Chávez y Allende: Ciclos latinoamericanos. Actualizado, incluyendo la Segunda Parte

Vea también la cronología noticiosa de los de abajo. 10 años de acciones y propuestas desde la autonomía social, las comunidades originarias, organizaciones revolucionarias y diferentes analistas, que no ha divulgado la izquierda burocrática, obviamente.



Chávez y Allende: Ciclos latinoamericanos

Por el Profesor J

Nota previa:
Toda la gran prensa se está ocupando de la muerte de Chávez, la que lamentamos, aunque para nosotros no estaba tan cerca del pueblo como sostienen los representantes de la burocracia, pero sabía comunicarse y trasmitir la esperanza, aunque su modelo lo alejaba del protagonismo social de los de abajo y se dedicaba a administrar desde arriba el desarrollo del capitalismo extractivista en la forma de un nacional-populismo similar al de Perón, que fue tanto o más llorado tras su muerte. Esta página promueve las formas de vida comunitaria y la construcción de lo nuevo desde abajo, pues no creemos que los de arriba nos lleven a cambiar el mundo, tal vez a “mejorarlo” un poco, pero ese “mejoramiento” se está haciendo a costa del sufrimiento y desangramiento que promueve el capitalismo extractivista. No, gracias, no somos chavistas y no participamos del circo mediático que están haciendo los medios. Por ello hemos creído más pertinente hacer una reflexión comparativa entre ambos procesos y ambos líderes:

Allende representó la cristalización de un modelo político avanzado de Frente Popular parta instalar el estado de bienestar en la época de fin de ese modelo y de surgimiento del nuevo modo de acumulación capitalista neoliberal. Allende había ganado para hacer avanzar levemente el estado patriarcal y benefactor bajo las políticas desarrollistas y tecnocráticas de la CEPAL: desarrollo basado en la sustitución de importaciones mediante el redistribucionismo hacia sectores sociales que asegurasen el consumo de la industria de punta, tales como automotrices y químico-farmacéuticas, junto a una fuerte inversión de capitales en esas empresas de vanguardia tecnológica que aseguraban núcleos de absorción de mano de obra agregado a una potenciación de las industrias tradicionales como textiles, alimentos y artefactos domésticos.

Los sectores no favorecidos por el modelo, que constituían la enorme mayoría de la población en los territorios controlados por el estado chileno, tales como periferias de las ciudades, campesinos, pueblos originarios y trabajadores de mediana y pequeña industria no tenían el ingreso ni por ende la capacidad adquisitiva de los trabajadores mineros, estatales, gran industria e industria de punta, lugares donde se instalaba la llamada aristocracia obrera de fuerte adscripción a los partidos reformistas y burocráticos, como la Democracia Cristiana, el Partido Comunista, el Partido Socialista y el Partido Radical. La CUT había dejado de ser el instrumento de lucha obrera soñado por Clotario Blest.

La población marginada no aceptó el rul subordinado que se le imponía desde la izquierda estatista, menos si se reconocían como factores esenciales del avance electoral hacia los sueños prometidos. Otro factor que llevó a la dinamización y autoorganización masiva de los sectores marginados fue la actitud deliberante, beligerante y abiertamente golpista de las instituciones armadas.

De esa manera se masifica aceleradamente la participación y la coordinación en localidades de obreros de pequeñas y medianas industrias en decenas de cordones industriales apoyando unos las luchas de los otros y saliendo juntos a la calle cuando se requería. Del partido y del sindicato, muy débiles entre los de abajo, se pasaba directamente de la lucha reivindicativa a la lucha política en la forma de gérmenes de órganos de poder popular, lo que rápidamente asumía formas de conciencia de autodefensa ante la agresividad de las fuerzas armadas y policiales, que desarrollaban sus propias modalidades represivas en las narices del gobierno, que hacía la vista gorda, como los años de amenazas contra Sabino Romero en Venezuela, que acabó finalmente siendo asesinado con la complicidad gubernamental.

En las periferias urbanas los pobladores y pobladoras sin casa ocupaban un terreno tras otro, rodeando las ciudades de experiencias de autoorganización con formas de otra economía, prácticas autogestionarias -como fábricas de ladrillos y muchas otras- y relación directa con las formas de autoorganización campesina para la distribución horizontal de alimentos mediante almacenes populares.

