Bolivia: ¿Censo o enumeración incompleta?

Lecciones de demografía I



¿Censo o enumeración incompleta?
Lecciones de demografía I
Raúl Prada Alcoreza

No pretendemos dar clases de demografía, tampoco un curso sobre esta disciplina descriptiva y cuantitativa. Sería aburrido hacerlo; por lo menos tal cómo se imparten estas clases y estos cursos en las universidades y en los postgrados. Cuando podrían ser mas bien apasionantes, por tratarse de un tema que atañe directamente a los ciclos de la vida, aunque sea estudiado desde una perspectiva cuantitativa. Tan sólo queremos dialogar con los y las lectoras sobre las poblaciones, bajo ese concepto que le da su materia a la demografía: población. Nos interesa abordar este tema ya que está en discusión el Censo de Población y Vivienda de 2012 en Bolivia. No vamos a comenzar con nuestras críticas a las condiciones y a la forma como el gobierno ha realizado este censo. Estas críticas son, de alguna manera conocidas. Nos remitimos al artículo publicado Reseña histórica de los censos y epistemología demográfica[1]. Vamos mas bien a compartir con los públicos lectores, que forman parte de la población, nuestras reflexiones y análisis sobre la importancia de la población y, de esta manera, la importancia de la disciplina que estudia la población; no sólo para el Estado, pues la demografía como la estadística, que la contiene, son disciplina y ciencia del Estado, sino también para la población misma, para lo que llamaremos su autoconocimiento.
El concepto de población define al conjunto de habitantes en un territorio dado. La población es un concepto abstracto y cuantificable; suma la acumulación de individuos en el espacio. Puede contemplar o no su distribución, incluso su movilidad, conjunto de fenómenos en desplazamiento, de los que son los más conocidos los fenómenos de migración. Emigración e inmigración. Cuando no contemplamos la movilidad de la población, podemos decir que estamos ante una demografía “estática”, en cambio cuando contemplamos los fenómenos de movilidad poblacional, estamos ante una demografía que podemos llamar dinámica. Ahora bien, la demografía “estática”, al observar una población como detenida, no sólo se contenta con la suma, sino que requiere conocer su distribución; lo que se ha venido en llamar estructura poblacional. Por esto mismo, una población está compuesta por sub-poblaciones, que pueden ser captadas dependiendo de los recortes seleccionados, cumpliendo el interés de la observación. Estos recortes pueden ser de edad, de sexo o de otra característica de interés.
En la contemporaneidad, La manera como se capta la población es por el procedimiento de enumeración completa, que se llama censo. Un censo consta de un cuestionario preparado específicamente para producir datos e indicadores. En Bolivia se usa, desde el Censo de Población y Vivienda de 1976, el cuestionario que corresponde al censo de vivienda. El censo requiere de una larga preparación, preparación de la boleta de encuesta, actualización cartográfica, censos de prueba o censos pilotos, preparación y formación de las y los encuestadores, de la logística misma del censo, sobre todo del acopio de información, buscando que los datos iniciales sean fidedignos. De todos estos procedimientos, una de las herramientas indispensables es la actualización cartográfica, pues se trata de localizar a la población encuestada en el lugar de residencia. La actualización cartográfica corresponde al mapeo de la distribución en el espacio de los poblados, pueblos, comunidades, viviendas dispersas, ciudades. Se trata de captar la distribución y concentración de los lugares de residencia de la población. La actualización cartográfica no sólo es importante por razones geográficas, geografía de la población, sino es indispensable para abarcar la distribución de la población en el territorio, tanto por razones de localización, organización misma del censo, sino también para evitar el sub-registro. No se trata de omisión censal, que puede ser captada, a partir de la actualización cartográfica, comparando con los resultados del censo, sino de evitar de excluir de la encuesta censal a parte de la población, que por uno y otro motivo puede quedar excluida, no ser visible, no aparecer en el mapa.
