15-04-2014
Mumia Abu-Jamal dialoga con Marc Lamont HIll
Un hombre negro libre en cautiverio
Carolina Saldaña
Desinformémonos
A punto de cumplir dentro de prisión su cumpleaños 60, el periodista y activista sigue produciendo literatura y ensayos pues, señala, “la lucha contra el complejo industrial carcelario es más grande que yo”, y reafirme su fe en la gente que se moviliza por él.
––Soy pensador, escritor, activista, ser creativo, hombre, papá, esposo, abuelo e hijo, pero sobre todo, un hombre negro libre viviendo en cautiverio.
––¿Por qué te consideras libre?
––Porque digo lo que está en mi corazón.
Así se define Mumia Abu-Jamal en un breve diálogo con Marc Lamont Hill, el co-autor de su séptimo libro The Classroom and the Cell (El aula y la celda).
Mientras se acerca la fecha del 24 de abril y con ella, los festejos del cumpleaños 60 de Mumia en Filadelfia, Estados Unidos, cada vez más personas expresan su aprecio para este hombre negro libre que siempre dice lo que está en su corazón aún estando en una situación sumamente vulnerable. También se extiende un sentido de hartazgo por su largo cautiverio de 32 años, cuatro meses y 15 días. “Hay que sacarlo de ahí ¡pero ya!” dice uno de los músicos que tocará en el #FestivalFreeMumia en la Ciudad de México, durante la semana del 21 al 26 de abril.
Es cierto que Mumia Abu-Jamal tiene enemigos tremendos, encabezados por la Orden Fraternal de Policía (FOP). Los mismos policías que lo vigilaron desde que era un joven Pantera Negra en los años sesenta, detuvieron al aclamado periodista conocido como “La voz de los sin voz” el 9 de diciembre de 1981, casi lo mataron a patadas y lo incriminaron por el asesinato del policía blanco Daniel Faulkner.
Junto con la Fiscalía de Filadelfia y un juez que juró que “les iba a ayudar a freír al negro”, la FOP logró fabricar evidencia en su contra, condenarlo a muerte y mantenerlo en condiciones de tortura en el pasillo de la muerte durante casi tres décadas. Ahora insisten en que él nunca saldrá vivo de prisión. Pero no siempre logran su cometido, como vimos en 2011 cuando tuvieron que desistir en su afán de matarlo por la vía oficial.
Para conocer a Mumia Abu-Jamal, su pensamiento y su lucha, no hay mejor manera que leer sus propios escritos. Cada semana él graba por lo menos dos radioensayos que se pueden escuchar en inglés en www.prisonradio.org [1], y estos ensayos -traducidos al español- también se pueden leer en varios de los medios libres en México y otros países.
Además, Mumia ha escrito siete libros -ahora está terminando el octavo, sobre el imperio estadounidense. Las autoridades en Estados Unidos los consideran peligrosos porque revelan mucho de sus crímenes y, aparte, fomentan el pensamiento y la acción anti-sistémico. Por los mismos motivos, las almas rebeldes los buscan.
Los tres primeros libros son recopilaciones de sus ensayos que abarcan un gran número de temas, incluyendo la vida en prisión y el sistema de injusticia en Estados Unidos que tiene sus raíces en la esclavitud. En ellos, Mumia Abu-Jamal cuenta varias historias de presos específicos castigados por las duras leyes, que han sido un factor clave en el auge en la población carcelaria de Estados Unidos (la cual pasó de aproximadamente 250 mil presos a principios de los años setenta hasta casi 2.5 millones en la actualidad).
Su primer libro, Live from Death Row (En vivo desde el corredor de la muerte), publicado en 1995, tuvo un gran impacto en impulsar un movimiento internacional por la abolición de la pena de muerte. Para amedrentar a la editorial Addison-Wesley, la Orden Fraternal de Policía y la viuda Maureen Faulkner contrataron un helicóptero para volar sobre la editorial con una gran manta que decía “Addison-Wesley apoya a asesino de policías”. Su segundo libro, Death Blossoms (Brote la vida), salió en 1997; el tercero, All Things Censored (Todo censurado), en 2000. Este último fue una respuesta a la censura ejercida por la Radio Pública Nacional (NPR) cuando canceló una recopilación de los ensayos de Mumia debido a la presión policial y senatorial.
Tal vez el libro menos conocido de Mumia Abu-Jamal es Faith of our Fathers (La fe de nuestros antepasados: Un examen de la vida espiritual de los pueblos africanos y africano-americanos), publicado por Africa World Press en 2003. La historia empieza en África. El continente, “ampliamente visto por arqueólogos como la cuna de la humanidad”, fue proyectado en Occidente, por lo menos durante 500 años, como “la tierra de oscuridad”, cuyos habitantes necesitaban “salvación”. Y dicha “salvación justificaba la expansión colonial europea, la explotación, y la conquista de África durante siglos”.
