Guatemala: No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos.

08.May.03    Análisis y Noticias

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Cuentan los libros sagrados que cuando se termino de crear todo lo que hay en la naturaleza,… (…) algo hacia falta, los creadores decidieron que era tiempo de crear al ser humano,… (…) y se le mando a que tuviera Paz, mucha Paz… (…) y surgieron los pueblos, las naciones, los países y cada uno empezó a reconocerse de acuerdo su color de piel, lenguaje propio, costumbres y su forma de ver e interpretar el mundo, empieza la lucha por el control de un grupo sobre otro, de una nación sobre otra, se forman los ejércitos, la flecha y la lanza se convierten en ametralladoras… (…) ejércitos agresores y naciones poderosas que por ejercer el poder económico y político, se olvidaron del mandato de los creadores; que los pueblos tengan Paz, mucha Paz…

Después de treinta y seis años de conflicto armado interno (CAI), en diciembre de 1996, los y las guatemaltecas enfrentamos un nuevo reto con la firma de los Acuerdos de Paz, los cuales proponen dar solución a los problemas estructurales que dieron origen al CAI y además responder a las consecuencias y efectos que esa violencia y genocidio ha dejado en toda la sociedad guatemalteca.

El terror es un proceso que se genera especialmente a través de sus manifestaciones y secuelas sociales, es decir que el terror no desaparece automáticamente cuando los niveles de violencia descienden, sino que tiene efectos acumulativos y perdurables. Entre ellos esta la continuación de las violaciones a los derechos humanos y la represión a sus defensores, por parte de los órganos de control social del Estado y las cúpulas de poder.

Tras de los mas de 125 casos de amenazas, persecución, allanamientos y asesinatos en contra de activistas populares estarían “cuerpos de seguridad ilegales y aparatos clandestinos ” en donde aparentemente participan “exmilitares” , denunció la Secretaria de Análisis Estratégicos, SAE, nacida recientemente por los Acuerdos de Paz.

En una de sus conclusiones, la Comisión para el Esclarecimiento Histórico -creada a raíz de los acuerdos de paz- se refieren a la inteligencia militar: “Sus operaciones ilegales, fueron clandestinas, tanto en su preparación como en su desarrollo. El propósito de estas misiones fue garantizar el secreto de un trabajo para que no se pudieran determinar la autoría intelectual y material de los hechos, exculpar de toda responsabilidad a los agentes del Estado y asegurar así la inutilidad de cualquier investigación judicial y política.” , ¿ Qué nos garantiza a los guatemaltecos y guatemaltecas que esta forma de operar ha terminado? Si en la actualidad vemos a un ejercito fortalecido según consta a los informes de Naciones Unidas.

Por otro lado, los ataques en contra de defensores de derechos humanos, lideres sindicales, campesinos, religiosos, etc., entran en la lógica de cualquier operación contra insurgente de los años 80. Lejos de la verdad esta la respuesta de las autoridades de pretender vincular estos ataques a la violencia o delincuencia común y la falacia “que los responsables serán capturados”, si todos en nuestro país sabemos que el sin fin de ataques quedan impunes y las investigaciones no conducen a la verdad de los hechos; Hasta la fecha de los mas de cien ataques ninguno ha sido resuelto.

¿Que favorece el clima de impunidad?

El informe anual de Amnistía Internacional -AI- entregado en Londres la última semana de Mayo del año 2002, destaca la pérdida de poder del actual presidente de la república Alfonso Portillo y aumentándole del actual secretario general del FRG, Efraín Ríos Montt ( ex gobernante de facto y actual presidente del congreso) quien es acusado de encabezar una estructura de poder paralelo; misma que obstruye esfuerzos para someter a los violadores de derechos humanos a la justicia y asegura posición de influencia para los ex-oficiales de dudosos antecedentes con respecto al respeto a los derechos humanos ; ¿ Estaría esta estructura paralela tras los ataques? Es una duda que se plantea y corresponde a las autoridades aclarar.