Las poblaciones crecen o decrecen en el tiempo. Los fenómenos que intervienen en el crecimiento de la población son: los nacimientos, es decir, la natalidad; las defunciones, es decir, la mortalidad; así como también el ingreso de población, es decir, la inmigración; y la salida de la población, es decir, la emigración. Una diferencia positiva entre nacimientos y muertes deriva en el crecimiento de la población; una diferencia positiva entre inmigración y emigración también deriva en el crecimiento de la población. Al primer crecimiento se lo llama crecimiento vegetativo, al segundo crecimiento se lo llama crecimiento social. Cuando disminuye la mortalidad, esta disminución tiene impacto positivo en el crecimiento de la población. La disminución de la mortalidad infantil ha provocado el crecimiento de la población en los países. De una disminución de la mortalidad se espera un crecimiento de la población, sobre todo de sus ritmos de crecimiento, de las tasas de crecimiento. De ninguna manera una disminución del ritmo de crecimiento poblacional.
En el informe presentado por el INE del Censo de Población y Vivienda 2012, llama la atención la disminución de la variación anual del crecimiento demográfico, cuando, por la información dada a conocer, durante décadas, es que las tasas de mortalidad han disminuido, sobre todo de la mortalidad infantil. ¿Por qué habría disminuido la tasa de crecimiento anual de la población boliviana, bajando de un 2.74% a un 1.71%? ¿Ha bajado tanto la natalidad, ha bajado tanto la fecundidad, como para explicar esta disminución? Hablamos de una variación negativa en las tasas de crecimiento anual del orden del 38%; ¿Cómo explicar esta disminución? ¿Han emigrado tantos bolivianos como para afectar, en esa magnitud, en la desaceleración del crecimiento de la población? Hipótesis que la ha vertido el mismo director del INE, al decir que hay más de dos y medio millones de bolivianos en el exterior, que eso explica la disminución de la tasa de crecimiento. Estos dos millones y medio no emigraron en estos últimos 11 años, desde el penúltimo censo; este fenómeno era y es conocido desde hace tiempo. A modo de anécdota, desde hace décadas se reconocía que en la ciudad de Buenos Aires una colonia numerosa de bolivianos residía en la ciudad porteña, a tal punto que se decía que era la ciudad más grande de Bolivia. Esto como anécdota. Todo demógrafo sabe que el saldo migratorio, mantenido en Bolivia, no incide tanto como para afectar a una disminución del 1% de la tasa de crecimiento anterior que era de 2.74%, calculada para el periodo de 1992-2001. El saldo migratorio calculado para Bolivia es del orden del – 0.84 por mil. Está muy lejos del saldo migratorio de la Islas Marianas del Norte, que tienen un saldo del orden del – 41.32 por mil, o de Jordania que arroja un saldo migratorio del orden de 33.42 por mil.
La hipótesis más plausible es que estamos hablando de un alarmante sub-registro, debido a errores del censo, en la etapa de preparación, sobre todo por la falta de actualización cartográfica, sin dejar de destacar el descuido respecto del armado de la boleta de encuesta, la logística y preparación del personal. En adelante, partiremos de la demostración de los graves errores que arroja el censo, a partir de la misma información que transmite en el informe preliminar del INE. Desde esta perspectiva, analizaremos la dinámica de los componentes del crecimiento poblacional. Después pasaremos a revisar los errores en la preparación del censo. En los próximos escritos temáticos, abordaremos otros tópicos evidenciados en el informe del INE.

Componentes del crecimiento poblacional
Como hemos dicho los componentes del crecimiento de la población son cuatro, natalidad, mortalidad, inmigración y emigración. Estos cuatro componentes conforman el crecimiento demográfico, que puede ser medido en términos absolutos, también en términos relativos, es decir probabilísticos o, si se quiere, porcentual; empero, el indicador más usual es la tasa de crecimiento en un periodo dado, que generalmente se considera un año. Se define una tasa como la relación de un conjunto de eventos, dados en un año, respecto a la población media. Empero, como nos encontramos ante poblaciones captadas durante censos, entonces la tasa de crecimiento se calcula teniendo en cuenta la diferencia entre la población final y la población inicial, diferencia dividida sobre la población inicial, multiplicada por 100. Sin embargo, como la diferencia demográfica inter-censal abarca varios años, que deberían ser máximos diez años, como lapso aconsejable, para obtener tasas de crecimiento anuales se requieren hacer ajustes matemáticos, a partir del promedio anual de la diferencia absoluta de las poblaciones captadas en los censos.
