“Dejamos de ser los parias”: Andrés González
ENTREVISTA
Para el embajador de Colombia ante la OEA fue fundamental el proceso de paz con la guerrilla en la decisión de la CIDH de sacar a Colombia de la ‘lista negra’.
Viernes 14 Diciembre 2012
Andrés González, embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), fue el encargado de liderar en Washington (EE. UU.) la ofensiva diplomática que culminó con la decisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de sacar a Colombia de la ‘lista negra’ de países americanos que preocupan por sus falencias en la defensa de los derechos humanos.
El representante dice que la Ley de víctimas, el proceso de paz y las decisiones de la Fiscalía que cerraron la puerta a la impunidad fueron asuntos fundamentales en la deliberación de la CIDH.
En diálogo con Semana.com, González también explicó los alcances que tiene en la OEA la decisión del Gobierno de denunciar el Pacto de Bogotá y dice que esa organización será influyente en el debate global sobre el modelo de la lucha contra las drogas.
Semana.com ¿Qué motivó a la CIDH a sacar a Colombia de la ‘lista negra’ de derechos humanos?
Andrés González: Primero, los pasos sin precedentes que ha dado Colombia para reparar a las víctimas, que es la columna vertebral de la garantía y la defensa de los derechos humanos. La Ley de víctimas y restitución de tierras marca un paso que no existe en otras naciones de América y así lo expusimos en Washington. También fue fundamental la visita del fiscal general, Eduardo Montealegre, para exponer los nuevos modelos de Justicia que está aplicando Colombia para investigar los delitos, los cuales cierran las puertas a la impunidad y propenden por la sanción a los máximos responsables. Pero fue fundamental la política del gobierno del presidente Juan Manuel Santos de encontrar una solución negociada al conflicto armado porque no cabe duda de que terminando el conflicto cerraríamos la fuente sustancial que genera las más atroces violaciones a los derechos humanos. También es un reconocimiento a la política del presidente Santos y de la canciller María Ángela Holguín consistentente en el fortalecimiento de la cooperación y el diálogo.
Semana.com: La CIDH anunció un informe de recomendaciones para que Colombia no vuelva a entrar a la ‘lista negra’, ¿Qué queda pendiente en materia de defensa de los derechos humanos?
A. G.: Nos recomiendan enormes esfuerzos para resolver el tema del desplazamiento y proteger a poblaciones vulnerables en crisis humanitaria como algunas comunidades afrodescendientes e indígenas. Tenemos que avanzar en las medidas de protección a las mujeres objeto de violaciones con ocasión del conflicto, prevenir y erradicar el reclutamiento de menores, avanzar en un nuevo modelo de investigación, que conduzca a una alta eficiencia en la condena de los máximos responsables de los delitos.
Semana.com: ¿Es una salida condicionada?
A. G.: Colombia ya salió de la lista negra, es un hecho irrefutable, pero requerimos de un trabajo permanente. La salvaguarda de los derechos humanos supone una tarea permanente de todos los gobiernos para garantizar que no hay impunidad y que no se regrese a las situaciones que hemos vivido en el pasado. Esto no se logra en un año. Todos los colombianos tenemos que trabajar permanentemente para tener una buena calificación hacia el futuro.
Semana.com: ¿Que significa salir de la ‘lista negra’?
A. G.: Hemos dejado de ser considerados unos parias. Pasamos del oscuro rincón del señalamiento y el estigma al horizonte de la cooperación internacional para resolver nuestros problemas. Una democracia no será fuerte sin respeto permanente a los derechos humanos. Un Estado y una sociedad no pasan a la modernidad, y no se gana el respeto total de las naciones, si no consolidan los derechos humanos. Ese es el nuevo camino que entrará a recorrer Colombia.
Semana.com: Sobre el proceso de paz, ¿qué observaciones hizo la CIDH a las conversaciones que se adelantan en La Habana?
A. G.: La CIDH ha valorado positivamente la decisión del Gobierno de adelantar un proceso de paz y ha puesto su concurso para que el proceso salga de la mejor manera sin que se vulneren los principios de Justicia y se logre un adecuado equilibrio entre Justicia, reparación y no repetición.
Semana.com: ¿La aprobación de la reforma al fuero militar incide en que Colombia pueda volver a la ‘lista negra’ de la CIDH, que recomendó no aprobarla?
A. G.: Quedó consagrado en la Constitución que el fuero militar es sólo para las conductas que corresponden al servicio. Los ‘falsos positivos’, la violencia sexual, el genocidio, los crímenes de lesa humanidad son conductas que no hacen parte del servicio. Eso quedó consagrado. Pero hay dos instituciones que permitirán un blindaje en el cumplimiento pleno de los estándares internacionales: la Corte Constitucional y la Fiscalía. La Corte no sólo revisará la reforma, sino también la ley estatutaria que expedirá el Congreso para aclarar las zonas grises. Y la permanente intervención de la Fiscalía podrá garantizar el equilibrio en la delimitación de competencias entre la justicia ordinaria y la penal militar.
Semana.com: Cambiando de tema, ¿cómo se recibió en Washington la decisión de Colombia de denunciar el Pacto de Bogotá luego del fallo de La Haya?
A. G.: La denuncia no implica que Colombia se haya apartado de un principio fundamental en su estirpe democrático que es la solución pacífica de los conflictos. Este principio se mantiene porque está soportado en diferentes instrumentos internacionales. En consecuencia, el efecto se limita a la sustracción de la competencia de la Corte Internacional de Justicia, mas no al principio de la solución pacífica de los conflictos.
Semana.com: Da la impresión de que la OEA hubiera perdido su influencia en el continente…
A. G.: La OEA cumple varias funciones sustanciales. Es el único espacio político en el cual ventilan sus relaciones y sus diferencias todos los países de América y el Caribe con presencia de Estados Unidos y Canadá, de manera que es un espacio insustituible para aumentar la cooperación y resolver las diferencias. La OEA tiene una tarea, desde su nacimiento, de ser guardiana de la democracia en las Américas. En los últimos años cayeron una tras otra las dictaduras, pero la tarea de preservación de la democracia debe ser permanente para no regresar a las dictaduras. La OEA también cumple una labor preferente en materia de promoción, custodia y guarda de los derechos humanos en el hemisferio.
Semana.com: ¿La OEA tendrá influencia en el debate global que se ha promovido sobre el giro en la política antidrogas?
A. G.: Por iniciativa del presidente Juan Manuel Santos se confirió un mandato a la OEA para que adelantara un estudio sobre los diferentes escenarios con ocasión de la lucha que se ha adelantado contra las drogas en los últimos años. El estudio se ha venido adelantado juiciosamente, ha contado con el acompañamiento de todos los países, y se ha consultado con múltiples expertos. En marzo del 2013 se conocerán los resultados finales del informe, que tiene el propósito de plantear diferentes hipótesis que serán evaluadas por todos los jefes de Estado del hemisferio. No habrá una sola hipótesis, pues para muchos países el problema se controla con la reducción del consumo y con políticas de prevención. Países como el nuestro tenemos el complejo problema de los miles de muertos que ha generado el narcotráfico. El debate será planteado por la OEA.