“Que les quede bien claro que ya no nos dejaremos”: EZLN
En el marco de la “Cátedra Tata Juan Chávez Alonso”, convocada por los zapatistas y el CNI, representantes de los pueblos indios desglosaron la radiografía del despojo y la represión actual contra sus territorios, así como las distintas maneras en que resisten. Coincidieron en la necesidad de vincularse y seguir trabajando juntos.
Adazahira, Jaime, Ligia y Gloria/ Desinformémonos
San Cristóbal de las Casas, Chiapas. “Queremos decirle a los malos gobernantes que les quede bien claro que ya no nos dejaremos”, advirtió la comandanta Miriam, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en la última participación del relanzamiento del Congreso Nacional Indígena (CNI), encuentro que reunió a 236 delegados de los pueblos, naciones y tribus yaqui, mayo, náyeri, rarámuri, odam, nahua, purhépecha, nañu, mazahua, popolaca, mephá, entre otros; además de representantes de los pueblos nasá, quechua, ixil y quiché.
En el marco de la “Cátedra Tata Juan Chávez Alonso”, convocada por los zapatistas y el CNI, durante dos días de trabajo los delegados desglosaron la radiografía del despojo y la represión actual contra los territorios de los pueblos indios: minas, acueductos, carreteras, hidroeléctricas, proyectos inmobiliarios y turísticos, agronegocio y un sin fin de megaproyectos que les arrebatan y destruyen sus recursos naturales, fueron exhibidos por los participantes, quienes coincidieron en la necesidad de unirse para defender su territorio.
“Como Ejército Zapatista de Liberación Nacional hacemos nuestro todo lo que está pasando en todos los rincones de nuestra patria mexicana, porque son los mismos problemas que padecemos todos, despojándonos de nuestra madre tierra, aire, agua, riquezas naturales. Los malos gobiernos neoliberales y las empresas transnacionales reinan con el dinero, y por eso imponen proyectos de muerte en nuestros territorios. Pero como pueblos originarios y dueños de las riquezas naturales tenemos que defender a como dé lugar, sin importar las consecuencias, porque es nuestra madre tierra, con ella vivimos y con ella respiramos”, señaló la integrante de la máxima estructura de mando político de los zapatistas.
Momentos después de la participación de la representación zapatista, el comandante Tacho clausuró formalmente estas jornadas convocadas para rendir un homenaje a Juan Chávez, líder moral purhépecha y fundador del CNI, y para relanzar esta red organizativa fundada en octubre de 1996, con la presencia de la Comandanta Ramona.
Un día antes fue la inauguración de la Cátedra a la que también asistió el subcomandante Moisés, mando militar zapatista, quien pidió a los representantes indígenas mantener fuera de intereses económicos sus luchas que, afirmó, sostendrán unidos.
La sesión de trabajo del CNI fue antecedida por la Escuelita Zapatista, iniciativa a la que asistieron mil 700 personas de México y de muchos países del mundo, y que se llevó a cabo en los cinco Caracoles del territorio en rebeldía, y en el CIDESI Unitierra de esta ciudad, lugar al que se trasladaron intelectuales como el rector de la UNAM Pablo González Casanova; Jean Robert, Silvia Marcos, Fernanda Navarro, Paulina Fernández y Gustavo Esteva, entre otros, quienes también asistieron al encuentro indígena.
Ante el cúmulo de agravios denunciados en cascada por los participantes, en su participación la comandanta Miriam insistió en que “para poder rechazar todos los planes de muerte que imponen los neoliberales, se necesita organizarse, unir nuestras fuerzas, nuestro dolor, unir nuestra rebeldía, y luchar por democracia, libertad y justicia”.
A continuación una serie de testimonios de representantes indígenas recogidos por Desinformémonos durante el evento.
Mario Luna Romero, secretario de la autoridad tradicional del pueblo de Vícam. Tribu yaqui.
En estos momentos están en juego los derechos y los volúmenes de agua que ancestralmente hemos aprovechado en beneficio y vitalidad de la tribu yaqui. El gobierno estatal está extrayendo volúmenes de agua importantes sin autorización de la tribu y sin la autorización de las instituciones encargadas, en total violación a las leyes constitucionales en la materia, pero también faltando a los derechos que tenemos como pueblos indígenas. Esto lo litigamos en tribunales, la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos ampara contra esta ilegalidad que se consuma, pero tenemos que acompañar este procedimiento legal con acciones de resistencia civil y rebeldía.
Actualmente tenemos un campamento sobre la carretera internacional número quince que conecta México-Nogales, es importante decirlo porque tenemos cerca de 70 días y no ha habido un acercamiento que implique que podamos tener una solución inmediata al problema.