A Mumia le interesan los caminos espirituales elegidos por los africanos tanto en el continente como en la diáspora, para ayudarles a sobrevivir y resistir la esclavitud y el colonialismo. Su libro incluye pasajes que se refieren al rechazo de los misioneros cristianos en Abisinia y a movimientos anti-coloniales más modernos, como el de Simón Kimbangu en el Congo. Durante el periodo de la esclavitud en las Américas, menciona la aversión de muchos esclavos a los predicadores blancos y su mensaje de aquiescencia a la esclavitud como la voluntad de Dios. En cambio, la sacralización de la libertad se notaba entre los esclavos que se reunían en secreto en los bosques en ceremonias con tambores y canto. En lugar de adorar a un Dios opresor, adoraban la propia libertad. Mumia se refiere al desarrollo un siglo después del Movimiento Rastafari en Jamaica, de la influencia de Marcus Garvey y del Templo de la Ciencia Moresca y la Nación de Islam en las comunidades negras de Estados Unidos. Hay una sección sobre la feminidad divina y otra sobre la organización naturalista MOVE, que considera toda forma de vida sagrada y adora a la Mamá Naturaleza.
Un libro que refleja una parte importante de la lucha de Mumia Abu-Jamal es We Want Freedom (Queremos Libertad: Una vida con el Partido de los Panteras Negras), publicado en 2004 por South End Press y traducido al español por la editorial Virus.
El partido fue fundado el 15 de octubre de 1966 en Oakland, California, y dos años después, el joven Mumia ayudó a fundar la agrupación en Filadelfia, donde participó en sus proyectos de sobrevivencia comunitaria, vendió el periódico del partido y escribió artículos en él; así empezó su carrera en el periodismo. Se comprometió con el programa de los Panteras: libertad, empleo, vivienda, educación, comida, justicia, paz, exención de servicio militar, el derecho a la auto-defensa y un plebiscito para establecer una nación africana-americana independiente y socialista.
Mumia Abu-Jamal señala que más de la mitad de las Panteras Negras fueron mujeres y que ellas solían encabezar el trabajo diario en la mayoría de las ciudades. Incluye textos suyos que solicitó para el libro. Para él, las mujeres representaban “lo mejor de la organización”.
Mumia plantea que los Panteras Negras no fueron simplemente una continuación del movimiento de derechos civiles liderado por el reverendo Dr. Martin Luther King, sino parte de una tradición de levantamientos de esclavos que ocurrieron a través de tres siglos, de esclavos fugitivos que encontraban asilo con los indígenas y pelearon a su lado, de intentos de establecer gobiernos independientes, del movimiento abolicionista ––todo eso como un rechazo a ‘la implacable pesadilla de la democracia herrenvolk’ imperante en Estados Unidos. Destaca que ‘la historia africanoamericana está arraigada en la proposición radical que América no es la tierra de libertad, sino un lugar de la ausencia de libertad, un terreno de represión e inseguridad’.
En 2009, Mumia Abu-Jamal publicó Jailhouse Lawyers (Abogados desde la cárcel). Cuenta que hay decenas de miles de abogados autodidactas en las cárceles de Estados Unidos. Poco conocidos en la sociedad, son hombres y mujeres que litigan sus propios casos, defienden a otros presos o levantan demandas para efectuar cambios en las condiciones de las prisiones. Ante el desprecio de los jueces y fiscales, la extrema falta de recursos y la apatía pública, las abogadas desde la cárcel frecuentemente pierden sus casos, pero también ganan impresionantes victorias.
Por ejemplo, Mumia recuerda que “La vergonzosa condena de nueve integrantes de la organización MOVE -a entre 30 y 100 años en prisión en 1978-, fue seguida por una asombrosa victoria para la organización en 1981, cuando Mo y John África se defendieron con éxito contra cargos de acopio de armas y explosivos. Sus tácticas poco comunes incluyeron un citatorio a sus nueve compañeros encarcelados para dar testimonio sobre los propósitos de su lucha, el buen carácter de John África y la traición de los testigos de cargo, más un discurso final de África sobre la sobrevivencia del planeta. Para el asombro de todos, menos de John África, el jurado, con lágrimas en los ojos, los exoneró completamente”.
The Classroom and the Cell, (El aula y la celda), publicado por Third World Press en 2012, es una colaboración entre Mumia y Marc Lamont Hill, profesor y comentarista de televisión. En este interesante libro, los dos hombres comparten sus reflexiones sobre temas de identidad, historia, raza, cultura, liderazgo, prisión, escuelas, amor y masculinidad en las comunidades negras de Estados Unidos.
La siguiente conversación se hizo cuando Mumia todavía estaba en el corredor de la muerte:
–– ¿Qué tan seguido piensas en la muerte?
–– Todos los días.
–– ¿Te da miedo?
–– Tienes que vivir sin temor porque no controlas la muerte.
–– ¿Nunca tienes el impulso de darte por vencido?
–– ¡Oh, no! Soy el hombre más ocupado que conozco.
–– Pero no es sólo la cantidad de trabajo que haces. Eres parte de algo más grande, ¿no?
–– Marc, la lucha contra la pena de muerte es más grande que yo. La lucha contra el complejo industrial carcelario es más grande que yo. La lucha por la justicia social es más grande que yo. Y éstas continuarán después de que me vaya. La lucha sigue. Lo importante es saber de qué lado estás.
–– Pero ha de ser difícil mantener la esperanza. Tu futuro depende de tu fe en el sistema ¿no?
–– Marc, no tengo esperanzas o fe en el sistema. Éste ha sido el caso durante muchos años. Tengo esperanzas y fe en la gente. Y no pierdo el tiempo. Pase lo que pase, no habré perdido el tiempo. Mis palabras están ahí en el mundo. Contra todos los pronósticos, sé que están llegando a la gente. Esto me lo sé. Siento la vibración.
13 de abril 2014