Territorio 3. La política neoinstitucional del gobierno ecuatoriano en el campo

Agrocomunal    08.Ago.13    Campo

Capítulo 3 de la serie del territorio



La desaparición de las ERAS: el lobby agroindustrial se adueña del campo ecuatoriano.

Quito 6.08.2013.- La transferencia de conocimientos por parte de los técnicos hacia los campesinos es un factor básico del desarrollo agrario. Las Escuelas de la Revolución Agraria (ERA), programa del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca, fue diseñado como un espacio de trabajo que directo con los campesinos y ahora empieza a ser suplantado por el programa Hombro a Hombro que genera una relación indirecta, rompiendo con las organizaciones sociales del agro. Esto demuestra hacia dónde va la prioridad política del ministerio.
Las ERAs son la única política pública de relacionamiento integral, directo y constante con los campesinos, que rompe con la lógica tradicional de funcionamiento del MAGAP en torno a la necesidad del gran hacendado y propietario sosteniendo una transferencia directa de conocimientos a través de procesos de educación popular.

Este se articula a dos niveles; el primero, cuando un técnico del MAGAP, usualmente un ingeniero agrícola, agrónomo, médico veterinario, se relaciona en el espacio territorial en un periodo de tiempo y desde la organización campesina, de forma orgánica, genera incidencia técnica, mejorando sus procesos productivos al transferir al capacitar en proyectos puntuales, esto lo llaman como capacitación integral.
La segunda fase se desarrolla cuando este conocimiento que ha sido transferido a través de la práctica y el desarrollo de procesos genera un sistema de réplica dentro de la organización tendiendo a la reproducción de las experiencias y conocimientos acumulados dentro para generar nuevas iniciativas.
Es obvio que este trabajo no es inmediato, sino que demuestra a lo largo del tiempo sus beneficios, pero nosotros conocimos algunas experiencias importantes en el norte de Esmeraldas que demuestran un trabajo de hormiga que no se realiza en otras carteras de estado.
Este proyecto se llamó así porque son escuelas que gradúan a los campesinos a través de casi 336 facilitadores distribuidos en las 24 provincias del país, en su apogeo, noviembre del 2011, consolidaron casi 1.247 procesos de base con 29.914 beneficiaros directos articulando varios productos en sus servicios.
Uno de ellos fue el trabajo conjunto con el Programa Acción Nutrición para la implementación de huertos familiares para garantizar la producción local para los niños y niñas, llegando a la implementación y seguimiento de 9.300 huertos en 9 provincias.
Sin embargo este programa de transferencia directa de conocimientos se ve en grandes aprietos a medida se consolida en el MAGAP una tendencia política. El reto viene del programa Hombro a Hombro, basado en el concepto asistencia técnica puntual y ya no desde dentro de las organizaciones, sino desde una oficina en la parroquia.
Este esquema de trabajo con los campesinos cambia el relacionamiento cotidiano del técnico. El funcionario del MAGAP pasará así a atender a más gente, pero con un grave costo: dejará de un lado su vinculación orgánica con los agricultores de bases sociales para generar una asistencia ocasional a través de una oficina que se encontrará en la cabecera parroquial.
En esta oficina trabajará el mismo técnico de las ERAs, con la asistencia de dos profesionales más, burocratizando el trabajo y abandonando la posibilidad de transferencia directa de los conocimientos.
¿Quién es el beneficiado?
A nivel de propaganda es rentable ya que dispara los resultados numéricos y las cifras de atención al campesinado para las estadísticas del Gobierno por Resultados (GPR), que es el sistema de seguimiento de la política pública. Esto es un problema de este tipo de metodología de seguimiento puesto que presenta una pantomima de la acción pública, en este caso en particular, porque sus números se basan en gente atendida y no en procesos efectivizados, continuados y que tengan la capacidad de replicarse sin que el estado reinvierta en lo mismo.
Además es un gran negocio. Por un lado el estado debe construir la infraestructura física en donde estarán las oficinas. Esto es buenas noticias para los contratistas y su loby; mala noticia para las organizaciones ya que se territorializará la exasperante burocracia del MAGAP a nivel parroquial y se dejará de lado el apoyo constante en proyectos desde el territorio.
Por el otro lado, los verdaderos ganadores, son los agroindustriales.
Por eso nos preguntamos ¿cuál es la estrategia que se encuentra detrás del hecho de cambiar un programa de asistencia técnica directa con la base, que construye proceso, con una asistencia técnica indirecta, que no produce proceso ni autonomía, sino que genera dependencia a largo plazo?
Y nosotras y nosotros, como Agrocomunal, a través de la información que hemos recopilado, y a través de los testimonios de fuentes que nos reservamos su procedencia; sostenemos que se trata de una estrategia articulada desde el lobby agro empresarial y sus operadores dentro del MAGAP, como el Señor Cristian Marlin, asesor del ministerio de Agricultura y demás gente vinculada a los grupos de intereses manejados por los agroindustriales, puntualmente Agripac, Ecuaquímica, Pronaca/india, Interoc S.A, Alfecor y Del Monte.
Esta articulación es evidente y empieza a generar ya sus primeras experiencias con las organizaciones sociales.
El MAGAP a través de sus sistema de información, el pasado 9 de enero del 2013 reportó que en Vinces, los Ríos, se socializó el plan de alto rendimiento de arroz y maíz, plan que está enfocado a pequeños agricultores de Guayas, los Ríos, Manabí y Loja, a través de un convenio con las agro empresas antes mencionadas, consolidando territorialmente la presencia tradicional de los agro negocios en este sector agrícola.
El programa que busca mejorar la cantidad de maíz duro y arroz, dos productos base del emporio Pronaca, da el dinero del pueblo ecuatoriano, mismo que se encuentra debidamente confinado en el Presupuesto General del Estado, a las empresas agrícolas para que ellos compren semillas e insumos químicos en el exterior y realicen la transferencia de estos, a través de los kit tecnológicos, a los campesinos que supuestamente son subsidiados por el estado.
Falso, esto es un subsidio directo, con dinero contante y sonante, para las empresas.
Mientras tanto el técnico de las ERAS ya no debe trabajar directamente con las organizaciones en proyectos agroecológicos, sino, que debe asistir técnicamente en el manejo de los productos de la empresa a través del Hombro a Hombro.
Es tal el grado de abuso del manejo político del loby agroindustrial, que el mecanismo que se explica en el reportaje asegura que el MAGAP asigna un técnico que verifica que el agricultor se encuentre debidamente registrado dentro de la base de datos de la casa comercial autorizada y si no lo está, lo incluye en la base de datos.
Así el funcionario público pasa a ser un empleado más de la casa comercial y por ende de la empresa agroindustrial. Entonces, la política pública en el agro, no solo que es escasa, sino que está siendo reconcentrada en manos privadas.
El programa Hombro a Hombro entra dentro de esta lógica a largo plazo; los insumos son entregados a través de Kits, donde se incluyen semillas de alto rendimiento1, pesticidas y demás insumos. Los técnicos son apenas un engranaje de las necesidades comerciales de Pronaca, Ecuaquímica o Agripac.
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