Yahualica, Hgo., 5 de agosto. “Aquí no hubo ningún enfrentamiento. Los policías nos masacraron”, dijeron familiares y amigos de los dos campesinos muertos y ocho heridos presuntamente por órdenes de Francisco Lanzagorta, asesor jurídico del gobierno municipal, a quien responsabilizan de la trifulca ocurrida la madrugada del domingo y que mantiene en tensión a este municipio enclavado en la Huasteca, cuyo acceso principal ha sido bloqueado y no hay forma de salir ni entrar, “hasta que se haga justicia”.
Unas 500 personas se arremolinaron en el pequeño panteón municipal, ubicado a escasos 100 metros de la alcaldía, donde sepultaron a sus muertos y en el mismo lugar hubo una reunión con el subsecretario de Gobierno para la región huasteca, José Eugenio Segura Marroquín, quien tuvo que aguantar el rosario de reclamos por la falta de apoyo a los heridos que, según sus familiares, no han sido atendidos.
Culpan a autoridades de Yahualica de agresión a indígenas el domingo Ese día no hubo enfrentamiento; un asesor del alcalde ordenó balearnos, aseguran pobladores
Exigen apoyo económico para 2 viudas y 8 heridos; bloquean accesos a la zona “en demanda de justicia”
La tarde del lunes, entre el llanto de las viudas e hijos, vecinos y familiares de la decena de indígenas baleados, exigieron la destitución del alcalde, el priísta Juan Ramírez, “y todo su gabinete”, y que el gobierno cumpla con el apoyo ofrecido, además de que se castigue a don Pancho Lanzagorta, empresario veracruzano avecindado en Huejutla.
Raquel Ontiveros, testigo de la refriega, recuerda que la noche del sábado, “ya pa’amanecer domingo”, llegó don Pancho Lanzagorta a la tienda de Rolando Lara Nochebuena, acompañado de un grupo de policías, y a golpes se llevaron al almacenista, acusado de vender alcohol a altas horas de la noche.
Afirma que “cuando vimos que golpeaban a nuestro compañero nos organizamos y cerramos el camino para que no se lo llevaran”, y recuerda que Lanzagorta, pistola en mano, comenzó a insultar a los campesinos; de pronto empujó a José Zavala, delegado de la comunidad de Pedro María Anaya, y le gritó que “tengo un chingo de dinero como pa’matar a los pinches indios”, gritó, para enseguida cortar cartucho y dispararle a bocajarro, refirió.
Luego ordenó a los policías que lo acompañaban disparar contra la multitud, lo que dejó nueve heridos, uno de los cuales, Pedro Ruiz, murió en un hospital de Ciudad Madero, Tamaulipas; otro está en coma y los restantes siguen hospitalizados, pero hasta el lunes sin atención médica, según denunciaron aquí sus familiares, luego de acudir al sepelio de José Zavala y Pedro Ruiz.