Estas bandas o mafias ( responsables de los ataques) estaría bajo la tutela de militares de alto y mediano rango que ven amenazados sus intereses económicos y su anonimato en las largas listas de violaciones a los derechos humanos cometidas a lo largo del conflicto armado interno y que hasta la fecha prosiguen promoviendo el terror.

El recurso de la desinformación utilizado a lo largo de la guerra sucia, sigue siendo algo cotidiano, la diversidad de mafias operando desde el estado, la utiliza frecuentemente para desmentir o atacar a la prensa y a las organizaciones en general, que los denuncian. Los grados de complicidad del gobierno en estas mafias rebasan nuestra imaginación, la prensa , la TV, etc. son parte de los recursos que poseen para seguir engañándonos y ocultando la verdad.

Estos ataques contra activistas populares denunciados pero irresueltos, demuestran un acelerado deterioro en materia de derechos humanos. Aseveramos que la nuestra es una sociedad desprotegida y desinformada que no cuenta con posibilidades para denunciar la violación de sus derechos y que los medios de información (prensa y TV) son selectivos y excluyentes, dando cobertura únicamente a organizaciones reconocidas, y no todos los casos .

El asesinato de la Compañera Zashenka Berzabeth Monterroso Hermosillo, integrante de H.I.J.O.S. Guatemala, fue cubierto por la prensa nacional escrita, minimizándolo en menos de dos líneas y atribuida autoría a “presuntos miembros de una mara…”, nos supone un reto, hasta que punto la violencia y represión estatal diaria se confunde como delincuencia común, Según el padre de Zashenka, la hermana menor, único testigo, dijo “. cinco individuos vestidos de negro y con gafas oscuras dispararon. Luego de tocar el timbre y sin mediar palabra abrieron fuego, concluye el padre de la victima” . Como H.I.J.O.S. nos encontramos ante la misma impotencia e incertidumbre que encontraron nuestros padres en la década de los 80s, cuando la represión estaba en su punto más álgido.

Este caso ejemplifica la violencia diaria contra la juventud que se organiza o que tiene la mala suerte de desarrollarse en una sociedad de desventajas, la que aporta la mayoría de las víctimas. Muchos de los cuerpos presentan señales de tortura que se asemejan a las practicadas por oficiales de la G-2 que sádicamente buscaban información de los que ellos llamaban “comunistas” en los 70s y 80s. Las señales que nos hacen afirmar hoy que siguen existiendo aparatos clandestinos de represión, son las que presentan los cuerpos en los cuales se han ensañado los asesinos con el único propósito de “hacerlos hablar”.

En este caso la visita de la relatora en materia de derechos humanos de la ONU a Guatemala, Hina Jilani, fue motivo para que este gobierno, llevara acabo por lo menos dos acciones coyunturales que servirán para maquillar las acciones represivas que se dan actualmente, cuando es el Frente Republicano Guatemalteco –FRG- responsable de la administración del Estado.

De esas medidas obligadas y cosméticas destacan: La puesta en escena de la ” fiscalía especial” para investigar la represión en contra de los grupos pro derechos humanos; esto también significa que el gobierno reconoce en forma táctica la existencia de grupos represores y paramilitares, y además que los operadores de justicia son incapaces por si mismos de neutralizar legalmente estas acciones criminales provenientes aparentemente del estado. Algo similar se intentó durante el gobierno de Álvaro Arzú, cuando se formo una comisión de ” alto nivel ” ( formada por tres funcionarios afines al gobierno) para ayudar a investigar el asesinato de Juan Gerardi. Esta maniobra fue una máscara que sirvió para mostrar una supuesta preocupación del régimen Panista, ante la comunidad nacional e internacional y que al final solo sirvió para entorpecer las investigaciones; el informe final nunca aportó ningún elemento para esclarecer el hecho que hasta la fecha sigue descansando en los tribunales de justicia.

