30 años de la muerte de Marcial y el “quiebre político” de la guerra civil salvadoreña
Publicado: abril 17, 2013 en Artículos CEPC
Joel Arriola
Colectivo de Estudio de Pensamiento Crítico
¡Jamás la ignorancia ha sido útil a alguien!
Carlos Marx
¡Solo la verdad es revolucionaria!
Antonio Gramsci
Las fechas nos llegan a veces como retrasadas; no nos referimos a las fechas como simples números, sino como expresiones de grandes sucesos que han cambiado o por lo menos influido en el devenir histórico de los pueblos. Este es un caso de esos; El aniversario de la muerte de Salvador Cayetano Carpio nos ha llegado nuevamente como un relámpago. Eso en principio y aunque no justifique, da pie a las reflexiones que a continuación presentaremos sobre la muerte de Marcial y más allá, sobre un hecho del que poseemos más datos objetivos: el cambio de programa del FMLN a inicios de 1984 tras la muerte de Marcial, pasando de la formulación de la conquista del poder por la alianza fundamentalmente obrero-campesina y en menor medida con sectores “democráticos” y la construcción de un Gobierno Democrático-Revolucionario (GDR) al planteamiento de una Propuesta de Integración para un Gobierno de Amplia Participación (GAP), construido mediante acuerdos políticos de negociación con la fuerza armada y los sectores burgueses “progresistas” del momento.
El tema tal y como se trata acá, no pretende ser más que algunas reflexiones entorno a dicha temática y de ningún modo pretende agotar todas las aristas de análisis que podrían abrirse en relación al complicado tema de la muerte de marcial y más aun del viraje representado en el cambio de programa del FMLN en plena guerra civil. Por otro lado –y algo que nos impulsa y alienta a escribir esta líneas– menos excusable sería no realizar siquiera este pequeño artículo entorno a la temática, en el marco del aniversario de la muerte de Marcial y sobre todo porque es una parte clave de la historia salvadoreña que aún no conocemos y que en muchas ocasiones nos negamos a conocer.
1. Los 70´s, el ascenso de Masas y la plataforma programática del Gobierno Democrático Revolucionario
La década de 1970 fue una década de acumulación de fuerzas y de experiencia política del movimiento popular salvadoreño (campesinos, sindicatos, estudiantes, etc.). La acumulación por el otro lado de agudas crisis sin resolver, derivó en los últimos años de la década, al fracaso total del reformismo militar, que incapaz de enfrentar al poder oligárquico, éste termina imponiéndosele, nombrando a la presidencia a Oscar Humberto Romero (lo que no significa un rompimiento entre la alta casta militar y la oligarquía retrograda, sino solamente un dominio hegemónico de los últimos sobre los primeros).
Para este momento la crisis estaba ya generalizada y el ascenso de las luchas de masas era cada vez más evidente e innegable. Las luchas populares se ven coronadas a la vuelta de la década con la formación de la Coordinadora Revolucionaria de Masas(CRM), que agrupaba casi por entero al movimiento popular salvadoreño en lucha contra la dictadura oligárquico-militar (Las ligas Populares 28 de Febrero LP-28, el Frente de Acción Popular Unificada FAPU, el Bloque Popular Revolucionario BPR, la Unión Democrática Nacionalista UDN y el Movimiento de Liberación Popular MLP, además de toda una serie de comités y organizaciones populares de base, sindicatos, etc.)[1]. Es necesario rescatar que para este momento el Partido Comunista Salvadoreño PCS –quien había participado en la junta reformista formada tras el golpe de Estado a Romero el 15 de octubre de 1979, impulsada por el imperialismo como salida reformista a la insurgencia y el ascenso del movimiento de masas– había superado ya el planteamiento reformista del “etapismo” emanado desde el Kremlin que separaba la revolución democrática de la revolución socialista[2].