La importancia de este tipo de encuentros con el CNI es para dar a conocer la problemática. No es un pueblo que viene a quejarse, es un pueblo que tiene una experiencia de lucha que quiere compartir con los demás pueblos, porque a muchos nos engañan diciéndonos que nos sujetemos a un marco institucional y cumplamos con las leyes, y cuando lo hacemos y aspiramos a que nos consideren ciudadanos mexicanos con todos los derechos y obligaciones, ellos nos dicen “que eso está en veremos, vamos a negociar “ y por supuesto la vida del pueblo yaqui no está sujeta a negociación. El recurso agua es vital para la tribu, es vital para la vida comunal y para nuestra manera de concebir la vida, ya que nos concebimos creados de la conjunción del agua, la tierra y el aire. Quererlo desviar de una cuenca a otra es totalmente ilegal e inhumano, moralmente injusto.
Julián López Cánare, de Mesa del Nayar, del pueblo náyeri o cora.
La principal problemática de nuestro pueblo es que quieren poner una represa hidroeléctrica. Este megaproyecto inició sus estudios previos hace cuatro años, pero no dijeron de qué se trataban. Trataron de convencernos de que nos iba a traer beneficio, que nos traería trabajos, y que les firmáramos el permiso para estudios. Más adelante nos informamos que piensan vender también esa agua a Sonora y de los daños que iba a causar represar el agua, nos preocupó cómo defendernos de esa amenaza y el pueblo comenzó a organizarse. Buscamos la forma para no permitir este megaproyecto. Después de muchos intentos –no estábamos acostumbrados a la organización ni a decir No a lo que papá gobierno decía- y viendo las afectaciones, nos animó más, pues en el río tenemos 15 lugares sagrados y 2 centros ceremoniales.
Después de analizarlo y por la experiencia -pues cerca tenemos la presa de Aguamilpa y a los hermanos ahí les decían lo mismo que a nosotros, pero una vez construida no se ve ningún progreso en esas comunidades dispersas y desintegradas- nos animó para formar este Consejo Náyeri. Estamos en busca de información de cómo hacer valer nuestros derechos, porque no conocemos a fondo.
Este congreso nos abre las puertas, porque es un encuentro de gente de lucha, ya experimentada, luchando por años por su territorio. Es un intercambio de experiencias, la mejor que he visto en mi vida. Sigue el fortalecimiento, la resistencia, que no la vamos a soltar. El fortalecimiento de nuestras autoridades tradicionales, de nuestras comunidades, y de nuestro Consejo Náyeri.
Guillermo Palma, pueblo rarámuri, Chiahuahua.
La lucha de nuestro pueblo es muy amplia, contra presas, minería y al mismo tiempo, contra proyectos muy antiguos que están al interior de nuestro territorio, como la educación que ha servido para destruir la cohesión comunitaria, ya que no está hecha para cubrir las necesidades de conocimiento que como pueblo tenemos, ha sido más para que se nos olvide lo que somos y nuestra manera de ver el mundo. También es contra un sistema de salud que trata de ayudar, pero en el que no nos preguntan cómo vemos y utilizamos la salud, siempre son imposiciones, programas como el de piso firme en donde no nos preguntan si los necesitamos o no, carreteras en las que que no nos consultan.
Culturalmente como rarámuris hacemos la defensa danzando, sembrando maíz, cosechándolo, viviendo nuestra vida, haciendo fiesta, es nuestra manera de resistir porque es difícil para nosotros empezar una lucha a la que no estamos acostumbrados, como los pueblos del sur que la van haciendo a través de las leyes, pero en nuestro caso, nos han quitado territorios con las mismas “leyes del blanco” porque al final no son respetadas y sigue el saqueo.
La importancia de estar en este encuentro es porque la experiencia de cada grupo indígena nos enriquece. Tenemos diferentes maneras de resistir, de luchar, unos más radicales que otros. Si en vez de escuchar a un político te vas a tu casa a partir leña porque hace falta, eso también es ser radical, es como tomar un rifle y decir no aguantamos. Es seguir siendo lo que somos no importando el discurso que nos traigan.
Santos de la Cruz Carrillo, de la comunidad Bancos de San Hipólito, municipio de El Mezquital Durango. Pueblo wixárika
En el caso de nuestro lugar sagrado de Haramara, el Estado mexicano ha tratado nuevamente de hacer un teatro, de cometer un fraude, como el que hizo el 24 de mayo con Wirikuta, de fraccionar un lugar sagrado –que es la Isla del Rey. Eso implica violación a los derechos humanos y territoriales del pueblo wixárika.
