Poco a poco, y obligados por la dinámica de la resistencia a las empresas eólicas, los pueblos binnizá e ikojts de Álvaro Obregón expulsaron a los partidos políticos, establecieron un cabildo propio y formalizaron a su policía comunitaria, que padeció un reciente intento de represión.
JAIME QUINTANA GUERRERO
México. La Policía Comunitaria de Álvaro Obregón, en el estado de Oaxaca, se enfrenta a la represión estatal; la comunidad en su conjunto, opositora a los proyectos eólicos, está ejerciendo su autonomía, y eso provoca el “odio” de los políticos, pues sienten que “todo se les va de las manos y pierden el control sobre nosotros”, explica Alejandro López, integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT).
Al integrante del cabildo indígena y a los 10 guardias de seguridad comunitaria detenidos el 22 de marzo les dijeron que “se encuentran en la ilegalidad por llamarse Policía Comunitaria”, explica el entrevistado por Desinformémonos. Los indígenas realizaban labores ordenadas por las autoridades de la Asamblea Comunitaria de Gui’xhi’ ro’ (Álvaro Obregón, municipio de Juchitán), específicamente la entrega de un oficio al presidente municipal oficialista. Al otro día, fueron liberados pues no se pudo formular cargo alguno en su contra.
“Sabemos que al Estado no le conviene el funcionamiento de estas fuerzas de seguridad comunitaria, y a toda costa pretenderá disolvernos”, denuncia Alejandro López, habitante de Álvaro Obregón. “Pero nosotros somos pueblos que funcionamos por asamblea comunitaria, nuestra máxima autoridad”. El zapoteco recuerda que desde tiempos ancestrales, su pueblo ha funcionado de esa manera. Y aclara: “Es mentira que estemos preparando gente armada, es un pretexto que se utiliza para dispersar la resistencia que los pueblos realizan para proteger sus bienes comunitarios”.
El fenómeno del desarme y aprehensión contra cuerpos comunitarios de seguridad en Álvaro Obregón se suma a eventos similares en Ostula y Aquila, Michoacán, y en Guerrero, con la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias. “En Oaxaca existen muchas injusticias, presos políticos, asesinatos y, sobre todo, problemas de despojo de tierra. Por eso empiezan a formarse las policías comunitarias”, precisa el indígena.
De la resistencia a la autonomía
Los pueblos binnizá e ikojts del Istmo se organizaron en defensa de su tierra, territorio y costumbres, ante la amenaza representada por la imposición de mega proyectos eólicos, relata López en entrevista con Desinformémonos.
El integrante de la asamblea relata que empresas transnacionales, como Mareña Renovables, intentaron despojarlos de porciones de su territorio, incluyendo sitios sagrados, en la Barra de Santa Teresa. Por eso, comunidades como San Francisco del Mar, San Dionisio del Mar y San Mateo del Mar entraron al proceso de organización. Acusa a los tres niveles de gobierno de ser cómplices del despojo.
En diferentes momentos, los habitantes opositores a los proyectos eólicos advirtieron que el presidente municipal, Saúl Vicente Vázquez, estaba de acuerdo con la empresa Mareña Renovables (MR) y que no respetaba los usos y costumbres de la comunidad al no reconocer el cabildo comunitario –sustentado incluso por las leyes del estado.
El pueblo binnizá, en asamblea general del 7 de febrero de 2013, decidió que en su territorio “no se realizaría ningún tipo de obra, y que tanto las empresas como los distintos niveles de gobierno tienen la obligación de respetar esa decisión soberana del pueblo de Álvaro Obregón”, informa López.
El 9 de febrero del 2013 se constituyó la policía comunitaria para el resguardo de los bienes de la comunidad y la vida. “Somos un cuerpo de policías comunitarios que resguarda la tranquilidad y la paz, ya que los elementos de seguridad del estado jamás funcionaron, al contrario, golpeaban a nuestra gente”, define López.
Sin embargo, el 14 de noviembre fueron interceptadas camionetas de técnicos que estaban realizando trazos, y llevaban permiso del presidente municipal Saúl Vicente; esto ocasionó que las comunidades reaccionaran.
Después de la expulsión de Mareña Renovables de la barra de Santa Teresa, “poco a poco la dinámica de lucha nos obligó a expulsar a todos partidos políticos de Álvaro Obregón. La comunidad no permite ahora la realización de elecciones ni la promoción de partido o candidato alguno, ya sea del Partido Revolucionario Institucional, del Partido Acción Nacional o del Partido de la Revolución Democrática”, aclara.
En la comunidad Álvaro Obregón eligieron por usos y costumbres a sus autoridades. “Esto provocó odio contra el pueblo, ya que los políticos ven cómo todo se les va de las manos y pierden el control sobre nosotros”, explica López.
El nuevo sistema tiene un cabildo, que “es responsable del servicio comunitario en Álvaro Obregón; tiene la posesión de la agencia municipal desde el 1 enero del año 2014, así como de camiones de volteo, ambulancia y patrullas”.
Los servicios públicos están en poder de la asamblea, y “ya empezamos a dar servicio a la comunidad. La salud y todas las escuelas están funcionando, así como los mercados y el transporte público, todo bajo el cuidado de la policía comunitaria de Álvaro Obregón”, detalla el entrevistado.
“Hasta ahora mantenemos la agencia en nuestro poder. Hemos corrido a la policía y cualquier intento de desviar los trabajos de la agencia comunitaria”, finaliza Alejandro López.
30 de marzo 2014