La CRM es la portadora del programa político donde figura el socialismo, el programa del Gobierno Democrático Revolucionario formulado anteriormente por la UDN, LP-28, BPR, FAPU. Este fue el primer programa oficial que además luego de adoptado por la CRM lo adopta además el Frente Democrático Revolucionario (FDR), donde figuran además “tendencias democráticas y antiimperialistas no socialistas”[3].
La importancia del planteamiento de la plataforma programática del Gobierno Democrático Revolucionario es precisamente su planteamiento sobre el problema de la revolución y con ella el problema del poder. A pesar de que siendo una plataforma como bien lo indica su nombre, democrático-revolucionaria es claro su carácter socialista y la cuestión del poder así lo indica. Dice “La tarea decisiva de la revolución, de la cual depende el cumplimiento de todas sus tareas y objetivos, es la conquista del poder y la instauración de un GOBIERNO DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO que emprenda, a la cabeza del pueblo, la construcción de una nueva sociedad”[4],con lo cual la propuesta del GDR se opone en principio rotundamente a una salida negociada a la guerra y por el contrario propugna por la salida militar, lo que implica la prolongación de la guerra hasta la conquista del poder, o por lo menos hasta un momento donde el GDR pueda llevarse a cabo, lo que implica a la vez un dominio casi completo sobre el ejército salvadoreño.
Además la plataforma del GDR se propone una serie de medidas revolucionarias encaminadas a derribar no solamente el poder y dominio oligárquico-militar sino toda la base del sistema capitalista mismo.
En su parte “TAREAS Y OBJETIVOS DE LA REVOLUCION”, en el punto 5 se plantea “Traspasar al pueblo, mediante la nacionalización y la creación de empresas colectivas y asociativas, los medios de producción y distribución fundamentales, ahora acaparados por la oligarquía y los monopolios estadounidenses: la tierra en poder de los grandes terratenientes, las empresas productoras y distribuidoras de electricidad, la refinación del petróleo, las empresas industriales, comerciales y de servicios monopólicos, el comercio exterior, la banca, las grandes empresas del transporte”[5].
En la parte de “EL GOBIERNO DEMOCRATICO REVOLUCIONARIO, SU INTEGRACIÓN Y SU PLATAFORMA DE CAMBIOS POLÍTICOS, ESTRUCTURALES Y SOCIALES”, punto “II. LOS CAMBIOS ESTRUCTURALES” se plantea medidas como: “Nacionalizar todo el sistema bancario y financiero; Nacionalizar el Comercio Exterior; Nacionalizar el Sistema de Distribución de la Electricidad y de las Empresas de Producción de las mismas que estén en manos privadas; Nacionalizar la refinación del petróleo; Realizar la expropiación, según la conveniencia nacional, de las empresas monopólicas en la industria, el comercio y los servicios; Realizar una profunda Reforma Agraria que ponga la tierra, ahora en manos de los grandes terratenientes, a disposición de las grandes masas que la trabajan, de acuerdo a un plan efectivo que beneficie a las grandes mayorías de campesinos pobres, medios y asalariados agropecuarios y que promueva el desarrollo de la producción de la agricultura y la ganadería; Establecer un sistema de efectiva planificación de la economía nacional, que permita impulsar un desarrollo equilibrado.[6]
Y sobre el problema del dominio imperialista, y la dictadura militar dice que las tareas y objetivos de la revolución salvadoreña son: “Derrocar la dictadura militar reaccionaria de la oligarquía y el imperialismo yanqui, impuesta y sostenida contra la voluntad del pueblo salvadoreño desde hace cincuenta años; destruir su criminal maquinaria político-militar y establecer el GOBIERNO DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO, fundamentado en la unidad de las fuerzas revolucionarias y democráticas, en el Ejército Popular y en el pueblo Salvadoreño”. Añade además que es necesario “Crear el nuevo Ejército de nuestro país, que surgirá fundamentalmente en base del Ejército Popular construido en el curso del proceso revolucionario, al cual podrán incorporarse aquellos elementos sanos, patrióticos y dignos que pertenecen al ejército actual”[7].
