Jueves, 3 de Enero de 2013
ENTREVISTA. El candidato presidencial por la Unidad de las Izquierdas, Alberto Acosta, criticó las supuestas contradicciones del actual Gobierno.
‘El IVA hay que reducirlo del 12 al 10% porque es un impuesto indirecto que golpea más a los que menos tienen”.
Alberto Acosta, ideólogo de la revolución ciudadana y del proyecto de PAIS, dejó el verde y ahora, con la Unidad de las Izquierdas, busca la Presidencia de la República. Después de varios años de su retiro del oficialismo, tras asegurar duramente que no se está respetando la Constitución, plantea un proyecto político y de Gobierno cuyo principal objetivo sea el cumplimiento de la Carta Magna.
No meter las manos a la justicia y a los organismos de control, respetar las libertades de los ciudadanos y fomentar otra matriz productiva son parte de sus propuestas. Además, cuestiona los diferentes procesos que se han llevado a cabo en este Gobierno.
Su figura capitaliza el sentimiento de los correistas desencantados. ¿En la Unidad de las Izquierdas están reunidos quienes salieron del Gobierno?
Quienes estamos en la unidad, de una u otra forma, casi todos apoyamos directa o indirectamente al ahora mal llamado proceso de revolución ciudadana. Fuimos los que luego conformamos el frente de ‘Esta vez no’ (durante la consulta popular), que significaba que en otras ocasiones habíamos dicho sí, pero que ya no podíamos seguir cerca de un Presidente que está traicionando el sentido histórico de un proceso.
¿Son más los que se han unido a PAIS que los que han desertado?
Habrá que ver.
¿Qué pasa con los que todavía están dentro?
Mucha gente que está en PAIS se da cuenta de lo que está ocurriendo. En los últimos meses he recibido llamadas, acercamientos de muchos compañeros que dicen estar de acuerdo con mi tesis. Me han dicho que me apoyan pero que no pueden decirlo públicamente porque se quedan sin trabajo.
No sé si les rescataría para mi Gobierno. Deben estar muy cansados después de haber cambiado de tanto ministerio. Habría que mandarles a descansar.
¿No hay valentía para dejar a Correa?
Nosotros dijimos que la propuesta estaba en permanente construcción de pensadores y no de seguidores. Lamentablemente ahora solo hay seguidores.
¿Cuáles son los errores que se han cometido?
Existen grandes contradicciones. La primera, el irrespeto a la Constitución de Montecristi y la falta de coherencia. Segundo, haber cerrado las puertas a una verdadera participación ciudadana, porque se prioriza que una persona tenga o no una camiseta ‘verdeflex’. Eso es una barbaridad. Existe un permanente irrespeto a los derechos, a las libertades, a las garantías.
¿Hay prácticas represivas?
(Correa) está asumiendo prácticas autoritarias y represivas, eso es intolerable. Reprime a los que defienden la vida. Genera terror, no es un Gobierno de izquierda. Nosotros no vamos a criminalizar la protesta ni el pensamiento diferente. Creemos en las libertades: de expresión y de información.
¿Qué hará con los medios?
Requerimos medios públicos, no gubernamentales. Tendrían que partir de Gama TV y TC, que deberían ser manejados por la sociedad, a través de un consorcio de universidades públicas. No pienso vender, o se puede vender a un precio simbólico porque la ley nos obliga a venderlos.
¿Se incumplieron las promesas realizadas al iniciar el Gobierno?
Se dijo que iba a transformar las estructuras y matriz productivas, que no íbamos a ser más dependientes de la explotación de recursos primarios. Pasan seis años y no hay un solo cambio. Seguimos atados a la explotación de petróleo y la gran solución que nos presenta es la mega minería, una verdadera falacia.
Entonces, ¿habla de terminar con la minería?
En Ecuador hay minería a pequeña escala, artesanal, como la de los materiales de construcción y la metálica. Nadie dice que no tiene que haber esa minería, sino que hay que hacerlo bien.
