Desuniversidad – Boletín No. 17.- Los pasos del aprendizaje

El aprender no puede hacerse fuera del mundo de la vida, es decir, no se pueden interrumpir y abandonar los ritmos de la cotidianeidad



Desuniversidad – Boletín No. 17.- Los pasos del aprendizaje

El aprender no puede hacerse fuera del mundo de la vida, es decir, no se pueden interrumpir y abandonar los ritmos de la cotidianeidad para ir a encerrarse en espacios aislados del resto, como espacios para ir a trabajar y ganar dinero, para “ir a divertirse”, para estudiar. Eso corresponde a una fase de la humanidad que ya estamos superando y no se consigue superar totalmente porque todavía existe el lucro -la ganancia empresarial- en la educación, la salud, la alimentación, transporte, comunicaciones, el vestuario, etc. Los empresarios y burócratas que viven y aprovechan de la gallina de los huevos de oro del estado, sea fascista, demócrata, conservador, progresista, socialista o capitalista, no desean cambiar el actual orden de cosas, sino que levantan discursos de cambio para que la población retire a los dirigentes que ya están en los puestos de mando y los ponga a ellos a administrar los asuntos públicos, como que no existieran los poderosos lobbies empresariales que compran a los parlamentarios, ministros y presidentes, incluyendo jueces y los robocops del orden público.

Así la educación y la dirección de los asuntos públicos no pueden estar cerca del mundo de la vida, donde habla, siente y se comunica cara a cara la gente, los vecinos, las vecinas y los vecinitos. No. No es posible. En el aprendizaje de los niños no es posible dejar que aprendan del amor materno, que aprendan de la amistad, de la fraternidad, la cooperación, el apoyo mutuo, la solidaridad, la reciprocidad, el espíritu de cuerpo, la sociabilidad de la calle.

Así, aunque el niño o niña saben perfectamente como hacen ruido y retozan en la cama sus genitores, o al menos uno de ellos, en la escuela les esconden o adaptan el asunto hablando del amor etéreo en las nubes, cuando ya todos sabemos que hoy día hay más divorcios que matrimonios y que más de la mitad de los hogares chilenos son mantenidos por las mujeres. Seguir sembrando valores que no existen en la realidad pareciera querer acostumbrar a la gente que no hay esperanzas en esta vida, se conformen y esperan a llegar a la muerte, donde según algunas religiones, comienza la vida eterna, lo que no tiene pies ni cabeza, aunque cada uno puede pensar lo que quiera de la vida, pero no parece justo llenar la cabeza de los niños de mentiras que luego van a verificar que son inexistentes y pasan buscando o manteniendo en un cajoncito el tal mundo de los valores.

Así tal vez sea prudente rescatar el mundo de lo inmediato como contexto de formación personal y valórica de los niños y niñas, no como sistema de valores preconcebidos que hay que seguir homogenizando y subordinando el pensamiento y la creatividad a las recetas hechas, sino como valores a forjar con el propio cuerpo y el roce de las sensibilidades.

Eso requiere dos pasos muy concretos, que sin ellos sólo estaremos compitiendo con el sistema, los partidos, las religiones, los colectivos de afinidad y los vendedores de ilusiones para ver quien arrastra más gente. Le dejamos ese deporte a la izquierda, que vive reclutando prosélitos como las religiones, izquierda con la que hemos perdido las afinidades valóricas, pues no les importa administrar el estado sobre la base de la explotación de la mano de obra (vaya concepto espantoso para un humano sapiens) y la destrucción de la madre tierra, es decir, el capitalismo de estado, tan funesto como el otro, por eso los capitales hoy día apoyan felices a gobiernos progresistas como Correa, Ortega, Funés y Evo Morales. También es por eso que la izquierda y la derecha colombiana se han sentado en Cuba para negociar un modelo que explotación que les permita a ambos disputar solamente en el campo de las capacidades comunicacionales quienes van a ocupar los puestos estatales. También, como demostró Zibechi (Las multinacionales brasileñas y Lula, en http://clajadep.lahaine.org/?p=13479 ), al capitalismo le da igual si el presidente venezolano era Maduro o Capriles.

El contexto local es fundamental para el aprendizaje de los niños, los jóvenes, adultos y mayores. Por ejemplo a los socialistas y capitalistas no les interesan las modificaciones en el contexto local, sino solamente el voto y seguidores.
Un contexto barrial de cientos de personas entrecruzándose constantemente en los comités de comprando juntos, en ollas comunes, en huertas barriales, comité de salud natural, etc. deja ver que el compartir es posible. La individualidad sólo puede desarrollarse y perfilarse en dos contextos: en la sociedad de personas separadas y en competencia, es decir, en medio del individualismo, o en comunidad, donde el compartir es la tónica.

Continuará.

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