Además sobre los organismos paramilitares y militares locales y territoriales plantea “Desarme y disolución efectiva de los cuerpos represivos ANSESAL, ORDEN, Guardia Nacional, Policía Nacional, Policía de Hacienda, Policía de Aduana y sus respectivas ´Secciones Especiales´; de la ´Escuela de Contra-Insurgencia´ de Gotera y el llamado ´Centro de Instrucción de Ingeniería de la Fuerza Armada (CIIFA)´ de Zacatecoluca; de las patrullas militares, cantonales y suburbanas; de las bandas paramilitares privadas de la oligarquía y de toda clase de organizaciones, reales o nominales, dedicadas a la acción y difamación criminales contra el pueblo y sus organizaciones”[8].
Como puede observarse, pues, la plataforma programática del GDR plantea además de la toma del poder por una alianza básicamente obrero-campesina (aunque sin rechazar a otros sectores democráticos), la destrucción del orden oligárquico-militar, con la disolución de todos sus aparatos e instrumentos de dominación (ejercito y formaciones paramilitares), así como también el traspaso de los medios fundamentales de producción a manos del pueblo y el inicio de una economía planificada.
2. la muerte de marcial y el viraje hacia la propuesta de integración y la plataforma del gobierno provisional de amplia participación
Luego de la primera ofensiva militar del FMLN en enero de 1981, es evidente que existe un repliegue del movimiento de masas en las ciudades, lo que no significa una extinción de este, pues como bien indica Lungo lo que ocurre es que “entre 1981 y 1983 las luchas de las masas cambiaron de forma… manifestándose principalmente como luchas de las masas en el campo a través de su participación en la guerra popular revolucionaria”[9].
Para 1984, es evidente que las luchas de masas en El Salvador han vuelto a entrar en escena o por lo menos inicia de nuevo un proceso de ascenso de lucha de masas,[10] sin embargo es precisamente este momento en donde la guerra sufre una especie de “quiebre político”, pues es el momento del cambio de la plataforma programática del GDR por el GAP. El cambio de programa se da así mismo en el marco de un momento crítico para la moral revolucionaria: el polémico caso sobre el suicidio de Marcial y el asesinato en Nicaragua de la comandante Melida Anaya Montes.
Salvador Cayetano Carpio (comandante Marcial) y Melida Anaya Montes (comandante Ana María), primer y segunda dirigente respectivamente de la organización político-militar más numerosa del Frente Farabundo Martí para la Liberación nacional (FMLN), las Fuerzas Populares de Liberación (FPL).
El 6 de abril de 1983 fue asesinada en Managua la comandante Ana María, mientras Marcial se encontraba en Libia, de donde regresó participando el día 9 en los actos funerales; El mismo día del funeral, personeros del ministerio del interior de Nicaragua apresan a Marcelo, conocido miembro de las FPL partidario de las ideas de Marcial. Según los comunicados de las FPL Marcelo habría confesado ser el organizador del asesinato de Ana María, pero que su accionar delictivo había sido ordenado por Marcial. Hasta allí lo que se conoce es que le día 12 Marcial se suicida –momento en que aún se mantienen como oficial las declaraciones entorno a que Ana María había sido asesinada por la CIA– dejando una polémica nota donde desmentía las acusaciones en su contra.
Como el propósito del articulo no es inmiscuirse en la polémica situación sobre la responsabilidad o no de Marcial en el asesinato de la comandante Ana María, sino más bien establecer un hecho objetivo y ese es que a partir de la muerte de Marcial y Ana María existe un viraje en la plataforma programática del FMLN que gira del GDR de los años 80 al GAP del 83, diremos únicamente que las acusaciones en contra de Marcial no han sido aun hoy en día esclarecidas y los comunicados de las FPL y de la comandancia general del FMLN, que vieron luz por cierto prácticamente 8 meses después de ocurridas la muerte los máximos dirigentes de las FPL, no tenían en realidad una base objetiva o por lo menos no se explicaba, ni mucho menos fundamentaba sus acusaciones y se dedicaba únicamente a establecer “desvíos” psicológicos de Marcial y una supuesta pugna entre ambos que tenía a su base diferencias políticas, que tampoco explican[11].
