Occupy Wall Street. Tras la acampada, los indignados estadounidenses generan iniciativas diversas
“Tenemos mucho que aprender sobre el uso del poder colectivo”
Dos años después del movimiento Occupy Wall Street, Sofía Gallisá, una de las coordinadoras del movimiento Occupy Sandy, y Nathan Schneider, organizador del movimiento Occupy Catholics, comparten sus reflexiones.
Elia Gran
09/11/13 · 8:00
Diagonal
Hace ya dos años que un grupo de jóvenes estadounidenses decidieron reaccionar y actuar frente a la fuerte crisis económica mundial. Inconformes con las desigualdades sociales y económicas, se juntaron para darle relevancia a la desigualdad económica y racial dentro de la agenda política de Nueva York. Su primer encuentro se dio en el parque Zuccotti , en el barrio financiero de Downtown Manhattan, centro neurálgico del movimiento monetario y capitalista de Estados Unidos. Coincidiendo con el décimo aniversario de la reapertura de Wall Street, después de los ataques del 11 de septiembre del 2011, nació el movimiento Occupy Wall Street (OWS).
“Empecé a participar el 17 de septiembre, el primer día oficial del movimiento, llena de escepticismo y cinismo. Tenía ganas de ser testigo de lo que podría llegar a pasar. Me entró una curiosidad inmediata por ver si sería verdad que por fin los jóvenes en EE UU se estaban movilizando. Fui a comprobarlo, y a partir de entonces no paré de volver y rápidamente me involucré más de lo que me esperaba”, recuerda Sofía Gallisá Muriente, cineasta y una de las coordinadoras de Ocuppy Sandy.
En más de 82 países
En poco tiempo, Occupy Wall Street tomó presencia mundial en las redes sociales a través del hashtag #occupy. En un mes se habían organizado protestas en 95 ciudades de 82 países del mundo y en 600 comunidades extendidas por todo EE UU. “Informé sobre el movimiento como reportero durante las reuniones de planificación en el verano de 2011, antes de que empezara la propia ocupación. Fui a las reuniones porque me fascinaba el reto de contar cómo la gente se organizaba y creaba estrategias para resistir al poder. A partir de ese momento, empecé a escribir sobre el movimiento para revistas como The Nation y Harper’s, igual que para la web que ayudo a editar, Waging Nonviolence”, relata Nathan Schneider.
Nathan aprovechó su implicación en OWS, entre otras cosas, para escribir su libro, Thank You Anarchy: Notes from the Occupy Apocalypse (Gracias anarquía: apuntes desde el apocalipsis Occupy). En él habla sobre el primer año del movimiento Occupy. “Me refiero a Occupy como un apocalipsis. En griego, esta palabra significa desvelar o revelar. Esto es lo que Occupy hizo por nosotros como sociedad, a través del desmantelamiento de la profunda injusticia que existe en nuestro entorno. Muchos individuos que formaron parte del movimiento ahora ya no pueden regresar a sus vidas tal como eran antes”.
Sofía optó por involucrarse en la asamblea de OWS en español. Allí colaboró con el grupo de traductores y de medios, produciendo vídeos en español, subtitulando contenidos que salían sobre el movimiento y ayudando a traducir el Occupied Wall Street Journal, la primera gran publicación que surgió. “A través de la versión impresa y la web indignacion.org intentamos unir todos los puntos entre lo que estaba pasando en Latinoamérica, la situación de los latinos en EE UU y lo que se estaba hablando en OWS”. Esta agrupación tenía entre otros, el objetivo de romper con la idea de que había poca gente de color o latinos involucrados en el movimiento y, a la vez, ampliar la idea que tenía la gente sobre la identidad latina.
Al hablar de los logros que ha conseguido el movimiento en sus dos años de vida, tanto Sofía como Nathan están de acuerdo en que la masiva reacción de socorro de Occupy Sandy fue la muestra más espectacular de cómo Occupy consiguió satisfacer las necesidades de los ciudadanos que se encontraban en una situación difícil. “Allí, nuestro proyecto es a largo plazo. Aún estamos trabajando en la reconstrucción y la sostenibilidad de un centro comunitario dedicado a crear una cooperativa de trabajadores que ayuden a los afectados por la tormenta Sandy a empezar su propio negocio”. También señala la activista que “no soló hemos señalado a Wall Street, sino que hemos hecho evidente para todo el mundo que los banqueros y las corporaciones controlan la política de EE UU y que esto nos excluye al resto. También hemos aplicado estas conclusiones a nuestras luchas con otros temas como la comida, el clima, el medioambiente, las prisiones, la inmigración, la vivienda y las iniciativas de auxilio”, añade Sofía.
Occupy Wall Street, dos años después
A día de hoy ya no quedan grandes grupos de activistas en el parque Zuccotti, a pesar de que se pueden encontrar personas acampando dispuestas a facilitar información y flyers sobre las actividades que Occupy tiene previstas.
