Análisis del resultado electoral en Ecuador

Las comunidades pueden ahora reflexionar sobre la necesidad de fortalecer la autonomía y protagonismo en las localidades y territorios



Aún antes del informe final, faltando muchas mesas por escrutar, las tendencias se están perfilando de la siguiente manera: Correa sobrepasó el 50% de los votos y difícilmente habrá variación tendencial, por lo que asegura cuatro años más de gobierno sin necesidad de segunda vuelta. El banquero Lasso alcanzó el 20%, lo que le transforma en la segunda fuerza política que articula a la derecha más politica y un importante sector financiero, que si bien aumenta sus ganancias con el modelo Correa, aspira a asegurar un bastión oposicionista que presente recambio a futuro con una fuerte presencia parlamentaria, al igual que Capriles en Venezuela. Gutierrez y Novoa, también representantes de la derecha, fracasan estrepitosamente y dejan el camino abierto a la consolidación de Lasso como figura central de la oposición, a lo que hay que sumar las flores que ha arrojado Correa hacia esa derecha moderna de Lasso con la que es mejor tratar que con Acosta y las comunidades.

El único que queda bien posicionado en el campo popular, dejando atrás a otros grupos progresistas y de izquierda es Alberto Acosta, de la Unidad Plurinacional, con una media de 3 a 4%, que si bien no marca presencia, se instala como un perfil contestatario que podrá maniobrar según sus resultados para el congreso, donde el Pachakutik cuenta con una buena base. De esa manera la resistencia contra el capitalismo extractivista no contará con fuerza parlamentaria que impida la aplanadora correista que contará con la connivencia de Lasso y sus parlamentarios para aprobar las medidas atentatorias contra la madre tierra que propone Correa. Los choques entre la derecha y Correa serán más que nada en la defensa de la prensa, pues Correa ya anunció en el balcón del palacio Condorcet que enviará un proyecto de ley para restringir lo que llama excesos de los medios.

El estilo populista de Correa y el uso del aparato estatal para entregar algunas prebendas sociales que le han asegurado la votación es expresión de pragmatismo ciudadano que prefiere esas limosnas en mano que promesas volando. Estamos en presencia de un estado benefactor al más puro estilo de antaño, que seguirá extendiendo el manto del silencio y la complicidad “pragmática” sobre el avance arrollador hacia las tierras donde se espera profundizar el extractivismo y el sometimiento de comunidades que hasta ahora han cerrado el paso al sendero empresarial que requiere el gobierno para seguir ampliando los beneficios sociales a una capa limitada de población, ya que el chorreo tendrá que tocar fondo, pues no es posible que el modelo extractivista siga avanzando aniquilando tierras y comunidades, lo que sólo puede hacerse desde el estado apoyando económicamente a un sector urbano, como ha hecho Morales en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. La llamada izquierda correista en este caso, que no lo es, ha sustraido el programa empresarial de la derecha para la acumulación de capitales haciendo tabla rasa con la población campesina y originaria que ha ido empujando hacia las ciudades para cooptarlas e integrarlas al populismo estatista.

La Conaie y Pachakutik han caido en el error de disputar a Correa en el plano electoral descuidando la construcción de espacios territoriales autónomos que generen nuevas formas de vida sobre la base de otra economía y, por tanto, la generación de otra conciencia, reforzando hasta ahora más bien el papel del estado que poco a poco llega hacia sus bases horadando las posibilidades institucionales de control o detención del extractivismo, salvo algunas experiencias parciales que no se han extendido y han quedado debidamente aisladas desde el gobierno, como Sarayacu y varias otras. Para ello el novimiento indígena no encontró nada mejor que aliarse a la rancia izquierda desprestigiada de los grupos llamados m-l del PCm-l, MDP, UNE y directivas estudiantiles.

Sin ninguna duda, la alianza entre los grupos de Montecristi Vive de Acosta y otras organizaciones de izquierda de abajo con la Conaie y el Pachakutik, sin los grupos m-l, habría alcanzado mayor llegada a grupos urbanos y críticos de los m-l. Dime con quien andas y te diré quien eres. La mala compañía jugó en contra de las aspiraciones institucionales de los de abajo. Fue un erróneo cálculo de costo-beneficio. Para superar esas limitaciones, las comunidades tendrían que revertir su accionar fortaleciendo la autonomía de los territorios y no sólo siendo buenos administradores de los municipios que controlan, ya que la competencia dentro de las instituciones sin forjar las bases de Lo Otro, va al fracaso enfrentando un poderoso estado que se apoya en los buenos rendimientos que ha tenido el petróleo y las posibilidades que visualiza el empresariado con la llegada de los capitales chinos y de otros orígenes hacia la minería. El segundo paso para abrir nuevos derroteros debería ser el distanciamiento de las corrientes m-l partiendo con la separación de aguas en el propio parlamento y definiciones de nuevas politicas desde abajo para enfrentar la ofensiva capitalista que prepara Correa.

Es hora que las comunidades trabajen no sólo para reforzar el centro coordinador de sus organizaciones para intervenir en la gran política, sino para fortalecer sus localidades con autonomía, autogobierno y otras relaciones económicas, tejiendo redes de la otra economía de comunidad a comunidad, levantando alternativas desde abajo.

Para algunos sectores de izquierda del continente es mejor Correa que otros porque hace “avances” desde el distribucionismo estatista, sin embargo representan un fuertísimo retroceso y debilitamiento estratégico de la construcción desde abajo, como cualquier otro gobierno. Es hora que esa izquierda deje deje de mirar los cambios desde los estados y comienze a ver que las perspectivas estratégicas están en la autonomía y protagonismo de los de abajo. Resulta increible que no hayan aprendido nada de la caída del muro e insistan en su estrategia estatista, que les llevará a nuevos precipicios, a los cuales muchos no están dispuestos a llegar, por lo que se ahondarán las contradicciones entre los sectores que afinan líneas desde abajo con los que sólo ven caminos de cambio por arriba.

Abrazos
Jaime Yovanovic (Profesor J)
http://clajadep.lahaine.org
profesor_j@yahoo.com