Intromisión del gobierno mexicano en Segunda Cumbre de Comunicación Indígena

Varias organizaciones se restaron.



Los de Abajo

Intromisión en cumbre
Gloria Muñoz Ramírez
La Jornada

El aparato priísta, dedicado en lo que va del sexenio a desarticular a un sector de las organizaciones indígenas y campesinas, mediante apoyos y estrategias diversas que siembran división y fisuras dentro del tejido comunitario, maniobró ahora para quebrantar un proceso de articulación de medios de comunicación indígena que hasta antes de su intromisión generaba una auténtica comunicación desde los pueblos.

Más de 20 millones de pesos (¿en qué se gastó cada peso?) soltó el gobierno federal para irrumpir en la segunda Cumbre Continental de Comunicación Indígena Abya Yala, que se celebró esta semana en la comunidad mixe de Santa María Tlahuitoltepec y que finaliza mañana, entre justos reclamos de las organizaciones y medios indígenas que fueron invitados y que se vieron forzados a cancelar su participación por la intromisión de un gobierno que, lejos de acompañar los procesos de los pueblos, se ha dedicado a despojarlos y a perseguirlos.

Hubiera bastado con asomarse al Congreso Nacional Indígena, en agosto pasado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, para conocer el glosario del despojo que empresas y gobiernos de todos los partidos ejecutan en los territorios yaqui, tzeltal, purépecha, nahua, ñañú, mephaa y rarámuri, entre otros. Minas, acueductos, carreteras, proyectos eólicos, hidroeléctricas, gasoductos y un sinfín de megaproyectos inútiles amenazan recursos naturales, en complicidad con el gobierno federal en turno. En este caso de Enrique Peña Nieto, invitado (aunque no asistió y sólo mandó su dinero a través de la SCT) a la Cumbre de Comunicación.

“Estas estrategias de intervención”, bien dice desde Colombia el Tejido de Comunicación de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, “fragmentan nuestros procesos autónomos de comunicación”. Y, conscientes “de las estrategias que violentan a los pueblos para tener procesos sometidos, embrutecidos y fragmentados”, decidieron no legitimar “las políticas que nos agreden a cambio de nuestra dignidad”.

Si bien es cierto que quienes decidieron asistir no necesariamente se vuelven cómplices de las políticas del gobierno priísta, e incluso hubo quienes se enteraron del entramado, la razón la tienen colectivos como Videoastas Indígenas de la Frontera Sur, que advirtió a tiempo que la intromisión “atenta contra la autonomía indígena y lo logrado y alcanzado por los medios de comunicación libres e independientes en manos de los pueblos originarios en pie de lucha”. Volver a tejer desde abajo es tarea de todos y todas.

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