Desde hace mucho tiempo hemos reivindicado que la Isla del Rey es un lugar sagrado desde tiempos inmemoriales; sin embargo, los gobiernos de los estados y otras instancias, como Reforma Agraria, la Semarnat (Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales), y el mismo gobierno federal, han tratado de fraccionar y, más que nada, privatizar nuestro lugar sagrado de Haramara.
Hoy nos estamos concentrando en CIDECI precisamente, más allá de la Cátedra, porque tenemos que aliarnos entre los pueblos, tenemos que reconstruirnos y tratar de caminar juntos. Hemos luchado desde nuestro pueblo, desde nuestra trinchera, pero también el Estado Mexicano ha reprimido y eso impidió un tiempo a que avanzáramos juntos como CNI, pero ahora estamos aquí para relanzar y refundar nuestro proceso como CNI y vamos más allá, a un segundo encuentro de pueblos indígenas de América.
Manuela Martínez, del pueblo nahua de Santa Cruz Acalpixca, Xochimilco. Comité Autónomo de los Pueblos.
Actualmente luchamos contra el despojo del agua por parte de las autoridades de la delegación Xochimilco que quieren llevársela a la ciudad. Desde el año pasado hicieron conexiones con tubería de agua potable. Investigamos el proyecto, que pasa también por San Gregorio Atlapulco, San Luis Tlachialtemanco, Nativitas, hasta llegar con nosotros, donde se detuvo. No es un caso aislado, sucede en otros pueblos.
Hace unos meses también estuvimos por la lucha contra la imposición de una autoridad por parte de la delegación. Estuvimos en plantón, no negociamos, pero infiltrados y traidores entregaron las instalaciones. Días después, nos dimos cuenta de este despojo de agua. Y estamos en plantón. Recibimos amenazas directas de las autoridades de la delegación contra Carlos Martínez Romero, que le dijo “ya no sales de aquí”.
Exigimos a las autoridades que se presentaran para mostrar el proyecto original de la obra. Pedimos la cancelación total del proyecto y que restituyan el agua como estaba. Lo hacemos a través de marchas, denuncias públicas, alianzas con otros pueblos. Nos estamos organizando por comisiones de trabajo para ir caminando. Nosotros seguimos en plantón hasta que se cumplan los derechos de los pueblos.
José Cruz Sánchez, comunero de Atocpan, Milpa Alta. Ciudad de México.
Tenemos desde años antiguos la responsabilidad de cuidar las tierras. Las empresas y gobiernos nos afectan para despojarnos del territorio. Afortunadamente tenemos títulos primordiales, pero desde la modificación del artículo 27 constitucional se acrecentó el intento de despojo para habitantes de pueblos indígenas de la Ciudad de México. Los funcionarios públicos, a través de prebendas, destruyen las formas tradicionales de organización de nuestros pueblos, como la representación general de bienes comunales, la máxima autoridad para nosotros.
Como algunos representantes han abandonado su tarea, eso permite que algunas personas busquen usufructuar la tierra, robarse el agua, aprovechar los recursos naturales.
Nosotros tenemos una forma tradicional de organización que es la asamblea. Es una de las armas principales de los pueblos. En las asambleas comunitarias se toman las decisiones de una manera colectiva. Los gobiernos se enfocan en que no tengan peso y nombraron a unos sustitutos, llamados Consejo del Pueblo, que son de reciente creación y no tienen la estructura ni el respaldo histórico que nuestros pueblos tienen. Eso trae destrucción del tejido social y consecuencias graves para el territorio. Por eso, la ley indígena del DF atentará contra nuestros derechos.
Nosotros miramos mucho a la historia para continuar la lucha. Tenemos en San Pablo Oztotepec el cuartel donde se ratificó el Plan de Ayala. Somos seguidores de esas luchas por la tierra y el agua. Tenemos la fuerza necesaria para cuando llegue el momento, se echen abajo los proyectos.
Salvador Campanur, de la comunidad indígena purhépecha de Cherán, Michoacán, México.
El Congreso Nacional Indígena (CNI) nace con la iniciativa del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1996. La idea es para que en los pueblos indios de México se tenga un lugar para organizarse, contar las historias de lucha en cada una de sus comunidades, y los problemas que se dan en relación con el mal gobierno.
De todo ello, en 1996 nace la consigna de “Nunca más un México sin nosotros”. Eso para nosotros representa un significado muy grande y muy profundo, porque como habitantes de un país que es México, en las estadísticas puede ser que nos tomen en cuenta como para ejercer y aplicar un presupuesto, como está acostumbrado el al gobierno, pero para los derechos que significa para nosotros cómo disfrutar de los recursos naturales que tenemos en nuestro territorio, de eso no nos dan permiso. Y de gozar del trabajo, de libertad de organizarnos, de eso no da permiso el gobierno. Inmediatamente exige a que depongamos nuestra actitud y nos sometamos al modo de ellos, para no decir nada y solamente cumplir como si fuéramos una servidumbre.
