Estudiantes chilenos definen lo local y lo comunitario como ejes de actuación

Entrevista a la vocera saliente de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES



Eloísa González,Vocera ACES: “Es muy fuerte que los más críticos del modelo actual tengan que pactar su cupo parlamentario”

La vocera de los estudiantes secundarios repasa la actualidad del movimiento estudiantil y proyecta los escenarios en el electoral 2013. Al mismo tiempo sostiene que la vía para la solución de las demandas sociales es fortalecer el poder comunitario.

Por José Robredo

Eloísa González, estudiante de cuarto medio del Liceo Manuel de Salas y vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), se ganó un espacio en la agenda pública a partir de su liderazgo dentro del movimiento estudiantil. Liderazgo que hace sentir al momento de sacar conclusiones respecto de lo obrado en el 2012, de las proyecciones para este año y la postura de la ACES frente a la decisión de otros referentes de ingresar al parlamento bajo la sombra de la Concertación. Antes de dejar su cargo como vocera de la ACES, su labor finaliza en marzo, conversa con El Rastro sobre cada uno de estos temas y deja planteado que la clave para la concreción de las demandas sociales está en la construcción, articulación y vinculación de organizaciones sociales comunitarias.

¿Qué conclusiones sacan de lo obrado el 2012?

Identificamos 3 hechos importantísimos, que marcaron las movilizaciones y que son las bases de lo que puede pasar el 2013. La primera tiene relación con las propuestas emanadas en la primera parte del 2012 en materia de educación, ahí es cuando nace la propuesta de la ACES (http://www.opech.cl/comunicaciones/2012/05/aces_final.pdf) que además de las demandas históricas del movimiento estudiantil se hacía cargo de la propuesta del control comunitario de las escuelas municipales, ya que es evidente la incapacidad del Estado de fiscalizar y garantizar la educación para todos, por lo que es necesario que la gente se empodere de ese espacio. Luego de la creación de esa propuesta se identificó un vuelco hacia lo local que tuvo su apogeo en las marchas comunales del 23 de agosto y que sorprendió pues el diseño de la movilización estudiantil era “marcha en la Alameda” y aquí rompimos ese paradigma. El tercer punto importante es el asunto de las elecciones municipales. Se identificó una crisis institucional, que no hay representación real, donde la ciudadanía desconfía y, luego del análisis se apostó porque habría una alta abstención. Por eso, impulsamos la campaña “#Yonoprestoelvoto” porque entendemos que la herramienta del voto no genera los cambios que necesitamos.
¿Qué respuesta obtienen de la comunidad a sus propuestas y demandas?

Tengo un ejemplo muy concreto para explicar esto. Siempre se buscó criminalizar al movimiento estudiantil por los hechos de violencia (de carabineros y la respectiva respuesta), pero cuando la gente comienza a vincularse con el problema y, como en el caso de La Florida, salen a la calle se dan cuenta cuál es el origen de la violencia. Y en ese sentido la respuesta es que se sienten identificados con nuestros planteamientos: Educación gratuita, no representación de las instituciones, precariedad institucional y otros elementos básicos del movimiento estudiantil.

¿Qué podemos hacer con estas instituciones desvalorizadas?

Nosotros, desde la posición del movimiento estudiantil, establecemos que la necesidad inmediata es fortalecer la visión de que la política no es la política institucional que se nos ha presentado estos últimos años, sino que debe tener participación de las comunidades, con capacidad de decisión y de ejercer esa decisión. Ese proceso de construcción debe plantearse una nueva lógica de construcción institucional.
¿La participación electoral entra en esa lógica o es sólo una alternativa si se da el espacio específico?

Las nuevas lógicas de construcción están en estado embrionario. En estos minutos no hay mayor articulación a excepción de casos específicos como Aysén, Freirina o La Florida. Por lo tanto, la herramienta electoral resulta más contraproducente que efectiva, porque en este momento no fortalece al movimiento social, ya que existe el entendimiento que la actual institucionalidad no permite cambios… no tiene que ver con una postura obtusa de no querer participar. Junto con eso no se ve un programa o propuesta que emane de los movimientos sociales. Sería saltarnos pasos si decidimos dar la discusión en dicho escenario.
¿Y en caso de que estén los programas y propuestas?

Ahí la decisión tiene que depender de la asamblea que decida levantar una candidatura. Es importante que sea una decisión del colectivo más allá de una instancia partidaria, por ello el movimiento social es el que debe establecer si se desea participar de las elecciones… es allí donde debe darse esa discusión y no en las cúpulas.
¿Cuál es el análisis actual que tiene la ACES respecto de la contingencia política-social?

