Balance del gobierno de Correa y elecciones en Ecuador

¿Se continuará en una línea de concentración del poder?



BALANCE GOBIERNO DE CORREA-ELECCIONES 2013* Francisco Muñoz Jaramillo – Diego Carrión

Publicado por lalineadefuego el enero 24, 2013 · Dejar un comentario

23 enero 2013

I

Cuando Rafael Correa fue elegido presidente de la república del Ecuador en el 2006, a nivel regional se encontraba constituido un grupo de países pos neoliberales de izquierda y centro izquierda que buscaban incluirse de manera soberana en el proceso de cambio de hegemonía mundial.

En este contexto el ascenso al poder de Correa prometía importantes transformaciones económicas, sociales y políticas: el cambio de matriz productiva y el consecuente desplazamiento de intereses oligárquicos que habían gobernado el Ecuador en las últimas décadas, la soberanía alimentaria y la reforma agraria, la economía social solidaria, y el impulso al Estado plurinacional, así como importantes rasgos de nacionalización y control de los recursos naturales.

Sin embargo unos años después de su reelección, en el 2009, en una entrevista concedida a la televisión peruana en Octubre de 2012 (en que esta le inquiere sobre el prometido cambio de matriz productiva en el Ecuador) Correa contesta: “Nos ha ido recontra bien haciendo lo mismo de siempre, somos una de las tres economías que más han crecido en América Latina, casi 8%, el desempleo es el más bajo de la región, ha disminuido grandemente pobreza e inequidad. Sin embargo, tenemos un problema –entre otros- estamos haciendo mejor, mucho mejor pero lo mismo de siempre”*.

Cuando Rafael Correa, luego de cinco años de gestión, apuesta por una nueva reelección cabe preguntarse qué ha significado históricamente su gobierno luego de las promesas que fueran generadas en su primera elección en el 2006.

Como el mismo afirma en la mencionada entrevista, la matriz productiva no ha cambiado, “continúa siendo la misma de siempre”.

Según datos del Banco Central para el año 2010, la industria manufacturera que creció en el periodo 99-06 a un ritmo de 3,53% anual, ha crecido en el período de Correa (2007-2010) en 4,55% promedio anual. Lo que no es suficiente como para hablar de un proceso de Industrialización por sustitución de importaciones (ISI). En el proceso franco de aplicación del modelo ISI en Ecuador, entre 1972 y 1982, la manufactura creció a un ritmo de 9,1% anual (Larrea, 2006, p. 87).

La intermediación financiera y la intermediación financiera medida indirectamente[*], durante el período del Correa, crecieron a un ritmo del 9,57 % y del 10,77%, respectivamente; el sector petróleo y minas creció a un promedio de 6,85% anual; el sector agropecuario a un 4,23%; el comercio 4,35% y la construcción 10,36%.**

En consecuencia, los intereses a los que ha representado el gobierno en el proceso de construcción de la economía, forma de Estado, nueva institucionalidad y régimen político, han respondido a aquellos sectores que se reconocieron en la tendencia neoliberal oligárquica de la etapa anterior, y en la neo-desarrollista en la etapa actual impulsada, principalmente, por el presidente Correa, la misma que ha puesto el énfasis en una modernización e intervención tecnocrática del estado. Lo que ha significado que en estos años de gestión Correa haya dejado fuera de las decisiones de política pública a la tendencia social ecológica con la que mantuvo coalición en las elecciones de 2006 y primeros años de su gestión, hasta la formulación y aprobación de la nueva constitución de Montecristi.

Este acuerdo de poder y exclusión de posiciones de izquierda, se han manifestado en la limitada decisión gubernamental para impulsar temas importantes referidos al desarrollo social y protección de la naturaleza en la perspectiva del Sumak Kawsay y Estado Plurinacional: como la soberanía alimentaria, la reforma del agro, el cambio de la propiedad de la tierra, la redistribución del recurso agua, así como la limitación del extractivismo, entre otros aspectos.