Es difícil observar cambios bruscos de las tasas de crecimiento, pues si varían los componentes del crecimiento poblacional, lo hacen dentro de márgenes sostenibles, explicables, en la continuidad de sus curvas de comportamiento; generalmente no se observan cambios bruscos, que implicarían incidencias catastróficas. En los propios datos del informe preliminar del INE, se observa que las variaciones desde 1976 son de 0.06%, respecto al crecimiento calculado en los 26 años anteriores, y de 0.23% en comparación con lo ocurrido entre 1992 y 2001. La variación brusca se da entre 2001 y 2012, de acuerdo a los resultados del último censo. Hablamos de una variación en las tasas de crecimiento del orden del más del 1%, que además implica una disminución inexplicable de la tasa de crecimiento. Este cambio brusco también se observa en el cambio del periodo de duplicación de la población, que ha venido disminuyendo desde 1950, pasando por 1976, llegando a 1992 y después a 2001. El periodo de duplicación pasa de 34 años a 33 años, después a 25 años, para, de pronto, dar un salto a 40 años. ¿Cómo se explica esto? ¿Qué clase de transición demográfica es esta? La transición demográfica observada y de la que se habla es la de la disminución paulatina de las tasas globales de fecundidad, aunque no necesariamente, ni a ese ritmo de las tasas de natalidad, empero, también con bajas notorias de las tasas de mortalidad, lo que incide en crecimientos notorios de la población. El saldo migratorio no es tan impactante como para alterar el ritmo de crecimiento de la población, en el sentido y la magnitud del informe del INE.
Haciendo un balance de los indicadores demográficos, vemos que, la tasa global de fecundidad calculada para el 2005 era de 3.73 hijos por mujer, la esperanza de vida al nacer para ese mismo año era de 62.92 años, la tasa bruta de mortalidad de 7.86 por mil, la tasa de mortalidad infantil de 61.15 por mil. Ahora comprendiendo el periodo 2005-2010, la tasa bruta de natalidad para el periodo era del orden de 27.68 por mil, la tasa global de fecundidad bajó a 3.5 hijos por mujer, la tasa bruta de mortalidad bajó a 7.55 por mil, La tasa de mortalidad infantil bajó a 45.6 por mil, La esperanza de vida al nacer alcanzó los 65.51 años. De estos datos, mas bien, se tiene que esperar un incremento en los ritmos de crecimiento de la población, no una desaceleración. Como se puede ver no hay por dónde encontrar una variación catastrófica como para explicar la incidencia en la disminución del la tasa de crecimiento anual, presentada por el INE, a partir de los resultados del Censo de Población y Vivienda de 2012.
Ahora bien, volviendo a nuestra hipótesis, ¿cuál es la magnitud del sub-registro, que ha llevado a la sub-numeración? ¿Por qué se opone la ministra de planificación a una evaluación post-censal, cuando esto es un requisito técnico de todo censo, incluso contando con buenas condiciones técnicas, preparación y actualización cartográfica? Llama la atención esta actitud, así como la del presidente que cree resolver problemas técnicos con sólo avalar políticamente el censo. El INE de Ecuador justifica la evaluación censal, posterior al censo de 2001, de la siguiente manera, dice:
Los análisis demográficos trabajan sobre el tamaño y composición de la población en un Censo anterior, con datos reales o estimaciones sobre las tasas de cambio en el periodo intercensal, para calcular una población esperada vs. Población censada[2].