Lo cierto es que en este viraje del FMLN del GDR al GAP, la vida de los 2 principales dirigentes de las FPL fue el costo. Como dice, pues, Adolfo Gilly refiriéndose al giro en las plataformas programáticas a partir de la desaparición física de Marcial “El contenido de las divergencias políticas que condujeron a las crisis de abril de 1983 quedó claro para todos el 9 de febrero de 1984. En esta fecha la comandancia general del FMLN y el comité ejecutivo del FDR dieron a conocer en conferencia de prensa en México una ´propuesta de integración y plataforma del gobierno provisional de amplia participación´, aprobada el 31 de enero de 1984. Dicha propuesta sustituye a la plataforma Programática del Gobierno Democrático Revolucionario, fechada el 23 de febrero de 1980 y suscrita por la Coordinadora Revolucionaria de Masas, que hasta ahora había sido formalmente el documento básico de objetivos del FMLN-FDR”[12].
La propuesta del GAP, que venía a suprimir la plataforma programática del GDR y con ella a toda plataforma democrático-revolucionaria y a sustituirla por un programa que lejos de ser de izquierda se asemejaba mucho más a un programa de derechas, más parecido a las propuestas de la democracia cristiana radicalizada de la época,[13] venía a suprimir de una vez, el que creemos sería el origen de todas las demás propuestas que acompañan dicha plataforma del GAP: la negación de la toma del poder por la alianza obrero-campesina, a pesar de que, se estaba en un momento de regularización de los ejércitos populares y de un ascenso de las luchas de masas en las ciudades; se reniega de la toma del poder y en su lugar se establece como finalidad la implantación de un gobierno de conciliación de clases, donde supuestamente no hegemonizará, ni dominará una sola fuerza.
Dice así: “El Gobierno provisional de amplia participación, será un gobierno en donde no predominará una sola fuerza, sino la expresión de la amplia participación de las fuerzas políticas y sociales dispuestas a eliminar el régimen oligárquico y rescatar la soberanía e independencia nacional, y en donde la existencia de la propiedad privada e inversión extranjera no se opongan al interés social”. Además agrega “Integrarán el Gobierno provisional de amplia participación representantes del movimiento obrero, campesino, maestros, empleados, colegios profesionales, universidades, partidos políticos, sectores empresariales, representantes del FMLN-FDR y del Ejército Nacional ya depurado…En los Organismos del Gobierno se expresará esta amplia representación, excluyéndose la oligarquía y los sectores e individuos que estén en contra de los objetivos del Gobierno provisional de amplia participación, o que postulen el mantenimiento de la dictadura”.[14]
Como vemos, pasa de considerar que “La tarea decisiva de la revolución, de la cual depende el cumplimiento de todas sus tareas y objetivos, es la conquista del poder y la instauración de un GOBIERNO DEMOCRÁTICO REVOLUCIONARIO” [15](que dicho sea de paso, tampoco establece de forma concreta quienes dirigirán el nuevo gobierno y cual será la forma de participación política de las masas en la dirección del Estado) a la propuesta de un gobierno de conciliación de clases donde supuestamente “no predominará una sola fuerza”.
Además la parte del GDR donde se plantea “Traspasar al pueblo, mediante la nacionalización y la creación de empresas colectivas y asociativas, los medios de producción y distribución fundamentales”[16]queda suprimida totalmente, y en su lugar se coloca una abstracción derechista formulada antes por la democracia cristiana y que se incluiría en la constitución de 1983: “eliminar el régimen oligárquico y rescatar la soberanía e independencia nacional, y en donde la existencia de la propiedad privada e inversión extranjera no se opongan al interés social”[17]
Luego de tales giros derechistas no le queda más a la plataforma del GAP que demandas puramente democrático-burguesas, vaciadas de contenido revolucionario-socialista, como la derogatoria de la constitución de 1983, derogatoria del Estado de Sitio, libertad para los presos políticos, garantía en el ejercicio de las libertades individuales y colectivas, disolución de los cuerpos de seguridad y paramilitares, depuración de la fuerza armada, investigación y castigo a los civiles y militares responsables de genocidio y crímenes políticos, un plan de reconstrucción de infraestructura económica, de educación y sanitaria, restablecimiento de la autonomía de la UES, etc.[18]., es decir pues una larga lista de demandas democráticas que en ningún momento intentan trastocar el orden capitalista.