De la alianza y actividades conjuntas entre cordones industriales y cordones de campamentos de pobladores sin casa, nace la propuesta de los Consejos Comunales de Trabajadores, donde fue posible establecer una fuerte unidad en la acción de militantes de base de partidos de gobierno con la izquierda revolucionaria, cuya principal organización, el MIR, dirigido por Miguel Enríquez, crecía y se expandía rápidamente en todos los sectores sociales y geográficos.

En el campo fue un reguero de pólvora, ya que grupos campesinos en todas las regiones del país –y con muchas fuerza en los territorios mapuche, donde destacaron los hermanos Moisés y Félix Huentelaf- pasaron a ampliar la reforma agraria limitada que ofrecía el gobierno popular, ocupando con la consigna “Nadie nos trancará el paso” cientos de haciendas de todos los tamaños. Un buen día el latifundista o el cuidador del fundo amanecían con las cercas casi junto a la casa, en lo que se llamó “corridas de cerco” y detrás decenas y decenas de campesinos con horquillas y palos con carteles y banderas del Movimiento Campesino Revolucionario.

Todos esos sectores apoyaban a Allende, pero no esperaban que el líder moviera un dedo o diese un discurso para saber lo que había que hacer, cuando, donde y como, a diferencia de Venezuela donde sectores importantes han vivido esperando la voz del líder. Se ha desarrollado allí un culto a la personalidad que luego veremos sus orígenes. Ese apoyo desde diferentes sectores sociales en lucha, junto a la expulsión del ejército de decenas y decenas de boinas negras que habían decidido sumarse a las dinámicas de los de abajo incorporándose al MIR, tocó la sensibilidad de la tropa a lo largo y ancho del país en una medida que se oculta por todos los sectores que por su estatismo requieren la disciplina, verticalidad y autoritarismo del mando, ya que esa tendencia iba creciendo y se produjeron forma de organización de la tropa dispuestos a sumarse a la lucha popular contra el golpismo. Decenas de marinos fueron detenidos y torturados por la oficialidad.

El empresariado convocó una paralización nacional que fue contestada de inmediato con la ocupación y funcionamiento autónomo de las fábricas y centros de trabajo, sin orientación de ningún partido, ni siquiera de la izquierda revolucionaria, que se sumó a la medida, constituyéndose en la primera y única experiencia histórica mundial de toda la economía de un país (con excepción de algunos transportistas y comerciantes, pero en el caso de estos últimos, las tiendas fueron abiertas por los trabajadores del comercio) , incluyendo minería, industria, construcción, transporte público, comercio y servicios, dirigida, administrada y controlada por sus trabajadores sin intervención del estado ni de los propietarios, que quedaron sorprendidos porque les había salido el tiro por la culata y reconocieron formalmente que habían perdido de facto la posesión efectiva y el usufructo de las empresas. Sólo les quedaban los títulos de propiedad en el papel. De modo que exigieron a Allende la devolución de las empresas.

Continuación:

El presidente popular ordenó a los partidos retirar a sus militantes de las empresas ocupadas y el primero que respondió, por supuesto, fue el Partido Comunista, que a empellones obligó a salir a sus militantes y a sus dirigentes sindicales para obligar a salir al resto. El Partido Socialista lo hizo a regañadientes, pues sus bases ya operaban activamente en los cordones industriales y en los Consejos Comunales de Trabajadores, que pidieron llamar de “comandos” para evitar la connotación de contrapoder que carga la palabra “consejo”, que traducido al ruso es “soviet”..

Por ejemplo en las automotrices de Arica, industria de punta muy pujante, con alrededor de 10 firmas de diferentes países, como Fiat, Ford, etc. con varios miles de trabajadores, los sindicatos eran dirigidos por el Partido Comunista y, en menor medida, por el Partido Socialista, que cayeron todos tras la orden de devolución de las empresas ocupadas. Se hicieron de inmediato nuevas elecciones sindicales y casi la mitad de las directivas fueron distribuidas exclusivamente entre representantes electos de la izquierda revolucionaria, quedando fuerta totalmente los partidos oficialistas, en tanto en el resto los electos de la izquierda rebelde ocupaban la mayoría de los cargos, quedando en minoría los oficialistas.

