Días cruciales para los profesores mexicanos

La reglamentación de la reforma educativa hace realidad la amenaza que advierte la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación desde 2012: una reforma laboral encubierta y una entrada a la inversión privada en las escuelas públicas mexicanas.



Días cruciales para los profesores mexicanos

La reglamentación de la reforma educativa hace realidad la amenaza que advierte la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación desde 2012: una reforma laboral encubierta y una entrada a la inversión privada en las escuelas públicas mexicanas.

Adazahira Chávez

México, Distrito Federal. “Son días cruciales para que los maestros no perdamos nuestros trabajos”, afirma un representante sindical de la Sección 22, de Oaxaca, mientras el resto de los más de 50 mil profesores que están en plantón en el Zócalo capitalino se preparan para tomar el aeropuerto, en protesta por la aprobación en el Senado de la reglamentación a la reforma educativa que, afirman, acabará con sus empleos. La actitud de “cerrazón total al diálogo” por parte de los legisladores solamente le deja a los mentores la opción de presionar al poder ejecutivo para que no promulguen las leyes, reconoce el profesor Paz, de los Valles Centrales oaxaqueños.

La reglamentación, describe el profesor Paz, habla de gratuidad y a la vez plantea inversión privada en las escuelas, “pero no especifica cómo y no creemos que sean donaciones”. Además establece la creación de un servicio profesional de carrera, cuyo objetivo real, acusan los mentores, es acabar con la permanencia en el empleo y afectar sus ingresos. “Aceptamos que hay deficiencias de infraestructura y de recursos humanos en la educación, pero no se solucionan así”, indica el sindicalista. “Nosotros estamos prestos a recibir mayor capacitación”.

La presencia de manifestantes en las calles parece más numerosa que en diciembre de 2012, cuando se aprobó la reforma general. Paz coincide con la apreciación y explica que es porque los maestros entonces no creyeron que se aprobarían los cambios, “pero ya con la reglamentación es otra cosa. Ya es inmediato y podemos perder el trabajo”.

La plancha del Zócalo y las calles aledañas son un mar de tiendas de campaña y plásticos en las que los profesores de Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Distrito Federal, San Luis Potosí, Veracruz y Tabasco pernoctan, bajo las lluvias que se presentaron casi desde que se instaló la protesta, el 19 de agosto. Las maestras se lavan los dientes y la cara en los rincones donde hay pequeñas grietas o coladeras en el cemento. Otros más desayunan tortas preparadas por las comisiones, mientras los organizadores llaman: ustedes, al congreso. Los de allá ya deben ir al aeropuerto, por la línea rosa del metro; vayan a apoyar al senado. La mayoría son de Oaxaca y vinieron con la disposición de quedarse en plantón permanente, informa el representante sindical que prefiere no dar su nombre.

“Hay convicción, coraje y molestia” entre la base sindical, informa el representante, “por las mentiras que dicen los medios, sobre todo la cuestión de que la reforma no nos afectará laboralmente”.

Evaluación, el punto nodal

La reglamentación de la reforma, indican los profesores disidentes, debe pasar por tres etapas: la cámara de diputados, la de senadores y la promulgación por parte del ejecutivo. Ya pasó las dos primera etapas (los senadores se trasladaron a un reciento de espectáculos y convenciones, el Centro Banamex, para aprobarla) y resta la publicación por la presidencia de la República. Si esto sucede, advierte Paz, “habrá desempleo masivo” por los despidos de profesores, los normalistas no serán contratados directamente aunque estén formados específicamente para ese trabajo y “se privatizará la educación”, de la cual el Estado busca a toda costa la forma de sacar ganancia económica, enumera.

El periodista Luis Hernández Navarro, periodista especialista en el movimiento magisterial y autor del libro Cero en Conducta, escribió en La Jornada que “el Ejecutivo presentó como propia la propuesta empresarial de reforma a la enseñanza, diseñada por la Organización para la Cooperación al Desarrollo Económicos (OCDE) y cabildeada por las cámaras patronales”.