En el punto donde supuestamente se abordarán las reformas económicas y sociales, han desaparecido las propuestas de cambios estructurales del GDR, principalmente la nacionalización del sistema bancario, del comercio exterior, de la refinación de petróleo y de la distribución de energía eléctrica, además de desaparecer así mismo la expropiación de las empresas monopólicas del comercio, industrias y servicios. Desaparece también la reforma agraria profunda orientada a acabar con el latifundio, así como el establecimiento de una economía nacional planificada y no le queda más al GAP que la charlatanería cuasi-mesiánica, de, en absolutamente todos los puntos de las reformas económicas y sociales, agregar “Establecer las bases para la realización plena de…” y así todas las reformas económicas y sociales, se dejan para un después donde el gobierno de conciliación de clases donde “no dominará un solo sector” hará posible establecer las bases o más bien generar las condiciones para la realización plena de la reforma agraria, de las nacionalizaciones de los sectores estratégicos de la economía, del comercio exterior y de la resolución del problema de vivienda; en el momento no hay pues, más que hacer, solamente sentarse a esperar y una vez instalado el Gobierno Provisional de amplia participación, lo que no se logró con las armas, se logrará mediante este gobierno de conciliación de clases y el “buen” deseo de paz y progreso de la burguesía y los sectores empresariales no oligárquicos. Tal es el mesianismo irresponsable del GAP y con él de toda la comandancia general del FMLN que tras la muerte de Marcial da un giro de una plataforma democrático-revolucionaria a una plataforma de derecha, de un gobierno de conciliación de clases.
Referencias
ü Adolfo Gilly. El suicidio de Marcial. Abril de 1984, en Alternativa Socialista LIT-CI 4-5, noviembre-diciembre 1984. 72p.
ü Adolfo Gilly. Guerra y política en El Salvador. Editoriales Nueva Imagen, México D.F. 1981. 186p.
ü Comunicado de la comandancia general del FMLN ante la muerte de la comandante Ana María y el suicidio de Marcial. 16 de diciembre de 1983.
ü Comunicado de las FPL ante la muerte de la comandante Ana María y el suicidio de Marcial. 9 de diciembre de 1983.
ü Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM). Plataforma Programática del Gobierno Democrático Revolucionario, 23 de febrero de 1980. Texto ubicado y digitalizado por el Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete” (CEM); puesto en internet por el Servicio Informativo Ecuménico y Popular (SIEP), septiembre de 2009. Disponible en: Marxists Internet Archive.
ü Cuauhtémoc Ruiz. La crisis de la guerrilla y la solución política. Mayo de 1984, en Alternativa Socialista LIT-CI 4-5, noviembre-diciembre 1984. 72p.
ü Dagoberto Gutiérrez. La persona, la fe y la revolucion. Editorial Ven y Sígueme, San Salvador 185p.
ü Frente Farabundo Martí por la Liberación Nacional (FMLN). Propuesta de Integración y Plataforma del Gobierno Provisional de Amplia Participación. 31 de enero de 1984. Texto ubicado y digitalizado por el Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete” (CEM); puesto en internet por el Servicio Informativo Ecuménico y Popular (SIEP), 1 de septiembre de 2010. Disponible en:Marxists Internet Archive.
ü Mario Lungo. Las luchas de las masas en El Salvador. UCA editores, San Salvador 1987. 128p.
ü Napoleón Duarte. Comunitarismo para un mundo más humano. Instituto de estudios políticos, segunda edición, San José Costa Rica, 1980. 196p.
