Xavier Albó (*)
La estrategia de quienes diseñaron la Consulta en el TIPNIS fue muy simple y maniquea desde un principio. En uno u otro orden, según el lugar o la brigada, se presentaban ante todo los dos polos de la disyuntiva: o desarrollo o intangibilidad:
(a) Por una parte en cada comunidad se averiguaba qué aspectos consideraban más importantes para su desarrollo. De esa forma se elaboraban listas relativamente largas de necesidades de todo tipo.
(b) Por otra, se presentaba la “intangibilidad” en el sentido más riguroso de la SERNAP en sus reglamentos dentro de los parques. Es decir, no se puede tocar nada de nada. Se presentaba incluso en todas partes un doble mapa plastificado del TIPNIS: en la parte de arriba (reproducida sin colores en el mapa adjunto) estaba la antigua zonificación del parque TIPNIS según las tres zonas del SERNAP: (1) la zona nuclear intangible, en rojo; (2) en su contorno, la zona de uso tradicional no comercial en amarillo, y, en el resto, (3) la zona de desarrollo incluso comercial pero con tal que sea sostenible en café claro. En el mapa de abajo todo aparece en rojo, asumiendo que, por la Ley 180 ya no cabía más que reducirlo todo a “núcleo intangible”.
Y, de ahí sacaban la consecuencia: “o se quedan intangibles u optan por el desarrollo, en los aspectos que vdes. mismos han señalado para su comunidad”. Ante esa disyuntiva, prácticamente todos optaban por eliminar la intangibilidad y, por tanto, la Ley 180.
Enseguida, llegaba el salto mortal sin vértigo: Si ya no hay Ley 180 sobre la Intangibilidad, se construye la carretera, sin mayores precisiones ni matices operativos sobre el trazo, etc. Dando esto por supuesto, lo único que entones se añadía era qué medidas debían tomarse para que el daño ambiental fuera el menor posible: ahí venía el discurso, con otros materiales plastificados, sobre la “carretera ecológica”, con sus túneles y puentes, y sobre las sanciones y otras medidas drásticas contra los intrusos infractores.
Tras la aprobación de la Ley 180, ya se estaba trabajando con las autoridades indígenas de la VIII Marcha en un reglamento, en el que, de alguna forma, se contemplaban y retomaban las zonificaciones ya existentes del SERNAP sobre el Parque. Pero el DS reglamentario aprobado el 24-II-2012 no recogió todas esas inquietudes. Por entonces ya se estaba realizando la anti-marcha de CONISUR por la ruta de Cochabamba y que al llegar a La Paz rápidamente logró la aprobación de la Ley 222 sobre la Consulta “Previa, Libre e Informada”, como “un derecho” de los pueblos indígenas. Para mí, era claro que, sin cambiar la ley, con un reglamento basado en la legislación ya existente del SERNAP podía satisfacerse a todos; pero no hubo voluntad política para hacerlo; y donde la legislación previa menos se aplicó fue en el Polígono 7 (que es parte del Parque Isiboro Sécure), por la expansión cocalera: al mirar el mapa aquí reproducido se ve claro que este Polígono 7 arrasó una zona que inicialmente era parte del núcleo intangible del Parque.
Ahora el gobierno ha decidido, dentro de su estrategia preelectoral, dejar la carretera un poco en la congeladora y concentrarse en “extirpar” la extrema pobreza en el TIPNIS. ¡Ojalá lo logre! Si es así, por reciprocidad, las comunidades probablemente apoyarán también a Evo en su reelección y en su carretera. Paradójicamente se habría logrado extirpar esa pobreza sin necesidad de tener previamente una carretera.