Actualmente, es tremendamente contaminante porque no hay política, no hay criterios ambientales ni económicos. No tienen líneas de crédito, ni tecnología adecuada.
El Gobierno destruyó retroexcavadoras de los pequeños mineros.
Para dejar el paso a la mega minería. Trabaja y cree en la mega minería. El único contrato que existe este rato es el de Mirador, el de Kinross se cayó. Una de las empresas que salió dijo que el proyecto no iba a ser rentable ni para el Ecuador, ni para la empresa.
Pero Rafael Correa señala que la salida tampoco es estar ‘sentado sobre el saco de oro’.
Siempre hemos estado ‘sentados en el saco de oro’, en la renta de los recursos primarios. Por eso no nos hemos desarrollado. Somos el principal productor y exportador de cacao y de banano del mundo. Tenemos espárragos, petróleo, camarones y ahora minería. Hay que transformar antes de transportar.
¿Qué pasaría con los contratos petroleros y de mega minería actuales? ¿Es necesario repensarlos?
Lo primero es una auditoría de todo, de cómo se ha gastado la plata. No por revancha sino por necesidad de transparencia, algo que ha faltado en el Gobierno de Correa. No tenemos por qué seguir adelante con la undécima ronda petrolera. Un compromiso de la revolución ciudadana era no ampliar la frontera petrolera.
¿Qué haría con el Yasuní?
No lo vamos a topar. Nuestro compromiso es no perforar un solo pozo más en el Yasuní. El bloque 31 no lo vamos a explotar, ni el Tiputini.
¿En el modelo actual se ha fortalecido a los grandes grupos económicos?
Este Gobierno, que es cierto que ha beneficiado de alguna manera a los sectores más pobres, ha terminado por beneficiar a los más grandes. Un documento de PAIS indica que, en síntesis, nunca antes los grupos económicos poderosos estuvieron mejor.
¿El Gobierno está comprometido con esos grupos?
De alguna manera sí. Son ellos los que están sosteniendo a este Gobierno.
¿Su postura con ellos sería radical?
Sí, porque vamos a la raíz de los problemas, no nos interesa ponerle parches. No queremos ser como este Gobierno, que dice que es de izquierda pero termina beneficiando a los grupos económicos.
¿Cómo hacerlo?
Tiene que haber una relación dinámica entre Estado, mercado y sociedad. El Estado no puede ser la respuesta a todos los problemas, el mercado tampoco. No solo impedir las prácticas monopólicas y oligopólicas sino afectar la excesiva concentración de la riqueza en pocas manos.
¿Eso se traduce en otro modelo económico?
Hay que construir una economía social y solidaria, donde haya espacio para la economía privada, estatal, mixta, popular y solidaria. Vamos a fortalecer las pequeñas y medianas empresas.
¿Se van a derogar impuestos?
No, lo que hay que hacer es revisarlos. El IVA hay que reducirlo del 12 al 10% porque es un impuesto indirecto que golpea más a los que menos tienen. Hay que revisar gran parte de los gravámenes que se derivan del Código de Ordenamiento Territorial y los impuestos verdes. Hay que subir los impuestos a los que más ganan.
¿Cómo generar condiciones de transparencia cuando se ve injerencia del Ejecutivo en otras funciones?
Teniendo en la mano la Constitución. El Gobierno está metiendo la mano en el Consejo de Participación Ciudadana, la Corte Constitucional, la Corte Nacional de Justicia, el Consejo Nacional Electoral. No hay independencia de funciones.
¿Y llevado a la práctica?
En un plazo se podría establecer una consulta popular, como mecanismo extremo, para limpiar la influencia del Gobierno de Correa. Otra forma sería estudiar cómo fueron nombradas las dignidades. Ir anulando los procesos que no estén apegados a lo que establece el marco legal. Caso contrario se hará una veeduría ciudadana en todos los organismos del Estado.
