Autoridades intentaron impedir la colocación de un letrero que anuncia la apertura
Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de diciembre de 2012, p. 19
Toniná, Chis., 4 de diciembre. Centenares de bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), de diversas comunidades del municipio autónomo Francisco Gómez, inauguraron esta mañana una tienda de artesanías en las afueras del sitio arqueológico de Toniná, en el valle de Ocosingo. La ceremonia fue rubricada por cohetones y contó con la presencia de las bordadoras y artesanas, en su mayoría tzotziles, cuyos trabajos se expenderán en el nuevo establecimiento.
Después de ciertas turbulencias regionales en semanas recientes, campañas de rumores y agresiones de la policía municipal contra la tienda zapatista, ésta abrió sus puertas sin contratiempos. En la prensa y la radio locales se decía que era un bloqueo, una caseta ilegal de cuota o un intento de obstruir al turismo (el cual es, por cierto, cada año más numeroso). Algunos diarios estatales también registraron versiones más objetivas. Y si bien la policía de Ocosingo vino a esparcir la arena que usaban los zapatistas en la edificación de su local días atrás, el nuevo presidente municipal, Octavio Albores Cruz, priísta de larga trayectoria pero elegido como candidato verde, se presentó con los indígenas rebeldes para deslindarse de la agresión policiaca y reponer la arena.
La situación conflictiva debe mucho al ex alcalde panista Arturo Zúñiga Urbina, quien antes de dejar el cargo se aseguró de disponer de 9 millones 165 mil pesos para construir un andador turístico Ocosingo-Toniná en terrenos de su propiedad y de dos socios, pagados con dinero federal y estatal de las administraciones calderonista y sabinista. Para ello han destruido montículos y tumbas del sitio arqueológico y han usado piedras de la antigua ciudad maya para allanar el paso a un parador turístico, restaurante, plaza de acceso, puente, estacionamiento, pórtico y andadores, según la propia descripción oficial.
Una ancha calzada adoquinada y con banqueta se abre en medio del paraje rural; se prevé que alojará un mercado de artesanías y comederos, controlados por los propietarios de las instalaciones pero atendidos por indígenas en condición de empleados. Hoy están muy activos los trabajadores y las máquinas de una constructora privada, propiedad de Manuel Albores Cruz, sobrino del nuevo edil, pero rival suyo. Su padre, y hermano del alcalde, Héctor Albores, fue el candidato perdedor del PRI en las pasadas elecciones.
Así, todo queda en familia, mientras las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se abstienen de intervenir, a pesar de que su director regional, Emilio Gallaga Murrieta, tiene conocimiento de la situación. Los trabajadores del propio INAH han manifestado su inconformidad con estas obras turísticas que privatizan una zona que es propiedad de la nación y patrimonio de la humanidad, y además la dañan irremisiblemente.
A todo esto, las familias zapatistas, animadas y variopintas, recorrieron hoy la gran pirámide, y dieron por iniciados los trabajos de su establecimiento, en un predio de tierra recuperada justo en el acceso del sitio arqueológico. Un discreto letrero hecho con tablas expresa desde hoy, con una estrella roja al centro: Tienda artezanías autónoma zapatista, territorio rebelde. EZLN, Caracol III La Garrucha, municipio autónomo Francisco Gómez. Con este pequeño detalle, y lo privilegiado de su ubicación, han prendido las luces rojas del gobierno estatal, ya en sus últimas horas de vida. La tienda sí, el letrero no, han querido condicionar los funcionarios a los indígenas autónomos, pero éstos, como desde hace 18 años, hacen lo que de por sí dijeron que iban a hacer porque están en su derecho, argumento que hasta ahora ningún funcionario ha podido aquí rebatirles.