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ha denunciado, en diversas ocasiones, que la reforma educativa es en realidad una reforma laboral. “Dicen que será para mejorar la educación, pero no les creemos porque no asigna mayor presupuesto y no propone nada nuevo en el aspecto pedagógico”, puntualiza Paz, representante de la región de Valles Centrales de Oaxaca, donde en 2006 se desató la revuelta conocida como “la Comuna de Oaxaca”. A través de la prueba que hará el Instituto Nacional de Evaluación –del que tampoco se sabe cómo funcionará, precisan los profesores-, “se acabarán las promociones” y los maestros podrán ser despedidos, indica Paz.

“De entrada hay una evaluación en la que el docente nunca sabrá su puntaje”, indica el representante sindical. Su experiencia se remite a la forma de promoción llamada Carrera Magisterial, que se terminará en 2014: “Aunque tengas los puntos para promoción, no te lo dan porque no hay presupuesto suficiente y nunca sabes cuáles fueron tus aciertos y errores, sólo te dan un constancia con el puntaje total”. Además, agrega, está la prueba Enlace, donde hubo una gran cantidad de reprobados “y no somos tan burros”, precisa. “En el fondo, lo que está es la intención del patrón de deshacerse de trabajadores”.

Hernández Navarro informa que para que no quedara duda de que la propuesta educativa es suya, Claudi X. González, el hasta hace no mucho tiempo presidente de la Fundación Televisa, dijo a Denise Merker que “ya era hora de que se aprobaran leyes secundarias para evaluar la función de los profesores frente a grupo”, y detalló: “Si entraste como profesor antes de la modificación al artículo tercero de la Constitución, tienes derecho a tres pruebas, si repruebas las tres se te retira del grupo y se te reubica, ya sea en el servicio público o bien dentro de la Secretaría de Educación Publica”, y “si eres profesor ‘nuevo’ y repruebas las tres pruebas dejas el servicio público y no se te reubica en ninguna parte”.

Las escuelas de Oaxaca y Michoacán están en paro total; las del DF realizaron uno de 48 horas, y en otros estados también están inconformes, asegura Paz, pero “no salen a las calles porque los reprimen”. Pero la falta de movilización les puede salir más cara, advierte el oaxaqueño, pues “hoy los pueden reprimir y les descuentan el día, pero mañana los van a despedir con la reforma”.

Los maestros en plantón “sufrimos bastante acá”, reconoce una maestra, que huye rápidamente de la entrevista, con la cara mojada y cepillo de dientes en mano. “Aparte del mal tiempo, faltan los servicios de higiene básicos, ya no tanto para bañarse sino para hacer las necesidades fisiológicas”, indica el representante que se negó a dar su nombre, mientras sus colegas, desperezándose, se preparan para la guardia.

Después de las movilizaciones de finales de 2012 e inicios de 2013, el magisterio oaxaqueño consiguió la promesa del gobernador de que la evaluación en ese estado se haría de manera diferente, tomando en cuenta las propuestas del sindicato y sus investigadores. Con la reglamentación, “los arreglos locales desaparecen y lo establecido queda a nivel federal”, advierte el profesor Paz. El gobernador oaxaqueño, Gabino Cué, declaró que analiza la posibilidad de descontar días a los profesores. “No le decimos que lo haga o no lo haga, nada más que luego arreglaremos cuentas con él”, advierte el representante sindical.

Los profesores oaxaqueños, informa el profesor Paz, han elaborado ya propuestas para mejorar la calidad de la educación, que toman en cuenta aspectos metodológicos dirigidos a formar otro tipo de ciudadano, más consciente y responsable. Lo que los profesores buscan, en última instancia, es que se paralice la promulgación de las leyes reglamentarias y se les incluya en el debate. “Los compromisos deben hacerse entre los actuantes de lo educativo, pues nosotros conocemos el tema”, finaliza el profesor Paz.

La forma en que se aprobó la reglamentación en la cámara de senadores “nos indica que van con todo, pero nosotros también”, remata Paz.