DE COSTA A COSTA RAMÓN MORENO
A años luz
27/abr/13 02:03
Como el conflicto del Sahara y el re vuelo mediático que se ha montado artificialmente con el asunto de los derechos humanos en la ex colonia española afectan de una u otra forma a Canarias, es muy clarificador que en este sentido hagamos una comparación con los países de la zona, y la pregunta es obvia: ¿se respetan los DD.HH. en Argelia? ¡¡Rotundamente no!! Es más, Argelia está a años luz de Marruecos en materia de derechos humanos y práctica democrática.
Es un hecho constatado que Argelia -que está detrás de todo lo que tenga que ver con el Sahara Occidental- no ha cambiado nada desde su independencia en 1962. Y si nos atenemos específicamente a la democracia de este país -¡¡que no existe!!- y al riguroso y estricto respeto de los DDHH, comprobamos que Argelia, de acuerdo con la nomenclatura internacional, es un Estado forajido. En internet hay numerosos episodios que corroboran esa denominación, y libros publicados por ex miembros del DRS, el temible y todopoderoso departamento de la seguridad del Estado argelino, que involucran a los servicios de inteligencia en numerosos episodios nada ortodoxos. Con el agravante de que, después de la ofensiva francesa en Mali, numerosos terroristas se han refugiado en Argelia, que no es ajena a la actuación del terrorismo de AQMI y otros grupos armados en la zona sahelo-sahariana.
En Argelia manda realmente el Ejército; o mejor dicho, una casta de generales de la vieja escuela francesa que se creen los dueños del país, cometiendo toda clase de arbitrariedades y tropelías, y como el mandado de Buteflika toca ya a su fin, actualmente hay una verdadera guerra por el poder. ¿De qué derechos humanos estamos hablando, cuando las autoridades argelinas reprimen violenta y duramente la Kabylia? Precisamente, en el último Congreso Amazigh, Khaled Zirari, primer vicepresidente del Congreso Mundial Amazigh en Marruecos, fue detenido en Tizi Uzu y expulsado de Argelia. Las autoridades de Argel ejercen una férrea represión en la Kabylia, y según MAK “la expulsión del dirigente marroquí Zirari por las autoridades de Argelia Árabe confirma el carácter racista y antiamazigh de las autoridades argelinas. La independencia a la que aspira el pueblo amazigh supone un grave problema para Argel, que continúa con su lógica colonialista para destruir la Kabylia y todo vestigio reivindicativo.
Argelia, dada su historia, la presencia de los tuareg en su territorio y sus ambiciones, ha desarrollado durante muchos años una estrategia compleja. Sin negar la existencia del Sahel, hay un núcleo de islamistas radicales vectores de un grupo político-religioso que han usado el terrorismo y la violencia armada, como los hombres armados del movimiento originario GSPC, AQMI ahora, con poderosos contactos dentro de las autoridades argelinas, como ocurre también con Ansar Dine.
En Argelia ha comenzado una nueva dinámica para precipitar los acontecimientos; ¿cuáles son sus motivaciones? Según algunos analistas: 1.- debilitar al presidente Buteflika, que aspira a postularse para un cuarto mandato y cuya sucesión ha dado lugar en los cenáculos de Argel a una lucha silenciosa de clanes ávidos de poder; 2.- asegurar su supervivencia mediante la desviación del cambio de régimen occidental y la entrega de Argelia en la lucha contra el terrorismo; y 3.- precipitar la intervención de Francia para facilitar el posterior estancamiento de las fuerzas francesas en el campo militar y financiero (vengarse de la historia).
En concreto, la estrategia de estos siniestros clanes se construiría de la siguiente forma: el ataque del 10 de enero contra Konna, dirigido a tomar Sévaré, la estratégica guarnición de la ciudad y el aeropuerto, para crear un efecto de pánico resultante, con complicidad del maliense Consejo Superior Islámico. Por otra parte, Argelia, que está detrás de reclamar a Marruecos la defensa de los DDHH en sus provincias del Sur, reprime brutalmente al movimiento bereber de la Kabylia, cuya población es veinte veces mayor que la del Sahara, cuando se da la circunstancia de que la madre del rey Mohamed VI es amazigh y en Marruecos conviven ambas poblaciones.
Por cierto, respecto a la tan recurrente cuestión de los derechos humanos en el Sahara, la iniciativa norteamericana ha fracasado. Se ha impuesto la diplomacia marroquí, que ha triunfado con el apoyo de Rusia, Francia y España.