En1996, cuando dijimos “Nunca más un México sin nosotros”, lo pusimos en práctica, pero también nos trazamos un objetivo de llevar a todos los rincones de nuestro país, donde viven hermanos nuestros indígenas, en lugares inaccesibles y que nosotros podemos caminar y andar, nos planteamos esa idea de llevar esa palabra, el contenido de los acuerdos de San Andrés. Las visitas que hicimos en cada una de las comunidades –centro, sur, norte- encontramos que todos padecemos los mismos problemas porque como pueblos indios tenemos nuestros territorios. La exigencia que le hacemos al mal gobierno es que tenemos esos derechos de gozar libremente de todo lo que existe en nuestro territorio.
Radio Ñomndaa, pueblo amuzgo, Xochistlahuaca, Guerrero
Hace 11 años nos organizamos para tener nuestra propia herramienta de comunicación que se llama radio Ñomndaa. Es muy importante que cada pueblo construya sus propios medios de comunicación comunitaria para enlazarnos y hacer una red de comunicación libre.
Porqué debemos pedir un permiso al mal gobierno que no conoce, no entiende, no habla ni respeta nuestra lengua? Nosotros pensamos que no es necesaria la palabra del mal gobierno porque es nuestro derecho de tener un medio de comunicación, como lo marcan los acuerdos de san Andrés. No tenemos el permiso del gobierno, porque tenemos el permiso del pueblo.
El gobierno de Guerrero se esta aprovechando de la pobreza de la gente para ofrecer programas asistencialistas, está dividiendo y enfrentando a las comunidades para facilitar la entrada de las empresas mineras, los proyectos hidroeléctricos y turísticos.
Denunciamos el despojo de nuestro río san Pedro para beneficiar a caciques, comerciantes y empresarios de Ometepec, su ciudad natal del gobernador.
Sigamos defendiendo la tierra, sigamos hablando nuestras lenguas, sigamos nombrando el maíz, sigamos nombrando a nuestras propias autoridades, sigamos platicando a nuestros hijos e hijas nuestras historia.
Juan Dionisio, comunero de la comunidad San Pedro Atlapulco, comunidad nañú
Estamos en un territorio comunal que comprende 7 mil110 hectáreas. La lucha principal es desde la época de la conquista por el reconocimiento y defensa de nuestro territorio, que se respete el territorio comunal que desde 1946 está protegido por una resolución presidencial de reconocimiento y titulación de los bienes comunales de Atlapulco, esto nos ayuda a que tengamos la certeza jurídica sobre nuestra tierra, pero no quiere decir que no hay problemas.
Ahora ha crecido la problemática porque ha aumentado el interés individual de algunos comuneros al interior, por lo cual está latente el peligro de nuevas ventas. Después del año 1973 el problema se detuvo pero ahora la presión es fuerte tanto al interior como al exterior, la mancha urbana viene creciendo, la especulación de la tierra, el cambio de leyes ha hecho que el pueblo de Atlapulco esté sufriendo despojos de agua por concesiones otorgados sin consultar a nuestra comunidad.
En el encuentro con el CNI le hemos dado seguimiento a todo lo relativo a la cultura de los pueblos indios, por eso esta Cátedra en memoria a nuestro hermano Juan Chávez es un momento determinante para nuestros pueblos por la situación que se está viviendo, cuando la tierra comunal se está privatizando en beneficio de los grandes intereses.
Pedro Hernández López, tzeltal, ejido San Sebastián Bachajón, Chiapas.
Estamos en lucha por nuestra tierra, la defendemos porque el gobierno estaba despojando en una parte, pero estamos resistiendo, nos organizamos hombres y mujeres para resistir para no entregar las tierras al gobierno, que las quiere porque tiene todavía flora y fauna, riqueza.
La defendemos porque ahí es nuestra vida, es nuestra madre, ahí se da todo lo que consumimos desde que nos enseñaron a trabajar nuestros padres y abuelos.
Nos quieren despojar porque hay ríos, manantiales, minas y están escarbando, sacando.
Para resistir nos mostramos, hacemos acciones nacionales e internacionales, hemos tenido represión e inclusive asesinatos, viene policía y delegados del gobierno a decirnos y ofrecernos, pero les decimos que no queremos nada. Como no nos dejamos, un compa de nosotros, Juan Vázquez Guzmán fue asesinado por agentes del gobierno. Hay represión y llevan a la cárcel a nuestros compañeros, los torturan, los golpean y los sueltan hasta que hacemos movimientos para presionar.
Este encuentro es importante porque damos a conocer y compartimos nuestra lucha a otros compañeros.