Oventic, Chis., 6 de agosto. Ya desde Tivó, comunidad a pocos kilómetros del inminente Caracol de Oventic, un anuncio de lámina sobre la carretera advierte: “Está usted en territorio zapatista. Aquí manda el pueblo y el gobierno obedece”. Ilustrado con un rostro de mujer de trenzas y cubierta con un paliacate rojo, el mismo anuncio indica: “Juntas de Buen Gobierno. Corazón céntrico de los zapatistas, zona Altos”.
Un grupo de mujeres tzotziles con palas y azadones suben la calzada del que fue conocido como Aguascalientes II. Las sigue una decena de hombres con picos y palas. Terminaron su faena allá abajo y se dirigen a comer tostadas y descansar. Cae la noche en las montañas de San Andrés, de clima inconstante y caprichosas neblinas. Al paso de los días ha ido en aumento la animación. Se trabajan varios turnos para el remozamiento y acondicionamiento del que será llamado Caracol Resistencia y Rebeldía por la Humanidad.
Se juntan bases de apoyo de diversos pueblos para hacer la faena. Un creciente número de “sociedades civiles”, nacionales e internacionales, se incorporan al trabajo con escobas y brochas, y se agregan a la animación:
-Esto no es nada. Para el día 8 se va a poner entonces bueno -celebra sin jactancia uno de los indígenas en el acceso al lugar, ante el comentario de “cuánta gente hay”.
Aunque en los municipios autónomos andan en plan de no decir nada, los indígenas rebeldes no pueden pretender que no pasa nada. Se reúnen, se preparan para acudir a los Caracoles. En las comunidades donde estuvieron los Aguascalientes se ha iniciado un remozamiento que se antoja más una construcción: Oventic, La Realidad, La Garrucha, Morelia, Roberto Barrios.
La estrategia del caracol
Como anunció la semana pasada el subcomandante Marcos, los municipios autónomos en rebeldía zapatista (Marez) “condenaron a muerte” a los Aguascalientes, si bien parecen hay unos muertos que gozan de cabal salud. Es decir, allí donde ahora se nombran los Caracoles la vida está movida. Y multiplicada por cinco, otra vez. Este 8 de agosto se cumplen nueve años del primer Aguascalientes, en Guadalupe Tepeyac, que se inauguró para la Convención Nacional Democrática, memorable desencuentro de las izquierdas y las resistencias existentes en 1994, naufragio que inició el verdadero encuentro de las comunidades rebeldes y la sociedad civil.
Aquel Aguascalientes fue destruido por el Ejército cuando invadió las montañas de Chiapas, en febrero de 1995, e inició una ocupación de tierras y comunidades que persiste hoy. Meses después del ataque militar zedillista brotaron cinco Aguascalientes y se estrenaron con la realización del Primer Encuentro Intercontinental contra el Neoliberalismo, o “Intergaláctico”.
El Ejército quiso destruir los nuevos Aguascalientes. Particularmente el de Oventic, pues lo consideraba una afrenta. No pudo, pues de inmediato se vio que los zapatistas no estaban solos. Desde entonces han llegado hasta los Aguascalientes miles de personas a acampar, organizaciones indígenas y sociales, grupos de solidaridad de México y de muchos países del continente y de Europa. Los rústicos centros de reunión se volvieron una realidad indestructible.
A la vuelta de los años, una maduración de los municipios autónomos abre una nueva etapa, en la cual, por ejemplo, la Junta de Buen Gobierno de los Altos se llamará Corazón Céntrico de los Zapatistas Delante del Mundo (Ta olol yoon zapatista tas tuk’il sat yelob sjunul balumil, en la lengua de los tzotziles y de los tzeltales).
Según expresó el subcomandante Marcos, “los Caracoles serán como puertas para entrarse a las comunidades y para que las comunidades salgan; como ventanas para vernos dentro y para que veamos fuera; como bocinas para sacar lejos nuestra palabra y para escuchar la del que lejos está. Pero, sobre todo, para recordarnos que debemos velar y estar pendientes de la cabalidad de los mundos que pueblan el mundo”.
El Caracol de Oventic abarca los municipios rebeldes San Andrés Sakamch’en de los Pobres, San Juan de la Libertad, Dieciséis de Febrero, Magdalena la Paz, San Pedro Polhó, Santa Catarina y San Juan Apóstol Cancuc, así como la zona centro del estado.
Este fin de semana, las autoridades de por lo menos 30 municipios autónomos y el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, Comandancia General del EZLN pondrán en marcha una nueva etapa de las resistencia. Una vuelta de tuerca de los Aguascalientes.
Secretos a voces
“No es por nada, pero está quedando bien chingón”, comenta a este enviado una muchacha del Distrito Federal que participa en los preparativos. Ahora borda estrellas rojas de hilo en las camisetas y paliacates estampados con caracoles de colores hechos en batik, que se venderán en la tienda comunitaria durante los próximos días.