ü Shafik Handal. El poder, el carácter y vía de la revolucion y la unidad de izquierda. Diciembre 1981, en Fundamentos y Perspectivas, revista teórica del Partido Comunista Salvadoreño #4, 1982. 75p.
[1] Adolfo Gilly. El Salvador Guerra y Política. Pág. 51 editoriales Nueva Imagen.
[2] Véase Sahafik Handal. El poder, el carácter y vía de la revolucion y la unidad de izquierda. “yo no se de donde surgió este esquema [el etapismo], pero nuestro partido y me parece que muchos otros partidos de América Latina hemos trabajado durante decenios con la idea de dos revoluciones y veíamos la experiencia cubana como una “peculiaridad excepcional” reaccionamos tanto y tantas veces contra el planteamiento izquierdista de la lucha por la implantación directa, sin prólogos, del socialismo sin comprender la esencia del asunto y llegamos a convencernos a nosotros mismos que la revolución democrática no es necesariamente una tarea a organizar y promover principalmente por nosotros, sino que en ella podríamos limitarnos a ser fuerza de apoyo y conformarnos con ser fuerza de apoyo, en aras de asegurar la amplitud del abanico de fuerzas democráticas participantes”. Más adelante agrega “El que surge de tal conducta no puede ser el partido de la revolución, sino el partido de las reformas. El PCS para asumir su papel revolucionario debió abandonar este esquema equivocado” .Sahafik Handal. El poder, el carácter y vía de la revolucion y la unidad de izquierda. pg. 30-31 en Fundamentos y Perspectivas, revista teórica del Partido Comunista de El Salvador #4, 1982.
[3] Adolfo Gilly. Ob Cit. Pág. 51 editoriales Nueva Imagen.
[4] Coordinadora Revolucionaria de Masas. Plataforma Programática del Gobierno Democrático Revolucionario. 1980. Versión digital.
[5] Ob Cit.
[6] Ídem.
[7] Ídem.
[8] Ídem.
[9] Mario Lungo. Las luchas de las masas en El Salvador. Pág. 71.UCA editores, 1987.
[10] Esta temática la desarrolla Mario Lungo en “Las luchas de masas en El Salvador”; así mismo Dagoberto Gutiérrez en “La persona, la fe y la revolucion” lo desarrolla de forma somera.
[11] Véase en estos casos los comunicados correspondientes de las FPL y la comandancia general del FMLN fechados prácticamente 8 meses después de ocurridos los sucesos sobre Marcial y Ana María, el 9 y 16 de diciembre de 1983 respectivamente.
[12] Adolfo Gilly. El suicidio de Marcial. Pág. 6. Abril de 1984, en Alternativa Socialista LIT-CI 4-5, noviembre-diciembre 1984.
[13] Véase por ejemplo: Napoleón Duarte. Comunitarismo para un mundo más humano. Instituto de Estudios políticos 1976. Donde se plasman las ideas de la democracia cristiana latinoamericana de la época. Se expone una democracia cristiana anti-imperialista, anti-oligárquica y renegando de la economía neoliberal, pero rechazando la violencia como forma de transformar la sociedad, mucho menos la instauración de un gobierno de los trabajadores que trastoque la propiedad privada sobre los medios de producción, a los que considera por cierto de inspiración divina. Aun así podría establecerse una semejanza entre el GAP y las propuestas demócrata-cristianas latinoamericanas de la época, a diferencia que el planteamiento de esta última está aún más plagado de idealismo y subjetivismo idealista.
[14] FMLN. Propuesta de Integración y de Gobierno Provisional de Amplia Participación. 1984.
[15] Coordinadora Revolucionaria de Masas. Plataforma Programática del Gobierno Democrático 1980.
[16] Coordinadora Revolucionaria de Masas. Plataforma Programática del Gobierno Democrático. 1980.
[17] FMLN. Propuesta de Integración y de Gobierno Provisional de Amplia Participación. 1984.
[18] Ob Cit.