Otra acción coyuntural del FRG, es la concesión de la orden del quetzal a la Asociación de Estudiantes Universitarios, AEU; con esto se reconoce que en el pasado, cuando el ejército tenia en su poder al estado de Guatemala, se ejecutaban acciones represivas y criminales en contra de distintos sectores, entre ellos los estudiantiles. Pero ahora en un estado supuestamente democrático y no represor, le otorga la orden del Quetzal a esas víctimas; La complicidad de algunos dirigentes estudiantiles servirá para que el gobierno haga gala de avances en los Derechos Humanos y contribución a lo que quieren presentar como reconciliación.

Las acciones represivas estarían encaminadas en dos direcciones:

· Mantener su cuota de poder dentro del estado para gozar de impunidad completa en las acciones delictivas que tiendan al enriquecimiento ilícito
( secuestros, contrabando, narcotráfico, etc.)
· Y mantener el miedo necesario para neutralizar la consecución de pruebas y acciones legales que tiendan a llevar a los tribunales a criminales y genocidas del pueblo guatemalteco.

La Permanencia de los Militares en el poder

Una de las preocupaciones más importantes de nuestras organizaciones es que el ejercito de Guatemala es un factor trascendental de poder y que esta situación no permite el avance en muchos aspectos, especialmente en materia de derechos humanos. La misma Misión de Verificación de las Naciones Unidas para Guatemala – MINUGUA- afirma, que “el Ejercito aún somete y controla a los guatemaltecos y guatemaltecas”, esto lo hace en su informe Situación de los compromisos relativos al Ejercito en los Acuerdos de Paz.

Para la misión ” El ejercito de Guatemala continua demostrando una fuerte estructura orientada a la enseñanza y aplicación operativa de la Doctrina de Asuntos Civiles, lo que después de seis años de la firma de los Acuerdos de Paz refleja la falta de voluntad para el cumplimiento de los mismos”.

En el informe Situación de los compromisos relativos al Ejercito en los Acuerdos de Paz, la MINUGUA, manifiesta que en estos se presenta como eje transversal, la reconversión y desmantelamiento de estructuras militares que durante el conflicto armado interno asumieron responsabilidades políticas, económicas y sociales provocando la militarización del estado y la sociedad.

El informe de la misión indica que la desmilitarización de una sociedad se refleja en múltiples factores y actividades de la vida nacional, por lo que debe existir una subordinación de las fuerzas armadas al poder civil y su rol debe enmarcarse dentro del concepto de una sociedad democrática.

El informe añade que no es suficiente que las autoridades militares reiteren públicamente su apego a la constitución y a las leyes , sino que son necesarias las transformaciones estructurales y de actitudes que pongan fin al protagonismo distorsionarte de la institución castrense y promuevan el fortalecimiento de las instituciones civiles.

Según la MINUGUA, una de las actividades controversiales de la institución armada es la denominada inteligencia social que se realiza mediante el llamado Informe Periodo de Asuntos Civiles ( IPAC ) del ejercito y que continua llevándose a cabo como complemento de la inteligencia militar.

La verificación demuestra que el IPAC es uno de las materias de estudio en la Escuela de Asuntos Civiles, que consiste en la recolección de datos socio demográfico y sobre las ideas y actitudes políticas de los habitantes del área concernida, lo que contraviene la prohibición establecida en el articulo 31 de la constitución de la república.

El informe de la Misión indica que otra de las actividades señaladas en el manual de Asuntos Civiles y que explica en parte el rol protagónico que mantiene el Ejercito sobre la población, es de recoger datos sobre repatriados, refugiados, desplazados y evacuados, además de elaborar censos a la población, perfiles de proyectos y coordinación con diferentes instituciones y elaboración de propaganda y contra propaganda, entre otros

Condenados a repetir nuestra Historia.

Se ha dicho que quienes no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo. El hecho de que Guatemala no aborde su historia reciente ni lleve ante los tribunales de justicia a los responsables del genocidio en el país, está contribuyendo incuestionablemente a la actual oleada de violencia en contra de activistas de derechos humanos y populares quienes intentan valerosamente combatir la impunidad y acceder a la tan anhelada justicia social .

