La organización comunitaria como única respuesta ante el desgarre del tejido social

Notable entrevista a miembro del Consejo Ciudadano de Autodefensa de Tepaltepec, Michoacán



La organización comunitaria como única respuesta ante el desgarre del tejido social

Publicado el 01-08-2013

Por Romeo LopCam
subversiones.org

Cuando el 11 de diciembre de 2006, comenzó el Operativo Conjunto Michoacán, a instancias de los gobiernos estatal y federal, dando inicio a la denominada Guerra contra el narcotráfico en México impulsada por la administración de Felipe Calderón, unas cuantas voces alertaron sobre la descomposición social que acarrearía dicha estrategia de combate al crimen organizado. Silenciadas en aquél entonces por los medios oficialistas y oficiosos, hoy se confirma que para desgracia de todos, estas tuvieron razón.

En días recientes ha tenido cierta resonancia en las redes sociales, e incluso en medios comerciales, una entrevista que Subversiones – Agencia Autónoma de Comunicación le realizó a José Manuel Mireles Valverde, miembro del Consejo Ciudadano de Autodefensa de Tepalcatepec, Michoacán; esto a raíz del tiroteo que sufrieran pobladores del municipio de Los Reyes, mientras se manifestaban en las afueras de su palacio municipal, exigiendo seguridad para sus familias y una actuación firme en contra del Cártel de los Caballeros Templarios, que en los últimos años ha asolado a la población en dicho estado.

Con una elocuencia y claridad que no le pide nada a la de los mejores analistas, el consejero explica cómo es que se ha llegado a la situación actual, en la que muchas comunidades se han visto en la necesidad de asumir la defensa de sus familias y sus territorios, ante la inoperancia de las distintas corporaciones policiacas y el ejército, comandadas por sujetos que presumiblemente se encuentran al servicio de una u otra mafia.

Así, la historia que nos cuenta es la del estrepitoso fracaso del Estado para proporcionar lo que cualquier teoría política sobre el mismo le asigna como su deber básico, esto es seguridad; pero también la de la puesta en marcha de una alternativa a este, que implica el despliegue de una autogestión ciudadana basada en los principios de la democracia directa y radical. Todo ello en medio de confrontaciones entre distintos grupos y facciones —tanto del crimen organizado como de aquellos que se dedican a la política de manera profesional—, que buscan imponer su hegemonía controlando recursos y voluntades, ya sea a través del poder político o el de las armas.

Les recomiendo mucho que se tomen el tiempo para verlo completo, dura unos 20 minutos. Pocos son los temas cruciales que no toca, entre los cuales están:

La fragmentación de los cárteles de la droga a raíz de una torpe estrategia de descabezamiento de los mismos, enfocada a producir titulares en la prensa.
El inicio de extorsiones hacia la población, como respuesta a la dificultad que estos tuvieron para seguir traficando con estupefacientes.
La innegable corrupción de las distintas policías y el ejército, así como de varias autoridades a nivel municipal, estatal y federal.
La omnipresente misoginia, que se expresa aquí en la cosificación de las mujeres, principalmente jovencitas, que son tratadas como moneda de cambio.
Y la creación de alternativas de seguridad comunitaria, que aunque hostigadas tanto por los grupos criminales como por algunas instancias estatales, se han mostrado más eficaces a la hora de devolver la paz.

Hoy urge que esta gente le prestemos todo nuestro apoyo y solidaridad, aunque sea a partir de la difusión que podamos hacer de su palabra. Todos los esfuerzos que están haciendo estos pueblos para sobrevivir y salir del infierno en que los metió una política miope y suicida, son dignos de encomio, porque a pesar de las dificultades, nos indican que la organización comunitaria es la única respuesta ante el desgarre del tejido social.