En el caso de la política agraria cabe aquí recordar la posición del gobierno frente al mandato constitucional de redistribución de la tierra (Art. 334) y a la prohibición del latifundio y concentración de la tierra (Art. 282). En declaraciones hechas por el presidente en el enlace ciudadano 240 del 1 de octubre del 2011, se develaba una posición contraria a todo afán redistributivo poniendo por delante la eficiencia productiva:

“Cuidado por buscar la justicia, entre comillas, destrozamos la eficiencia y lo que hacemos es a todos igualitos, pero igualmente miserables, igualmente pobres”[†]***

Como se conoce son 13 las propuestas de ley de tierras y territorios elaboradas desde distintos sectores sociales en el marco de la discusión sobre la nueva legislación agraria. De ellas, la propuesta menos redistributiva es la generada por la Cámara de la Agricultura de la Primera Zona, apoyada por el resto del gremio empresarial agrícola. Lo que sorprende es que, a pesar de las propuestas generadas por instancias cercanas al gobierno como la COPISA (Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria) o el MAGAP, un grupo importante de asambleístas de Alianza País, encabezados por Fernando Cáceres representante de Cotopaxi, hayan decidido presentar a título personal la ley de las Cámaras el 20 de marzo del 2012.

Es necesario, no obstante, reconocer que en estos cinco años se han generado cambios del rol del Estado luego del desmantelamiento neoliberal de las décadas anteriores. Se ha incremento la inversión pública en política social como también en infraestructura y se ha diversificado la inversión extranjera, todos estos cambios en el contexto de una especial participación en el desarrollo de la soberanía regional como aspectos principales de la política pública que se ha generado en este quinquenio.

Esta perspectiva se corrobora con los datos provenientes del presupuesto general del Estado que ha crecido 145% entre 2006 y 2011. El 2012 se asignaron 26.109 millones de dólares para el gasto público, consolidando una tendencia creciente muy importante para los últimos seis años.

Además en los últimos diez años la inversión extranjera se ha diversificado. Si en el 2001 el 56% de la inversión provenía de los Estados Unidos, para el 2011 solo el 12% viene de ese país, mientras la participación de otras economías ha incrementado notoriamente. China, por ejemplo, que no representaba ni siquiera el 1% de la inversión extranjera en el 2001, para el 2011 tiene un peso del 14%. Canadá en el 2001 representaba solo el 2% de la inversión extranjera, mientras en el 2011 es el país que mayor inversión ha traído al país con un peso del 38%. Entre la Comunidad Andina y Panamá, se contribuye con el 15% de la inversión extranjera directa.[‡]****

II.

Cabe entonces preguntarse para hacer un efectivo balance del gobierno, ¿que ha sucedido en estos años y a dónde se dirige el Ecuador del siglo XXI, cuando los ecuatorianos nos aprestamos a asistir a las elecciones del 17 de Febrero del presente año para elegir presidente y asambleístas nacionales y provinciales?

¿Estamos en la perspectiva de profundización del capitalismo modernizador y tecnocrático del Siglo XXI, ligado a la transnacionalización, la reprimarización, el estractivismo que ha generado un estado, un régimen y un gobierno de corte populista y autoritario, donde los movimientos sociales han sido excluidos negándoles el diálogo, el consenso e incluso generando acciones represivas contra dirigentes y movimientos sociales? Si fuera así, se advertiría que el transito inicialmente propuesto, en lugar de ser un paso adelante en la historia del Ecuador, se ha redirigido a profundizar y remozar la vieja forma: la predominante matriz productiva y los intereses ligados al pasado y a aquellos que nacen de la renovada intervención del estado, en un contexto de recuperación de la soberanía latinoamericana.

En estas condiciones señaladas, el momento electoral del 2013 es crucial para el Ecuador, en tanto en dicha contienda, que se manifiesta la disputa de proyectos político-económicos como expresión de la lucha de clases que se ha vivido en estos últimos años para determinar el rumbo del Ecuador del siglo XXI. En efecto, en el proceso electoral se encuentran aquellas posiciones que pretenden revertir el proceso histórico por el que ha transcurrido el Ecuador en estos últimos años, a través de orientaciones de corte neoliberal y aquellas que se reconocen en la necesidad de transformar el país en la línea de los cambios propuestos en el 2006, a través de los movimientos sociales y de la izquierda, y en respuesta al viraje de la propuesta inicial que se dio por parte del gobierno que hoy pretende reelegirse, como también aquellas que buscan dar continuidad a la misma orientación económica y política que se ha dado en estos años.