Usted podría cometer el mismo error. ¿Cómo hacer para que sus amigos del MPD y PK no estén allí?
No vamos a cometer el mismo error porque eso es lo que estamos criticando. Ya demostré cuando fui presidente de la Asamblea Constituyente que no estoy dispuesto a que se meta la mano en la justicia.
¿Eso sería posible con la Coordinadora?
La Unidad recoge lo mejor de la propuesta de cambio que se planteó a los ecuatorianos hace seis años. Somos coherentes y consecuentes con la Constitución.
¿Establecería reformas a la Carta Magna?
En primer lugar, es indispensable poner en vigencia la Constitución, con la que me sentiría totalmente a gusto porque un gobernante demócrata, que respeta la independencia de funciones, podría trabajar muy bien. Solo un gobernante autoritario, como Correa, se siente incómodo.
Para aplicar la Constitución, usted debe llegar a la Presidencia. ¿Existen condiciones de equidad?
El árbitro es vendido, la cancha está inclinada y nos roban la pelota. Querían quitarnos la tarima para que no podamos participar. Pero eso no nos afecta mayormente, no es que seamos ilusos o miopes, sino que no podemos vivir quejándonos todo el día. Estamos trabajando en un proceso de veedurías ciudadanas para las elecciones.
¿Ve la posibilidad de un fraude?
Hay un proceso fraudulento. Nuestra candidatura enfrenta las chequeras interminables de Correa, financiada con los recursos del Estado, del candidato banquero, del candidato que por quinta ocasión quiere comprar la Presidencia, de esos dos hermanos que vienen en campaña permanente.
Lo correcto debió haber sido que cuando se convocaron a las elecciones, se suspendan las sabatinas, la propaganda oficial y todos tengamos igualdad de condiciones.
El presidente ya pidió 30 días de vacancia.
Yo creo que de una vez deberían darle para la segunda vuelta, porque va a tener que enfrentarla. No debería ser tan optimista. Es una demostración de que las cosas no marchan tan bien como él creía. En 2009 enfrentó la campaña sin licencia. Ahora debe estar preocupado.
Su mira no está solo en la Presidencia, sino en la Asamblea ¿cómo buscar un cambio?
Con el voto popular. Tenemos la gran oportunidad de escoger candidatos comprometidos con el cambio.
¿Su alianza es fuerte como para permanecer unida en la Asamblea?
La izquierda una y otra vez ha intentado formar un frente sólido y ha fracasado o ha durado poco tiempo. No digo que esté todo asegurado y que la goma sea como una ‘brujita’ que nos deje a todos pegados por mucho tiempo. Es una cuestión dinámica. Dimos el primer paso con la elección del candidato en las primarias. A partir de eso hemos venido construyendo las otras listas.
¿Se olvidarán los intereses políticos de cada organización?
No solo se trata de una alianza electoral, sino una unidad programática. Ojalá las izquierdas puedan avanzar en un frente.
Para eso necesitan apoyo. ¿Cómo están en las diferentes provincias?
Tenemos algunas provincias donde hay mayor fortaleza, en la Sierra y la Amazonía, pero estamos trabajando para llegar a otras. Será difícil ingresar a Guayas, donde no solo está el Gobierno sino también otros actores fuertes. Tenemos listas muy sólidas en Guayas y lo mismo en Manabí, donde esperamos tener un buen resultado.
¿Se ve en una segunda vuelta?
Nosotros vamos a la segunda vuelta y la vamos a ganar.
¿Y si no llegara usted sino otro candidato?
No estamos contando con esa posibilidad. En un muy hipotético caso, vamos a ver si la Unidad tiene la suficiente madurez para avanzar más allá de las elecciones. Se tendrá que resolver.
Deberá convencer a la derecha.
Gran parte de la derecha está con Correa, los grupos económicos seguirán con Correa. Los microempresarios no son solo de derecha. Tenemos en nuestra lista varios empresarios. Invitaremos al pueblo ecuatoriano a que se sume a la segunda vuelta.