a indígenas en Caranavi.
Hubo muertos en enfrentamientos con mineros quechuas y, quedará
destacado en los anales históricos el enfrentamiento entre el
gobierno y los indígenas del TIPNIS.
En este contexto, el hecho de que en las próximas elecciones
para gobernación en el Beni el MAS no tenga un candidato indígena,
ya no es noticia relevante. Aunque sí es digno de análisis que un
indígena, Pedro Nuni, se presente como candidato opositor,
apoyado por el ex aliado del MAS, el Movimiento Sin Miedo.
El partido de gobierno enfrentará a ese indígena y al candidato
de la unión de la oposición, Carmelo Lens, con su candidata que
es una ex reina de belleza, la Miss Jessica Jordán, quien además
de representar la artificialidad y el racismo subyacente en Bolivia
en esos certámenes de belleza, es una hacendada e integrante
de la oligarquía regional en ese departamento. ¡Cómo han cambiado
las cosas en tan pocos años!
Estas elecciones en el Beni prefiguran las próximas elecciones
generales en Bolivia. Evo Morales ha desgastado la legitimidad del
indio como candidato. Ya no le servirá a él, en el caso más que
probable de que se presente a la reelección, su naturaleza indígena
para asegurar votos. Tampoco es factible que a un indígena opositor
le sirva de pedestal esa sola condición.
Lo determinante se jugará en la manera cómo se articulen alianzas
y coaliciones. De parte de los indígenas se abre la posibilidad de
relacionarse con aquellos sectores que la ideología gubernamental
anatemizaba y execraba. De parte del gobierno continuará su
apertura hacia los sectores que antes presentaba como sus
contrarios y enemigos. Lo triste, en esta lógica, es que queden
sacrificados los valores y principios, indispensables para una
correcta gestión, y sobre todo para una verdadera transformación.