En ningún ex Aguascalientes está permitido el paso a los periodistas, pero el de Oventic atrae a la prensa cada día más. Las cámaras de foto y video sólo pueden retratar lo que está a la vista desde la carretera. Un letrero que anuncia: “Esta es Nuestra Junta de Gobierno” está ilustrado con una gran huella digital convertida en pasamontañas. Cerca, una manta reproduce el mapa del País Vasco y exige libertad a los presos políticos de Euskal Herria. En eusquera.
Los visitantes-ayudantes, en su mayoría jóvenes, hablan en inglés, italiano, catalán y castellano de distintos acentos. Se esperan más en las próximas horas. En la ciudad de San Cristóbal, donde la temporada turística está alta, se agotaron las reservaciones de hotel y las agencias no tienen ya carros que rentar. El propio alcalde coleto se congratuló de la iniciativa zapatista para el próximo fin de semana, pues, dijo, favorece a los prestadores de servicios locales y vuelve a poner a San Cristóbal en el tablero internacional.
El Ejército está nervioso. Desde el lunes se iniciaron patrullajes en las carreteras de Ocosingo, Altamirano, Chenalhó, Palenque, Las Margaritas, Comitán y la región fronteriza, mismos que desde ayer aumentaron su frecuencia, según confirmaron campesinos de tres municipios autónomos próximos a Ocosingo. En el ejido Morelia la policía del estado ha hostigado a los zapatistas desde el pasado lunes. En la base de operaciones del Ejército en San Andrés se redobló la vigilancia -mediante binoculares y largavistas- de todos los vehículos que se dirigen a Oventic.
Morelia, Chis., 6 de agosto. La extensa e importante región conocida como Tzots Choj, que a partir del sábado quedará en manos de las juntas de buen gobierno zapatistas, es la que menor presencia militar registra. Pareciera que fuera un territorio desmilitarizado donde sólo gobernará la nueva autoridad del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Y no está muy lejos de serlo. El gobernador Pablo Salazar ordenó hoy el acuartelamiento de todos los policías sectoriales en municipios de las zonas Cañada, Norte y Altos, donde ocurrirán las actividades relacionadas con el encuentro del EZLN. Se evitarán patrullajes ordinarios y actividades rutinarias que pudieran interpretarse como un hostigamiento, dijo.
El poder real de las autoridades zapatistas a lo largo y ancho de los siete municipios autónomos -unos 30 mil kilómetros cuadrados del territorio chiapaneco- contrasta, al menos en apariencia, con la poca presencia del Ejército en las carreteras y en la cabecera municipal del municipio gubernamental de Altamirano, otrora bastión de soldados, policías y agentes de migración.
La fuerte presencia de la autoridad autónoma zapatista es real en éste, el más extenso territorio de las cinco juntas de buen gobierno que habrán de nacer oficialmente el sábado. Tan real que han logrado tejer una red de salud, educación y vigilancia que se mantiene vigente. Tan real que su presencia está actuante en las decisiones importantes de la región: la política, la religión y hasta el deporte.
Un gigantesco caracol -recién pintado- acompaña la imagen de Emiliano Zapata justo a la entrada del moribundo Aguascalientes de Morelia (sede de una de las cinco juntas de buen gobierno). En la loma más alta de esta comunidad, habitada mayoritariamente por simpatizantes zapatistas, el coro Luz de la Mañana le canta sin descanso a Jesús de la Buena Esperanza antes de partir hacia Oventic, donde habrán de morir los Aguascalientes y nacerán, el 9 de agosto, los Caracoles y los nuevos gobiernos civiles del EZLN.
“Nuestro renacimiento político es real, tan real que ahora estaremos presentes en todo México”, dice con voz baja Víctor, uno de los simpatizantes zapatistas de Morelia que habrán de partir muy temprano el próximo viernes hacia la comunidad de Oventic, en el municipio zapatista de San Andrés Sakam’chén de los Pobres, para participar en los festejos por el nacimiento de los cinco nuevos Caracoles.
Víctor habla quedito, tan quedito que los teclados de la Tropa Tropical de Norber (mejor conocido como El Angel de los Teclados) no se despejan de los oídos: “todavía nadie se da cuenta de la importancia de las juntas, creen que es otra idea tonta de los zapatistas, pero se darán cuenta de su importancia muy tarde”, agrega justo cuando salta del piso porque su equipo logró un enceste espectacular en uno de una media docena de partidos que se organizaron este martes para relajarse y festejar al santo patrón Jesús de la Buena Esperanza.
