Reconquistando el Territorio

A propósito de los recientes acontecimientos en Oruro



A propósito de los recientes acontecimientos en Oruro:
Reconquistando el Territorio
Felix Willka Gonzalo

Desde Arequipa, pasando por Tacna, Arica, Iquique, Tucumán,
Jujuy, Tarija, Sucre, Cochabamba y Oruro, se estuvo librando en
los últimos cincuenta años una batalla feroz, silenciosa y sin sangre.
Esa batalla librada casa por casa, calle por calle, conquistó en sus
inicios a Puno, Juliaca y Potosí, aquellas en donde la población
andina era inmensamente mayoritaria. ¿Cuál era el centro de la
Batalla Principal? ¿Dónde se libraba esta? Vayamos por partes.
Los actores principales: Los descendientes de europeos, dueños
de las mejores casas, del centro de las ciudades, de los mejores
negocios, de las mujeres más bellas, de los puestos de trabajo
mejor pagados. Su enemigo principal: El pueblo aimara. Desde
Arequipa hasta Jujuy, son ellos los que han cobrado fuerza
económica y han logrado desplazar en una lucha durísima y sin
cuartel a los descendientes de europeos.
Oruro es uno de los bastiones más difíciles. Riquísimo centro
minero, albergaba en su seno a familias de alemanes, yugoslavos,
españoles y sus descendientes mestizos. De sus antepasados de
sangre pura no queda ni el menor rastro. De sus descendientes
mestizos, queda tan solo una muestra insignificante, que ahora
en forma desesperada, manoseando la “Defensa Histórica de
Oruro”, el nombre de un aviador dado a un aeropuerto abandonado
durante cincuenta años, emprende, —tal vez—, su última batalla.
La Guerra por el nombre, no es por el nombre en sí. Es la defensa
del símbolo de Occidente, de los valores e historia del mestizo en
estos parajes, de ese europeo, que quiso a su tierra y que le trajo
el progreso. Es la bandera, con la que los últimos ciudadanos de la
ciudad del Pagador, defienden su correspondencia a Occidente y
su Razón de Ser. Esa defensa por Juan Mendoza, es el canto del
cisne del mestizaje en Oruro. En esta ciudad se ha desatado la
última batalla del “boliviano” contra el Andino, e igual, sea el resultado
de esta batalla, el final de la Guerra está escrito en piedra. Nada
detendrá a los aimaras. Esa fuerza telúrica, inmensa, ha decidido
retomar las riendas de su historia y las fuerzas, que se le oponen,
magras, decadentes, moribundas, quedaran pulverizadas a su paso.
Los restos de las oligarquías fosilizadas, el marxismo trotskista
agónico, la visión clasista europea, el regionalismo exacerbado
fanático, no tienen la menor opción. Si consiguen retardar su
muerte, tan solo alargaran su agonía y su dolor. El Destino de los
Pueblos del Ande es inconmensurable e implacable, e igual, que
todo parto, está lleno de dolor y tal vez de sangre.
ACA EN ORURO ESTA NACIENDO UNA NUEVA ERA

Tomado de Pukara