Que los horrores y las prácticas del ayer, coincidan en la presente ola de violencia y represión, nos demuestra que la impunidad envía mensajes claros de los terroristas del estado guatemalteco que aplicaron el genocidio en nuestro país, y que continúan operando en la clandestinidad y con toda libertad, ejerciendo control en contra de todo aquel que amenaza los intereses de los restringidos grupos de poder económico y militar.

Como grupo de Jóvenes organizados a raíz de la violencia estatal durante el conflicto armado interno, nos resulta difícil comprender a los diversos sectores que hablan de un proceso de reconciliación nacional, pareciera que nuestros familiares hubieran cometido algún delito y nosotros somos los que nos tenemos que reconciliar con los asesinos y terroristas. ¡Pero qué poco se habla de la Verdad!, ese derecho que se nos sigue negando. ¡Pero qué poco se ha hablado de la Justicia! Esa que los mismos militares pisotearon a lo largo de su terrorífica usurpación de poder.

Por eso nos reafirmamos al decir que:
NO OLVIDAMOS, a las victimas del terrorismo de Estado ni a sus victimarios; No olvidamos a las más de 250,000 victimas, entre las cuales hay mas de 45,000 detenidos-desaparecidos, miles de asesinados y masacrados en 440 aldeas exterminadas de la faz de la tierra, en las mas de 669 masacres, más de un millón y medio de desplazados internos y refugiados en otros países, mas de 150,000 viudas y huérfanos y una cantidad inimaginable de casos no registrados o denunciados. Tampoco podemos olvidarnos de las luchas y del ejemplo que hemos heredado de todas las mujeres y hombres que con justa razón defendieron y entregaron sus vidas por la dignidad de nuestros pueblos.

NO PODEMOS PERDONAR, a quienes no nos han pedido perdón; no perdonamos el goce individual y colectivo de los torturadores y asesinos que ejercieron crímenes de lesa humanidad para lograr la continuación de las cúpulas de poder. Y que actualmente impunes siguen ejerciendo su función para lograr la imposición de un sistema económico excluyente y racista.

NO NOS RECONCILIAMOS, somos claros al afirmarlo, por que los mismos que se ensañaron en contra de los mejores hombres y mujeres -nuestros padres, madres, hermanos, hermanas y amigos de la patria- nos siguen asechando, poco habrá que esperar para que la historia se repita, y entonces tendremos la razón. No podemos reconciliarnos, porque cuando logremos destruir a las doctrinas estúpidas militaristas ya no vamos a tener con quien. No nos reconciliamos porque encontraríamos un olvido insano y un perdón sin dignidad.

Frente al manto de silencio y desmemoria que se quiso establecer durante el conflicto armado interno, y frente a las seudo democracias que no respetan los Acuerdos de Paz ni las recomendaciones de la CEH o del informe del REMHI, hacemos un llamado a Rescatar nuestra Memoria individual y colectiva, que tanto se han esforzado en negarnos, desde el momento que se niega que existen los y las desaparecidas, nuestros padres, no somos reconocidos desde nuestra concepción.

La verdadera historia, esa que escriben los pueblos, la conocemos gracias a los testimonios del pueblo maya, de los compañeros y compañeras familiares de las víctimas del Conflicto Armado Interno, y de nuestros dulces recuerdos de leche y miel hasta nuestras pesadillas de metralletas y galil. Así que NO OLVIDAR y exigir JUSTICIA es nuestra respuesta a un sistema que intenta manipular y borrar nuestra historia.

Entonces, sumamos nuestras voces a los de todos los niños y niñas, a los compañeros y compañeras que siguen sin callar, que siguen en el camino de lucha por la Liberación y que saben que vale la pena luchar por una sociedad mejor, esta es nuestra mejor forma para que las voces de todas las víctimas de la represión nunca puedan ser silenciadas.

En H.I.J.O.S. Guatemala afirmamos nuestro derecho a la verdad y a la justicia. Nos queda un difícil camino que recorrer, “solos no lo lograremos, pero la sociedad en su conjunto lo alcanzará…”

NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS Y NO NOS RECONCILIAMOS

NO RENUNCIEMOS A LA VIDA, CONSTRUYAMOS LA IGUALDAD.

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