Al respecto, el INE de Ecuador también dice que la evaluación post-censal:
Permitió conocer errores de cobertura, para establecer indicadores de omisión y/o duplicación.
Según el INE de Ecuador, los errores de los censos son errores de cobertura, errores de entrevistadores, errores de los entrevistados y errores en la crítica, decodificación y digitación de los datos. ¿Qué se puede esperar cuando se descartó olímpicamente la actualización cartográfica? Los errores anteriores se ahondan, sumándose al gravísimo error de la ausencia de actualización cartográfica. En Ecuador, que contó con una buena actualización cartográfica, la tasa calculada de omisión de viviendas fue de 3.31%, la tasa de omisión por pregunta sensitiva fue del orden de 2.25%, la tasa de omisión por apareo manual y pregunta sensitiva fue de de 16.64%, el porcentaje de la población omitida por omisión dura fue de 6.17%, en este sentido se calculó que la omisión de personas es de 5.48%.
La CEPAL dice, a propósito de la actualización cartográfica, que:
La actualización cartográfica es fundamental para las labores de planeación del operativo del censo, la recolección de la información y el procesamiento y difusión de sus resultados. En la planeación, la cartografía sirve para delimitar y ubicar geográficamente el universo de estudio y sus unidades de observación, estimar las distancias y proveer los recorridos, diseñar la estrategia de recolección, distribuir las cargas de trabajo de los empadronadores y asegurar la cobertura de cada una de las áreas[3].
En el informe se dice que:
Hay países que, a dos años de la realización del censo (prevén hacerlo en 2010 o comienzos de 2011), no han iniciado aún la actualización cartográfica ni han definido la tecnología que van a usar.
Bolivia es uno de esos países. Entre las recomendaciones de la CEPAL se encuentra que:
La mayoría de los países requiere asistencia técnica en la implementación y utilización de avances tecnológicos, como tratamiento y procesamiento de imágenes satelitales, construcción de sistemas de información geográfica (SIG), Geodatabase, entre otros.
Se puede colegir, que el gobierno boliviano, los ministerios involucrados, el INE, no tomaron en cuenta las recomendaciones. En estas condiciones no se puede seguir manteniendo la postura terca e irresponsable como cuando se efectuó el censo, sin preparación y actualización cartográfica, sin las mínimas condiciones técnicas, y mantener la persistencia de justificar y avalar algo que no fue un censo sino una enumeración incompleta. El gobierno ha confundido el censo como un medio para la campaña electoral. La oposición también confunde el censo como si éste fuera destinado para resolver el tema de los escaños de representación. Los medios de comunicación, que no cuentan con periodismo de investigación o comunicación investigativa, confunden el problema del censo como si éste se redujera a la diferencia entre el informe del presidente y el informe oficial. El censo es la principal herramienta con que cuentan los estados para cuantificar a la población, a la distribución demográfica, a los flujos demográficos, la los fenómenos demográficos y socio-demográficos, con el objeto de producir indicadores adecuados no solamente para la comprensión de la magnitud de los fenómenos, sino para coadyuvar a las política públicas. Ahora, sobre todo, el censo es la herramienta que se requiere para la planificación integral y participativa, con enfoque territorial, para la implementación de la Constitución. Esta oportunidad ha sido tirada al basurero por una actitud incompetente del gobierno. ¿Cómo recuperar esta oportunidad? El pueblo boliviano debe exigir un censo científico, bajo control participativo y democrático de la sociedad, estableciendo y garantizando las condiciones de posibilidad técnicas requeridas para realizarlo.

[1] Ver de Raúl Prada Alcoreza Reseña histórica de los censos y epistemología demográfica. Bolpress; La Paz 2012.

[2] INE de Ecuador: Encuesta post-censal. EPECU 2001.
[3] CEPAL: Censos de población y vivienda. Encuesta sobre estado de avance de los censos de 2010 e identificación de las necesidades nacionales. Presentación de Alejandra Silva; CELADE-División de Población CEPAL.