A esos indicadores se suma el experimento golpista que hizo el ejército de rodear con tanques el palacio presidencial, lo que dio como resultado que un millón de personas rodearan la Moneda para protegerla exigiendo a gritos armas para el pueblo y la disolución del Congreso, que, dirigido por la Democracia Cristiana, terminó por aprobar una ley de Control de Armas, que permitió a los cuerpos armados entrar en fábricas y poblaciones en busca de armas ocultas, bastando para ello una denuncia anónima, es decir, podían hacerlo, y así lo hicieron, a voluntad.

El golpismo de la Democracia Cristiana llegó a la declaratoria de Ilegitimidad del gobierno, con lo que se abrieron las puertas oficiales al golpe militar, que había perfeccionado sus planes desde antes de asumir Allende, contradiciendo ellos mismos a los actuales aliados de la DC, es decir los partidos Socialista y Comunista, que esconden los hechos para culpar al pueblo movilizado de generar en la oficialidad la disposición golpista en contra de ellos, los gobernantes burócratas que no quisieron reconocer la fuerza social con que contaban y prefirieron perderlo todo antes que dejar el proceso en manos de la alianza que despuntaba entre las dinámicas populares de abajo y tropas decididas a quebrar la verticalidad del mando militar y pasarse a las filas populares.

Hoy día el PC y el PS esconden el papel golpista de la DC e intentan convencernos de que esa es una salida, además nos dicen que goza de la simpatía de venezolanos y cubanos, como si propusieran un modelo diferente o como que todos sin distinción se empujan unos a otros por administrar el mismo modelo. Esos mismos que se pusieron desde arriba en contra de la autonomía social y el protagonismo de los de abajo y que permitieron la aprobación de la Ley de Control de Armas para poner astutamente a las fuerzas armadas contra el pueblo movilizado. Es claro que eso hoy día tienen que esconderlo, pero lo decimos aquí y en la quebrada del ají: Los partidos de la UP permitieron la votación de esa ley maldita retirándose del Parlamento como gesto de repudio meramente simbólico, sabiendo que sería aprobada en cinco minutos por la derecha aliada a la DC, sus actuales compinches, y si se quedaban podían entorpecer demorando meses y meses la aprobación. Era mejor para la izquierda en esa fecha soltar a los perros de presa contra la población que permitir que el creciente poder popular arrebatara la conducción del proceso junto a los militares antigolpistas.

Veamos ahora algunos datos sobre Venezuela, partiendo de como se formó el círculo de militares patrióticos donde Chávez asumió el liderazgo una vez expurgados los sectores rebeldes.

Chávez y Allende: Ciclos latinoamericanos. Segunda parte

Por el Profesor J

En el caso venezolano, la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional FALN, dirigidas por el comandante Douglas Bravo, habían mantenido en jaque al ejército venezolano en las montañas de Falcón. Bravo y sus compañeros eran críticos del socialismo burocrático de la URSS y se habían identificado con el maoísmo chino, que luego, al ver que seguían el mismo camino, dejó de ser referente para ellos, que decidieron ser más autónomos. Deciden desmovilizarse y regresan a la vida civil, lo que se realiza mediante negociaciones. Esta corriente socialista autónoma inició un intercambio clandestino con sectores de la oficialidad del ejército y gradualmente se crea el círculo de oficiales patrióticos, donde participaba también Chávez, quien busca apoyo personal por fuera y, a través de José Vicente Rangel, se conecta con la Nomenklatura que había sucedido al caído Vaticano de Moscú. Rangel había sido candidato presidencial por diferentes fuerzas de izquierda tradicional y gozaba de la confianza de la corriente de izquierda burocrática internacional continuadora del capitalismo de estado derrumbado, que vieron allí una posibilidad de sumar el personalismo de ese alto oficial de ejército a sus necesidades y requerimientos de un proceso de recuperación del espacio perdido tras la caída del muro de Berlín.

Con el Caracazo, los riesgos del desarrollo de un protagonismo autónomo desde abajo se acrecentaron. Chávez quiebra el círculo patriótico haciendo salir a la oficialidad que defendía la propuesta de Bravo de alianza con la sociedad en movimiento y de nacionalización de los principales recursos del país, sector que había desarrollado una mayor vocación rebelde y de un socialismo no derivado de la vieja guardia estalinista, así Chávez se hace del mando y viaja a Cuba. Gabriel García Márquez conversa con él en el viaje en avión de regreso de la isla y escribe publicando casi de inmediato que el hombre no lo convence.