En los diferentes barrios de Nueva York, en comparación con el movimiento 15M de España, OWS tuvo muy poco protagonismo y de los pocos que se recuerda con éxitos es la assemblea de Sunset Park. Esta aún está activa en términos de trabajo comunitario en la región de los Rockaways y Staten Island. “El carácter intenso y adrenalínico de la ocupación de las primeras semanas y meses no podía durar mucho. Y el movimiento no fue exitoso a la hora de desarrollar una fuerte estructura política de ‘post-ocupación’. La gente se frustró y se dividió en proyectos más pequeños donde podían experimentar con otras formas de organización que podrían ser más efectivas y sostenibles”, dice Nathan.
Resultado de esta división han sido los proyectos como Occupy Sandy, la revista Tidal, Occupy University, cooperativas como The Screen Printer’s Guild y Radix Media, campañas contra la subida de precio del transporte público, fracking, la brutalidad policial, la persecución de los ‘whistleblowers’ y mucho más. “Hay demasiados proyectos como para poder enumerarlos y no siempre es fácil distinguir cuál de ellos son lo suficientemente serios para poder considerarse. Se ha llegado a proponer desde una tarjeta de débito de Occupy, una milicia no violenta Occupy o la creación de una plataforma contra los desahucios. Muy parecido a lo que se está haciendo en España”, añade Nathan. Otros proyectos fruto del movimiento que surgieron en otras zonas de Estados Unidos han sido por ejemplo las ocupaciones en California, las ayudas de auxilio en Oklahoma después de unos fuertes tornados este año o las ayudas en Colorado ante las recientes inundaciones devastadoras.
A pesar de la disolución de la acampada el movimiento Occupy Wall Street aún está muy presente en Nueva York, en graffitis o las banderas del movimiento que ondean en las concentraciones de los trabajadores de restaurantes Fast Food o manifestaciones contra la intervención militares “Durante las primeras reuniones los organizadores dejaron muy claro que su interés era el de inspirar a la gente de todas partes para construir el poder de forma local a través de la ocupación y el ensamblaje. Aún creo que es una estrategia necesaria, a pesar de que no necesariamente tiene que ser a través de la ocupación de las plazas públicas. Nosotros, como sociedad, tenemos mucho que aprender sobre el uso de nuestro poder colectivo”, concluye Nathan.
“Una red de luchadores en Nueva York”
Al preguntarle a Sofía que ha significado para ella pertenecer a OWS, respondió: “Para empezar, fue la primera cosa que me hizo sentir como parte de la ciudad de Nueva York, la primera vez que tenía esperanza y orgullo en mi generación y el trabajo en Sandy es definitivamente la cosa más resolutiva que he visto jamás en mi vida. Me ha transformado completamente, me ha ayudado a informarme en profundidad sobre la política, mis ideas, mi participación en el mundo y hasta en mi lengua. También me ha introducido en una red de inagotables luchadores y gente hermosa y valiente con quien estoy seguro que continuaré colaborando, conspirando y soñando. Occupy me ocupó la vida en gran parte durante dos años y se ha extendido a todo, hasta ahora que estoy en Puerto Rico”.
A pesar de la disolución de la acampada y la dispersión del grupo, el movimiento Occupy Wall Street aún está muy presente en los rincones de Nueva York, en los recientes graffitis del artista urbano Bansky o las banderas del movimiento que aún ondean en las concentraciones de los trabajadores de restaurantes Fast Food o manifestaciones contra la intervención militar estadounidense en oriente medio.
“Si realmente quieres entender todo el movimiento, entonces vale la pena mirar todo lo que pasó con Occupy Nigeria, lo que salió de Occupy Méjico o porque se han dado protestas masivas recientemente en Brasil contra el transporte público donde también se ha utilizado el nombre de Occupy. El concepto de Occupy va más allá de nosotros”, resume Sofia.
Cuatro iniciativas del Movimiento Occupy
OCCUPY SANDY: Red de base social organizada por miembros de Occupy para ayudar en las zonas de Nueva York más afectadas por el huracán Sandy. Con más de 50.000 voluntarios, este proyecto de asistencia de desastres atiende a comunidades que no recibieron ayudas gubernamentales y ayudan a reconstruir casas y centros comunitarios que fueron destrozados.
TIDAL: Revista distribuida gratuitamente en diversos centros, eventos, actos o por las calles de Nueva York y en Túnez. Creada durante la ocupación del parque Zuccoti y Ocuppy Wall Street, esta publicación ofrece un espacio para la discusión y difusión de la teoría y la práctica del movimiento.
OCCUPY UNIVERSITY: Conjunto de talleres creados por el Movimiento Occupy abiertos a todo el mundo basados en el concepto que el aprendizaje debe nacer de la colaboración y el empoderamiento político. Organizan sus encuentros educativos ofreciendo métodos de aprendizaje diferentes y para responder a las crisis actuales y los intereses de la comunidad.
THE SCREEN PRINTER’S GUILD: Proyecto de pop-up serigrafía que se originó en la Plaza de la Libertad en el parque Zuccotti. Se ha convertido en una tienda de impresión personalizada de servicio completo. Imprimen estampados relacionados con el movimiento en diversas prendas de vestir, pañuelos, etc. en los diferentes eventos en Nueva York.