En primer lugar existe un rechazo a la institucionalidad, que va más allá de la incapacidad de las instituciones, sino que tiene relación con la lógica de este modelo, su verticalismo, su no representación y sin tener posibilidades de fiscalizar. Hoy aparece una nueva lógica de organización, de articulación y construcción que se ve en el tema de Freirina por ejemplo, donde la comunidad se levanta y organiza contra un problema que afecta su calidad de vida. Además existe una lógica de construcción horizontal donde no existen representantes irrevocables sólo voceros; esta lógica se replica en Aysén, La Florida y el movimiento estudiantil especialmente en la ACES. Lo que es una nueva forma de organización.
Ahora ¿cómo se le da fuerza a ese poder local ante la monarquía de los distintos gobiernos (central, municipal)?

Nuestra propuesta es que en conflictos o coyunturas inmediatas donde se levanta un sector de la comunidad que nunca se había levantado para impulsar soluciones necesita la articulación y la organización. Lo que nosotros buscamos desarrollar es que tenga perspectiva a futuro, para que la gente vea en la organización no un hecho coyuntural, sino que una constante, a través de la creación de vínculos y de la necesidad propia de organizarse.
¿Como proyectan el 2013 en la ACES?
El movimiento estudiantil ya está en su tope y hay un desgaste que no se puede negar. Al mismo tiempo, hay una necesidad de articularse con otros sectores. Las demandas que tenemos no se pueden concretar teniendo sólo al movimiento estudiantil movilizado, debemos tener un movimiento social movilizado y que se vuelque en el tema local. El 2013 creo que se verán hechos similares a Freirina, Aysén o La Florida, marchas masivas; pero la constante se dará con los fenómenos más locales que esperamos concretar para que en un futuro podamos tener una organización social más articulada.
¿Qué te parece la postulación de dirigentes estudiantiles al parlamento en listas de la Concertación?
En primer lugar, para nosotros estos dirigentes que fueron parte del movimiento estudiantil y que respondían a él y que hoy son candidatos por intereses de partido (como en el caso de la Camila o del Ballesteros o incluso Giorgio) o por intereses particulares o personales, dejan de inmediato de responder al movimiento estudiantil y, por lo tanto, dejan de representarnos. Quién pretenda representarnos a nosotros debe tener una filiación directa. Luego, creo que es muy fuerte que quienes hayan sido – en su momento – los más críticos del modelo actual (con binominal, del duopolio concertación/derecha) tengan hoy que pactar para tener su cupo parlamentario es un error enorme en cuanto a la posibilidad de construir fuerzas propias. Lo repito, ellos dejaron de ser parte del movimiento estudiantil, que pretende seguir movilizado.
El 2013 es año electoral y se van a poner una serie de temas en la mesa (Asamblea Constituyente, AFP, Desigualdad, Educación, etcétera) ¿Cuál es la postura de ustedes en estos temas?

Nosotros estamos en proceso de discusión respecto de estos temas. Sobre la Asamblea Constituyente tenemos una postura clara, considerando que es necesario cambiar la Constitución para poder desarrollar cambios profundos en el país. Pero teniendo el tejido social descompuesto, una ausencia de organización que convoque a más gente de la que está activa influirá al momento del llamado de la Asamblea Constituyente o que se plantee un espacio de discusión para poder crear una nueva Constitución que sea realmente representativa se va a encontrar con este problema, que es inmediato y práctico, que no hay una articulación suficientemente potente para que el mundo popular se sienta representado. Y también está el riesgo, tal como demuestra la historia, que la construcción de la nueva constitución sea o por la vía violenta o por la acción de la elite. Respecto de los otros temas el punto es claro: Se debe buscar una respuesta estructural ante los problemas sectoriales.
¿Qué capacidad de movilización tiene el movimiento estudiantil este año?

No hay un sujeto específico que tenga la capacidad de atraer a todos los sectores. Existen una diversificación de liderazgos y demandas, que se levantan en búsqueda de respuestas. Si bien el movimiento estudiantil no ha tenido la capacidad de vincularse de manera profunda con los otros sectores se debe a que se encuentra muy adelantado respecto de otros sectores que se encuentran en pleno proceso de articulación. Este año hay muchas plataformas sociales que se van a levantar, las cuales van a tener vinculación directa con organizaciones de carácter local. A partir de eso habrá una fuerte capacidad de articulación.