La diferencia fundamental de los dos bloques dentro de la oficialidad patriótica estriba en que el primero propone instalar el camino al socialismo sobre la base del pueblo movilizado para avanzar a la nacionalización del petróleo generando una economía independiente de los conglomerados internacionales. El bloque subordinado a la nomenclatura difiere en dos aspectos, el primero es la institucionalidad de arriba-abajo y el segundo la no ruptura con el capital globalizado. El socialismo autónomo de Bravo es sustituido por el llamado Socialismo del S. XXI cuya concreción arribaría del despliegue del modelo nacionalista-populista al estilo peronista, sin protagonismo popular donde se tomen las decisiones, lo que acarreaba el riesgo de la autonomización de localidades. La vieja pugna de la autonomía o la centralización de los soviets sale a flote reactualizada por las nutrientes que la vieja guardia estalinista inyectaba constantemente mediante la jeringa Chávez. El capitalismo de estado derrotó así a las ideas nuevas de un socialismo dirigido mediante la participación activa de los de abajo. Las dinámicas sociales fueron encauzadas hacia la institucionalidad y el modelo del capitalismo extractivista. La figura del líder fue un endiosamiento exacerbado, donde todo lo malo se achacaba a los dirigentes medios manteniendo así una imagen impoluta del dirigente máximo. Los consejos de poder popular fueron subordinados a la dirección central. El propio viceministro del poder popular, Roland Denis, muy próximo a las ideas del socialismo autónomo de Bravo y crítico del centralismo estatista burocrático, debió renunciar por el burocratismo que se le obliga a imprimir a las relaciones con los órganos de papel del falso poder popular, levantando como alternativa la urgencia y la necesidad de la autonomización de dichos órganos y aún más, la importancia de las formas comunitarias en las localidades, que superaran las meras formas orgánicas. No tardo en perder el puesto.

Para no profundizar el diagnóstico, pues se requiere un análisis más de fondo del modelo allí impuesto, baste por ahora señalar que la relación con las comunidades originarias ha sido clientelar y de integración al sistema de ciudadanía occidental de la institucionalidad del estado, llegando a amenazar seriamente la autonomía comunitaria y su propia lucha por el territorio, como fue el caso del cacique Sabino Romero, asesinado por la complicidad latifundistas-gobierno. Como referencia recomendamos la selección y lectura de la profusa bibliografía sobre el asunto que hemos puesto en la base de datos en http://clajadep.lahaine.org

El caso Sabino desnuda las verdaderas relaciones entre la burocracia estatal y las comunidades, no sólo originarias, sino también sectores menos favorecidos como el campesinado y los sin casa, entre otros.

El modelo chavista de estado benefactor toma la idea de la continuidad institucional establecida por la república y la patria grande de las logias inglesas interesadas en debilitar el poderío español en las colonias que aplastaban a las poblaciones locales con la propuesta eurocentrista de “civilizarlos” mediante la destrucción de sus formas de vida y la evangelización asentada en la adoración a un dios lejano sentado en el trono del poder central, universal y todopoderoso.

Para situarse históricamente hay que retirar la vista del escenario hipnótico lleno de luces donde se agitan las banderas bolivarianas y mirar más allá: nuestra historia no es la historia del modelo estatal traído por los invasores. Esa es la historia de ellos, la historia de las cadenas, que siempre han pretendido que la hagamos nuestra para borrar las huellas de las pisadas de nuestro andar milenario.

No es posible asumirnos como hijos y nietos de la colonización, sino que somos descendientes de la resistencia telúrica de los pueblos originarios y las comunidades traídas de otras partes para ser arrojadas como bueyes a trabajar la tierra hasta morir. El poder ha conseguido que algunos de nosotros vean con buenos ojos a los latifundistas que aliados a los ingleses aspiraban a instalarse como clase dominante con el exitoso modelo europeo excluyente de elecciones y cabildos que copiaban las convocatorias alternativas a los consejos de los tres estamentos donde los propietarios llevaban a sus obreros y a sus siervos con la promesa de la libertad para que vendan con libre albedrío la fuerza de trabajo a condición de que produjera plusvalía.

“Sean libres”, “Viva!”, “Fin a la esclavitud”. “Epa!”, “Ole!”.
Liberación de la esclavitud liderada por la propia oligarquía (que bondadosos, caramba!) de la tierra invadida que deseaba traer los beneficios de la revolución industrial. Recordamos que la pujante burguesía norteamericana no derrotó a los algodoneros esclavistas del sur para acabar con el algodón, sino para subordinarlo al modelo capitalista. Vea en su memoria a esas tropas del norte industrializado que con una mano liberaban esclavos y con la otra machacaban indios. Hacia el sur el “progreso”, hacia el oeste el genocidio.