III.

Con estos antecedentes descritos se puede examinar las principales problemáticas que se avizoran en las elecciones del 17 de Febrero:

Primera: las próximas elecciones y sus resultados: ¿abrirán el espacio para la consolidación del patrón de acumulación o matriz productiva en curso, que en su aspecto principal se relaciona con el capital transnacional de carácter extractivista y sectores oligárquicos remozados y modernizados de carácter monopólico y oligopolio, donde se vuelve adicionalmente pertinente la cuestión? ¿será posible el tránsito de una oligarquía rentista a una burguesía basada en la extracción y explotación de plusvalía? O bien ¿podría efectivamente generarse las condiciones políticas para un cambio de la matriz productiva? ¿En consecuencia, se afianzará, la línea de modernización capitalista en base a la misma matriz productiva anterior, profundizando la extractivista?

La información proveniente del Servicio de Rentas Internas (SRI), nos permite observar que la matriz productiva no ha sido modificada, y los niveles de concentración de la economía son mayores en aquellos sectores considerados ejes de acumulación en una economía extractiva, primario exportadora y rentista a nivel financiero-especulativo. Los principales contribuyentes, representantes de los grupos económicos monopólicos se concentran principalmente en el sector financiero (33%), recursos no renovables (20%) y agroindustria (17%). El 70% de las empresas pertenecientes al top 30 de principales contribuyentes, pertenecen a estos tres sectores.

Mencionada orientación económica que ha estado presente en estos últimos años de Gobierno, ha restringido el campo de acción de aquellas intenciones e intereses que se han orientado por las propuestas de cambio de modelo y matriz productiva, propuesto en el Plan del Buen Vivir (Sumak Kawsai) delineado por la Constitución de Montecristi.

Por caso, la inversión extranjera en agricultura es mayor a la existente en la primera mitad del decenio, pero su dinamismo y nivel es menor en relación a la extracción de minerales.[§]***** Se evidencia la vocación extractiva y primario exportadora de la matriz productiva, seis años después de iniciado el presente gobierno. Si la empresa privada invierte en dichos sectores es porque los incentivos para hacerlo son poderosos.

Segunda: En esta contienda ¿se consolidará y profundizará el modelo político o régimen en curso basado en la implementación del llamado “hiperpresidencialismo” o “decisionismo fuerte” desde una forma de liderazgo caudillista, basado en la exclusión del dialogo y el consenso con los movimientos sociales? ¿Se continuará en una línea de concentración del poder limitando la independencia de las otras funciones del estado: la legislativa y judicial; así como de la de Participación Ciudadana y Consejo Electoral?

O por el contrario: ¿se abrirá una etapa plural de reconocimiento, dialogo y consenso de los movimientos sociales, cuestión que no se ha dado en los últimos dos años del gobierno de Correa? ¿Sera posible avanzar en la propuesta constitucional de una democracia radical y participativa que abra al Ecuador a un verdadero transito social y político, y garantizar la independencia de las funciones del estado, especialmente la función jurisdiccional, lo que podría traducirse en un importante desarrollo institucional democrático del Ecuador del Siglo XXI?

Situación crucial la de febrero de 2013 para el Ecuador en tanto en la contienda electoral se ratificará o no el mencionado modelo político armado en los últimos años, que ha limitado el cumplimiento de los postulados de cambio, originalmente planteados por la izquierda, los movimientos sociales y ecológicos, y más bien, por el contario, se ha constituido en la base para representar y coincidir con los sectores oligárquicos, principalmente, guayaquileños.

