Estado y pueblo Mapuche: Relación asimétrica y negación a través de la criminalización
Paula Correa
Radio Universidad de Chile
Estos días dirigentes mapuche tales como Ramón Llanquileo y Emilio Berkhoff, han sido noticia por su posición de rebeldía ante el sistema judicial chileno, en medio de una agudización de las tensiones entre el Estado chileno y el pueblo mapuche, lo que mantiene atentos a observadores de Derechos Humanos y estudiosos del tema indígena. Radio Universidad de Chile conversó con el sociólogo Tito Tricot, a días del lanzamiento de su libro “Autonomía, El Movimiento Mapuche de Resistencia” de Editorial Ceibo.
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Un total rechazo a la forma en la que opera la justicia chilena han manifestado dirigentes clave del pueblo mapuche, como por ejemplo Ramón Llanquileo, quien optó por no continuar con su proceso judicial. Pero esto no es nuevo, la crítica viene hace años desde que, según sostiene el sociólogo y experto en el tema, Tito Tricot, los gobiernos de la Concertación comenzaron a criminalizar la protesta y judicializarla.
Pero esto data de mucho antes, de una relación siempre asimétrica del Estado chileno con sus pueblos originarios, donde se les niega y despoja de su territorio. Este proceso de dominación, según señala el especialista, han generado una paradoja: la creación de movimientos de resistencia. En ese sentido surgen importantes organizaciones, que el mismo Estado se encarga de perseguir y disolver, una de ellas es la Llamada Coordinadora Arauco Malleco (CAM).
Respecto de esta organización, el especialista señaló que “el gobierno de Ricardo Lagos comenzó a implementar una estrategia operación paciencia que identificó a la CAM como su principal enemigo, y para ello utilizaron además los medios de comunicación, los cuales directa o indirectamente satanizaron al movimiento y lo calificaron de terrorista y subversivo. Ellos se focalizaron en la represión a la CAM, y de hecho los años 2003 y 2004 tuvieron éxito en esto, desarticulando al movimiento, con sus principales dirigentes presos o clandestinos”.
El Magíster en Gobierno y Política Latinoamericana sostuvo que hoy la autonomía representa un elemento fundamental, y que los grupos han ido cambiando. En ese sentido afirmó que, se atrevería a decir, que “lo que existe hoy día son remanentes de la CAM, y en otros casos jóvenes mapuche con una cierta cultura de la CAM, pero también con otras miradas que van en la dirección de confrontar al Estado en todos los campos”.
En este sentido, el sociólogo sostuvo que se trata de encarar a las autoridades por el abandono y la falta de reconocimientos de sus compromisos. Ante esto, indicó, el Estado continúa con su vieja estrategia represiva, más aún frente a incidentes tan graves como el asesinato en Vilcún.
“Después de lo sucedido con la familia Luchsinger es evidente que ha existido una cacería de brujas, que se ha detenido gente, y que hay una demonización que es muy peligrosa, porque es exactamente igual a lo que hacía la Dictadura en sus peores épocas, cuando se perseguía a los opositores, se les satanizaba, y tildaba de terroristas, se hacían montajes, se les detenía, torturaba y se les hacía desaparecer”.
Además, Tricot hizo hincapié en que se siguen utilizando maniobras para aprovechar las diferencias de las comunidades y dividirlas, de allí elementos como el Plan Araucanía o los diálogos con algunos dirigentes específicos. Lo que complica más aún el escenario, según Tricot. Pero, pese a esto, el sociólogo señaló que los mapuche han resistido a través de la acción de sus organizaciones, ya que siguen instalando sus demandas, constituyéndose en uno de los movimientos sociales más importantes en la historia de Chile.
Hoy existe una mayor identificación y simpatía hacia la causa, lo que se expresa, por ejemplo en el bautizo de niños con nombres mapuche. Entre estos datos se destaca también el último censo donde se contabilizan más de un millón 700 mil personas se reconocieron como indígenas. Esto pese que, en 2004, sólo se reconocían un cuatro por ciento de la población, según explicó Tricot.
“Aquí sospechosamente hay un tipo de manipulación metodológica por parte del Estado. Si hoy se reconoce la existencia de un millón y medio de mapuches no me cabe dudas de que es gracias al accionar del movimiento mapuche, a sus demandas y a su posicionamiento en la sociedad chilena que hizo imposible que esta vez el Estado a través del INE pudiera manipular de manera tan grosera las cifras de la población mapuche”.
El libro “Autonomía, el Movimiento Mapuche de Resistencia” de Tito Tricot, se presentará a partir de la segunda quincena de abril.