“No es posible administrar el capitalismo sin explotación del hombre y sin destrucción creciente de la naturaleza”.

Eso significa lisa y llanamente que la acumulación capitalista –con el nombre que le pongan- que aspira a irradiar “beneficios sociales” con las manos ensangrentadas es un oxímoron que, como dicen Borges y el Sup, se refiere a un concepto que contiene dos ideas opuestas, por ejemplo: la brillante oscuridad o la hermosa fealdad (no se me ponga surrealista, ya que Rimbaud sostenía que hasta lo horrendo es bello, lo que es más realista que las descripciones estéticas que predominan en la cultura del saber-poder).

Todavía hay gente que aplaude a la burguesía por hacer la “revolución” contra el predominio de las relaciones de producción feudal. Todavía hay gente que cree que la idea de “progreso” o “crecimiento” como que suenan bien, sin diferenciar que se refiere solamente al desarrollo de las fuerzas productivas que van modificando revolucionariamente los modos de producción. Revolución en este caso es un salto, una solución de continuidad. No tiene que ver con el acto subjetivo de acción humana de modificación de la hegemonía y las relaciones de poder.

La “revolución” leninista es un simple cambio de manos para administrar el capitalismo, lo que el autor llamó de “revolución social”, cuando en realidad lo revolucionario es la generación de nuevas relaciones de producción, que nunca se han establecido en el llamado socialismo, teóricamente destinado a extinguir las relaciones de compraventa de la fuerza de trabajo que produce plusvalía, pero que históricamente ha hecho lo contrario: fortalecer las relaciones capitalistas y la ideología derivada de ellas.

Las relaciones comunistas que existían en nuestro continente Abya Yala eran “atrasadas” según la cultura europea y las instituciones europeas como la república serían “avanzadas”, pero no fueron ningún progreso ni “revolución”, sino una regresión, una vuelta atrás, la barbarie aplastando a las comunidades, aprovechando el poder brutal instalado encima de los pueblos por la colonia, con esos falsos cabildos donde los esclavos y encomendados no tenían arte ni parte, salvo las promesas de “libertad” para morirse hambre o entrar obligatoriamente al ejército “libertador”.

El pánico recorría las colonias y a los sectores que disputaban el poder: Los negros de Haití, esos africanos, se sublevaron (y hasta el día de hoy pagan por el susto que hicieron pasar a los señores) y se sacaron de encima a los oligarcas, a los soldados, a los funcionarios y a los incipientes burgueses. La primera gesta independentista no necesitó a los oligarcas “buenos” para la liberación de los grilletes. No hay más pánico que los de abajo aprendan de los de abajo. Había que apresurarse, no fuera el caso que nuestros pobrecitos esclavos, nuestros pobrecitos indios y nuestros pobrecitos pobres se levanten también (Oh! My god). ¿Quién podrá ayudarnos?

Menos mal que surgió un Simón Bolívar y en todas partes otros como él debidamente concientizados y entrenados en las logias europeas, con su “guía para la acción” y librito rojo cual adarga bajo el brazo. Ellos impidieron el caos, ya que desde la chusma no surgió un jefe y los que aparecían por todos lados los mataban también en todos lados, incluso en Tiltil. Lo mínimo un templo y la santidad para el héroe. Y colorín colorado, esa historia no se ha acabado, como demuestra la traición de la nomenclatura que acabó con el aislamiento y el asesinato del Che, o de Roque Dalton, o de la comandante Ana María, haciendo carambola para que cayera el comandante Marcial y así, hasta llegar al extraño atropellamiento intencional que culminó con la muerte del hijo de Douglas Bravo y la fuga del autor, que nunca fue hallado.

Sigue en la parte Tercera: un poco de actualidad para refrescar la memoria y desatar nudos de adoración al mito fabricado.

Continuará en las próximas horas.
El lector avezado encontrará los puentes comparativos entre los procesos anotados.

Vea la Cronología de las luchas de los de abajo, la construcción de autonomía y poder popular desde la perspectiva anti-burocrática contraria a la práctica centralista y asistencialista del estatismo chavista:

Venezuela: Cronología de los de abajo. Noticias poco o nada divulgadas http://clajadep.lahaine.org/?p=13180