Se mueve el México de abajo

Siete años después de la represión, Atenco se mueve



Siete años después de la represión, Atenco se mueve

Bajo nuevas amenazas al territorio de Atenco, sus habitantes y organizaciones sociales emprenden campañas para exigir justicia por la represión ordenada por el presidente Enrique Peña Nieto.

México, DF. El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), las mujeres sobrevivientes a la tortura sexual y organizaciones solidarias denunciaron la impunidad en que permanece la represión contra el pueblo de Atenco ordenada en 2006 por Enrique Peña Nieto, presidente de la República, a siete años de ocurrida.

Trinidad Ramírez, uno de los rostros más conocidos del FPDT, señala a Desinformémonos que los sucesos del 3 y 4 de mayo de 2006 no se olvidan por su brutalidad y su total impunidad. En vez de justicia, “hoy tenemos a Peña Nieto en la presidencia. Esto hace que la gente se pregunte ¿qué nos espera a nosotros que defendemos que no se haga un proyecto eólico, que no pase el gasoducto por Huexca, que luchamos contra las presas, las mineras, el desempleo?”

Bajo el gobierno peñista, Atenco se enfrenta al proyecto “Ciudad Futura”, todavía más amplio que el aeropuerto que logró detener en 2002. Por su parte, las mujeres sobrevivientes a la tortura sexual en el operativo de 2006, rechazaron la “solución amistosa” que el gobierno mexicano ofreció durante la audiencia de marzo de 2013 ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), realizada para señalar la responsabilidad el Estado en la tortura.

Por el aniversario de la represión, organizaciones sociales emprendieron dos campañas para exigir justicia. “Recuerdo Atenco”, impulsada por el FPDT, el movimiento #YoSoy132 y las mujeres demandantes ante la CIDH, entre otros colectivos sociales, se lanzó con el objetivo de frenar las nuevas amenazas contra el territorio, exigir castigo para los responsables de la represión y pedir justicia para las mujeres que fueron torturadas sexualmente durante el operativo. La campaña “Somos libertad en movimiento”, lanzada con apoyo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, pretende visibilizar el uso de la tortura sexual en México y otros países.

Las acciones de las campañas desarrolladas en la primera semana de mayo comprendieron movilizaciones en la calle –una marcha el 4 de mayo, un acto en el monumento Estela de Luz y otro en el Monumento a la Revolución- y acciones de información y sensibilización –cambios de imágenes de perfil en redes sociales, exposiciones de fotografías en solidaridad con las mujeres, emisión de programas de televisión por internet, entre otras.

En la misma semana de las campañas, los machetes de Atenco relucieron durante las movilizaciones de los sindicatos independientes, del Primero de Mayo, que juntaron a decenas de miles de trabajadores en las calles para protestar contra la reforma laboral aprobada por el gobierno peñista, amparado en el Pacto por México –suscrito por los principales partidos políticos de México.

Siete años de construcción colectiva

Bárbara Italia Méndez, una de las mujeres demandantes ante la CIDH (conocidas como “Mujeres de Atenco”), señala que las sobrevivientes a las agresiones en el caso Atenco emprendieron desde hace siete años un trabajo de visibilización de la tortura sexual, entendida como instrumento de guerra del Estado contra los movimientos sociales.

Este trabajo colectivo, apoyado en centros de derechos humanos, “nos permitió ir construyendo la memoria y que a siete años de distancia, no sigamos con el mismo discurso de criminalizar a las víctimas o revictimizarlas, sino hablar de ellas como sujetas activas en la recuperación de sus vidas y posicionar un tema muy importante para el país, que es la erradicación de la tortura sexual”.

Tanto Trinidad Ramírez como Bárbara Méndez coinciden en que el mayor aprendizaje que les dejan los siete años posteriores a la represión tiene que ver con la unión con otros movimientos.

La atenquense Ramírez valora que “Atenco no se olvida porque hemos estado juntos desde el 2001, cuando llegaron muchas organizaciones y hermanos a decir: aquí estamos, no están solos”. La campesina señala que la solidaridad entre el FPDT y otros movimientos viene que hay una identidad común porque todos luchan por un derecho. “Somos parte uno del otro”, remata.

“La solidaridad y el acompañamiento a nuestro caso me arrancó de los brazos de la depresión e incluso de la desmovilización política”, indica Méndez. “Finalmente, frente a la represión siempre hay apoyo mutuo”, agrega.

Lo más importante, señala Méndez, es hacer un trabajo de construcción colectiva de la memoria “más allá de conmemorar las fechas”. Apunta que “visibilizar las realidades de la represión nos permite dimensionar cómo usa el gobierno las herramientas de control social como la tortura, la represión política, la desaparición forzada; si logramos evidenciar qué es lo que quiere -desmovilizar, romper los movimientos y el tejido colectivo solidario- podemos generar estrategias de afrontamiento para seguir activos en nuestros grupos”.

Ramírez señala que su pueblo aprendió que “solamente con la unidad y la organización podemos enfrentar a este sistema. Hemos aprendido a caminar junto con otros, a saber que tenemos que hacerlo con otros hermanos que también se están organizando y que tenemos que despertar a más gente”.

Tras sobrevivir a la represión del hoy presidente de México, Trinidad Ramírez recomienda a los movimientos sociales que se mantengan firmes y aprendan unos de otros sus estrategias de resistencia. “Y que no se venzan, que luchen por lo que aman. Que se enamoren de la tierra, del pueblo, de la gente. Hay que apostarle a que el amor vence y a que no somos iguales que los del gobierno, que no son capaces de amar”, finaliza.

Publicado el 6 de mayo de 2013