Formando una muralla humana al lado de llantas encendidas los habitantes del corregimiento de La Boquilla (Cartagena), protestan en la Costa por cortes de luz.
Simultáneamente, en Riohacha, unas 500 personas que participaban de una marcha obrera terminaron correteando a una cuadrilla de hombres contratados por la empresa Electricaribe que le cortaba el servicio a un usuario moroso. El hecho generó ataques con piedras a la Gobernación de La Guajira y la destrucción de una oficina de un contratista de la electrificadora.
Veinticuatro horas antes de esos dos episodios, en los que hubo heridos, tanto en la Policía Antimotines como en las comunidades, los habitantes del barrio Cristo Rey, de Santa Marta, protagonizaron un levantamiento similar. Aislaron la ciudad al bloquear la vía que la comunica con Ciénaga y Barranquilla para exigir el restablecimiento del servicio de energía que completaba 34 horas de suspensión.
Un mes atrás, los que protestaron fueron los habitantes del barrio El Dorado, en Montería, porque ajustaban 10 días sin luz, por el daño en un transformador. Electrocosta solo lo repuso después del bloqueo a las instalaciones de la empresa.
Las protestas en la Costa Caribe contra las dos empresas que suministran la energía domiciliaria -Electricaribe en Atlántico, Cesar, La Guajira y Magdalena; y Electrocosta en Córdoba, Sucre y Bolívar-, van a cumplir dos años.
El problema se ha convertido en un círculo en el que los usuarios argumentan que se les presta un servicio con deficiencias y caro, y que los racionamientos a los que son sometidos son tácticas de presión para que paguen cuentas atrasadas.