En esta perspectiva que describe el modo como se ha enfrentado la economía por parte del gobierno, la “metedura de mano” a la justicia planteado –inconstitucionalmente – por la Consulta y el Referéndum de mayo del 2010 y el control actual del Consejo de la Judicatura de mayoría gobiernista elegido en los últimos días, representa esa necesidad, intereses y objetivos, es decir, proteger al capital transnacional extractivista y a los sectores remozados de la oligarquía, así como armar la justicia para reprimir al movimiento social opuesto a este modelo de acumulación. En este sentido, Correa ha actuado como Febres Cordero y Gutiérrez, que metieron “la mano a la justicia”, para “cubrir” y garantizar los intereses en juego en la coyuntura ligados a la oligarquía guayaquileña y al capital transnacional. Y por eso en estas elecciones una vez más el pueblo ecuatoriano se pregunta: ¿continuará esta línea de justicia dependiente de los mencionados intereses o se impulsará una independiente y equilibrada?

Tercera, las elecciones de Febrero ¿abrirán paso a una respuesta nacional integradora del Ecuador del Siglo XXI?; o más bien ¿afianzaran determinadas posiciones ligadas a la oligarquía guayaquileña?, Esto podría contravenir el comportamiento del mismo presidente Correa y su gobierno, que en el inicio de su mandato, en un renovado afán por representar lo nacional (la integración de las regiones), desarrolló importantes iniciativas, como lo hizo el presidente Jaime Roldós (1979-1982) en su momento, pero que en la realidad, en el forcejeo de posiciones, al transcurrir su gestión gubernamental, ha terminado expresando determinadas posiciones unilateralmente regionales. ¿Acaso un síntoma de esto es la nominación “caprichosa” e interesada del candidato a la Vicepresidencia, el guayaquileño Glass?

Las elecciones del 17 de febrero tiene también esta significación de sentido histórico-cultural, en tanto en ella se disputa, la consolidación de la influencia política sobre la ciudad que le vio nacer a Correa y a su candidato a la vicepresidencia así como su relación con intereses oligárquicos, monopólicos y transnacionales.

Los electores del 17 de febrero se encuentran ante el dilema de continuar en el autoritarismo, acumulación extractivista y oligárquica; o dar paso a interesantes procesos políticos y acciones que ya se evidenciaron en los primeros años de gobierno, cuando se mantenía la coalición de los movimientos sociales y la izquierda relativos a la recuperación anti neoliberal del Estado, el impulso del Estado Plurinacional como de “gestos” soberanos y políticos en perspectiva de impulsar la soberanía alimentaria, la reforma agraria, la distribución equitativa del agua y los limites al extractivismo, que han sido el déficit del gobierno de Correa como el mismo se ha encargado de reconocer.

En consecuencia se vuelve a poner en la escena de febrero de 2013, finalmente, la siguiente inquietud: ¿se reconfigurará en este periodo que se avecina, una renovada dirección del proceso político ecuatoriano? ¿Continuará el Estado como una de las palancas de la remozada y modernizada acumulación y con los “gestos” y políticas soberanas y nacionalistas y un régimen de corte autoritario y populista?

Las elecciones de Febrero ¿dejaran el espacio abierto para el chantaje e imposición de propuestas económicas y políticas ligadas a intereses transnacionales de viejas y renovadas potencias mundiales? O por el contrario, este importante evento y sus resultados ¿abrirán en el Ecuador un periodo nuevo? en el que todos los ecuatorianos y ecuatorianas aspiran a recuperar las propuestas de cambio de 2006 para una renovada y efectiva transformación propia del siglo XXI. De tal manera que se pueda promover un proceso de integración nacional en el contexto de significativa recuperación soberana de América Latina, y así gestar un proyecto superador de las condiciones actuales, desde la izquierda y los movimientos sociales, del Ecuador.

* articulo elborado en el marco del proyecto de investigación ‘Balance Critico Gobierno de Correa’.

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*En el mes de octubre de 2012 en Lima-Perú, un periodista de televisión pregunta a Rafael Correa: “un punto adicional señor presidente para evaluar su Revolución Ciudadana, tiene que ver con las críticas a la matriz productiva, qué no ha logrado cambiarla, que sigue muy dependiente del petróleo, ¿es cierto eso? ¿Está en camino de cambiar?”

**Banco Central del Ecuador, 2007-2010

[†] ***(Rafael Correa Delgado, Enlace ciudadano No. 240)

[1] ****Fuente: Banco Central del Ecuador, Inversión Extranjera Directa 2001-2011

[§] ****Fuente: Banco Central del Ecuador, 2001-2011