En el moribundo Aguascalientes de Morelia todo está listo para parir el nuevo Caracol del EZLN. Un letrero de tres metros de ancho por tres de largo da la bienvenida con el nuevo rostro de los zapatistas: TORBELLINO DE NUESTRAS PALABRAS, en lengua indígena: MUC´UL PUY ZUTU´IK JU´UN JC´OPTIC. La figura de Zapata con un rifle y el gran caracol. Este nuevo Caracol será el poder político de las autoridades de comunidades tzeltales, tzotziles y tojolabales.
Morelia, según el subcomandante Marcos, será la sede de la junta de buen gobierno Tzots Choj, que abarcará los municipios gubernamentales o constitucionales de Ocosingo (una pequeña parte), Altamirano, Chanal, Oxchuc, Huistán, Chilón, Teopisca y Amatenango del Valle.
Será la principal sede de las autoridades de los municipios autónomos zapatistas de Diecisiete de Noviembre, Primero de Enero, Ernesto Che Guevara, Olga Isabel, Lucio Cabañas, Miguel Hidalgo y Vicente Guerrero.
La nueva junta de buen gobierno Tzots Choj (Corazón del Arcoiris de la Esperanza), gobernará una región importante para “el futuro de las autonomías indígenas”, dice sin chistar Víctor en el momento que se pierde en la oscuridad de la iglesia del pueblo.
En un recorrido realizado este martes de Tuxtla Gutiérrez al municipio gubernamental o constitucional de Altamirano, la presencia del Ejército fue nula. Pareciera que de la noche a la mañana los patrullajes desaparecieron y los retenes habrían sido retirados.
En los casi 250 kilómetros de carretera, sólo una pipa de agua de los militares fue localizada en el tramo de Cushuljá-Altamirano. Los retenes que existieron en el crucero de Cushuljá-Ocosingo-Altamirano y el que se encontraba a la entrada de la cabecera municipal de Altamirano ya no existen.
Lo extraño de esta aparente inactividad del Ejército en la nueva región Tzotz Choj zapatista es que en la carretera Ocosingo-Ruinas de Toniná, donde se encuentra ubicada la 36 Zona Militar, también fueron suprimidos los retenes y las revisiones.
La aparente calma del Ejército contrasta con el jolgorio y el bullicio en la comunidad de Morelia, donde los cantos religiosos se mezclan con los teclados de la Tropa Tropical de Norber y los gritos desesperados de los basquetbolistas zapatistas, que no le atinan al hueco de una endeble canasta ubicada en el mero centro del poder zapatista: el nuevo Caracol de Morelia.
Evalúan en Bucareli los alcances de la iniciativa del EZLN
Funcionarios del gobierno federal se reunieron ayer por la tarde durante dos horas para evaluar la situación que prevalece en Chiapas -en vísperas de que arranque la reunión a la que convocó el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)- y estudiar la postura que asumirá el Ejecutivo ante la iniciativa insurgente de poner en marcha juntas de buen gobierno en los municipios autónomos. Al término del encuentro, el secretario de Gobernación, Santiago Creel, salió apresuradamente a la residencia oficial de Los Pinos.
Por la mañana, durante una entrevista radiofónica que concedió al noticiario a Detrás de la noticia, Creel se refirió al reconocimiento legal que podría dar el gobierno federal a las juntas de buen gobierno: “no como gobierno, no como instancias de gobierno, porque la Constitución establece claramente los tres niveles que tienen reconocimiento en la Carta Magna: federal, estatal y municipal”.
Alrededor de las 18 horas acudieron al Palacio de Covián, el secretario de la Defensa Nacional, Gerardo Clemente Ricardo Vega García; el procurador General de la República, Rafael Macedo de la Concha; el secretario de la Reforma Agraria, Florencio Adame; el comisionado para la paz en Chiapas, Luis H. Alvarez, y el subsecretario de Desarrollo Social, Antonio Sánchez Díaz de Rivera.
Al término del encuentro ninguno de los funcionarios quiso hablar sobre el tema, ni siquiera Creel, quien por la mañana, había insistido en una entrevista radiofónica que el Ejecutivo federal respetará la libertad de expresión y manifestación, pero también hará valer la Constitución, la ley para el diálogo y la ley de amnistía.
Cuestionado sobre el papel que debería asumir la Comisión de Concordia y Pacificación en esta nueva coyuntura del conflicto chiapaneco, Creel fue enfático en señalar que dicha instancia del Congreso de la Unión sigue plenamente vigente. Dijo que “eventualmente” sostendría un encuentro con sus integrantes para revisar las condiciones específicas de esta nueva etapa.
Planteó que el Ejecutivo federal ha cumplido hasta ahora todas las condiciones que en su momento fijó el EZLN para la reanudación del diálogo: la excarcelación de presos vinculados al zapatismo; la reubicación de las bases del Ejército en la zona de conflicto, y el envío y defensa de la iniciativa de la Cocopa.
-¿Hay disposición para el diálogo con los zapatistas?
-La ha habido -aseguró Creel.