06-05-2014
Entrevista a Luis Prado, cabeza de lista del partido Escaños en Blanco
“Hay que abandonar los esquemas mentales actuales para que la sociedad demande unas nuevas reglas de juego”
Rebelión
¿Quién es Luis Prado?
Pues una persona como tantas otras que se ha cansado de esperar a que los cambios los provoquen otros y se ha decidido a dar un paso al frente junto con muchas otras personas con el objetivo de hace reaccionar a esta sociedad.
¿Qué labor has desempeñado dentro del partido?
Empecé en Escaños en Blanco en el año 2011 donde sacamos adelante el proyecto en Asturias y desde enero de 2013 soy responsable de comunicación de Escaños en Blanco en España.
¿Por qué es cabeza de lista de Escaños en Blanco?
Porque así me eligió la asamblea del partido en noviembre del año pasado. Escaños en Blanco es un partido que se reúne dos veces al año y que durante el periodo interasambleario delega esa capacidad de decisión en unos representantes que la propia asamblea elige. Todas las decisiones que tome ese Consejo deben ser ratificadas o derogadas por sus militantes, y la elección de la lista electoral, como no podía ser de otra manera, contó con el respaldo de la Asamblea General, que es el máximo órgano del partido.
¿Qué tiene Escaños en Blanco para que alguien que no ha pertenecido antes a ningún partido entre en política?
Desde mi punto de vista tiene la contundencia y la frescura de señalar el camino más recto y corto posible hacia cambios de calado. Entiendo que cualquier solución para este país no pasa por elegir a nuevos líderes, votar a nuevas siglas ni seguir esperando a que llegue un Mesías que nos saque de ésta. Los únicos cambios posibles, positivos y duraderos no son los que trae un líder en una carpeta debajo del brazo, los únicos cambios posibles en ese sentido son los que la sociedad demanda. Y para poder demandar algo primero hay que reconocer y conocer la calidad actual de nuestra democracia, generar un debate y cristalizar en las urnas el rechazo a este modo de entenderla. Además del fondo del proyecto, me gustan las formas; aquí estamos todos colaborando sin perspectiva alguna de recibir un sólo euro a cambio, lo que garantiza que quienes entran dentro de este partido no buscan el aprovechamiento personal. Todos estamos empujando por lo mismo.
Estamos acostumbrados a ver personas que se arriman a los partidos políticos para obtener un beneficio personal ¿Cómo podemos saber que no buscas un puesto de trabajo más que bien remunerado en el Parlamento Europeo?
Es cierto que habitualmente la gente se asoma a la política para enriquecerse o por lo menos para vivir de ello. Eso es algo que no sucede en Escaños en Blanco. Todas las personas que entran en este proyecto saben que no hay perspectiva ninguna de beneficio económico ni a corto ni a largo plazo y en mi opinión esa es una condición determinante para ahuyentar a los que quieren vivir del cuento. La gente que trabaja en Escaños en Blanco, y lo digo por propia experiencia, esta dispuesta a dar su tiempo y a aportar con su dinero para que esto salga adelante. Puede que la mejor garantía al respecto de lo que me preguntas sea el hecho de que, las personas que más se preocupan por este proyecto, sus militantes, sean las que me hayan elegido para representarlo.
¿Qué esperas conseguir participando en Escaños en Blanco?
Pues como te decía antes, contribuir a provocar un cambio en el sentido de abandonar los esquemas mentales actuales para que la sociedad demande unas nuevas reglas de juego. Nos han educado en un concepto de la democracia raquítico donde lo que se nos pide es que metamos una papeleta en una urna y nos olvidemos de todo y las consecuencias de ello las estamos viviendo ahora. La imposibilidad de controlar a los representantes y la carta blanca que hemos dado a los partidos políticos ha tenido como consecuencia una reacción en cadena de efectos negativos, que ha producido una ciudadanía desapegada y desinteresada de la política y una clase política infestada de intereses y personalismos. La crisis no es económica, es una crisis política que ha calado hasta el hueso de todas las instituciones y la economía, la corrupción y todo lo que vemos a diario no son más que consecuencias de ésta.
Vaciar los escaños suena un tanto anarquista, sin embargo Escaños en Blanco se define como “altamente democrático”, ¿puedes decirnos por qué?
La verdadera libertad de elegir pasa por tener la posibilidad de rechazar todas las opciones y esa posibilidad, entre otras, es la que falta en nuestro sistema democrático. Por lo visto las únicas opciones que tenemos son elegir a alguno de los candidatos o no ser tenidos en cuenta. Hay una parte de la población muy importante que se ve expulsada del juego democrático en cada cita electoral y que con Escaños en Blanco toma visibilidad a través de un voto en igualdad de condiciones al resto. Lo que hacemos debería ser parte del abecedario democrático.
¿No hay demasiados partidos? ¿Por qué Escaños en Blanco no se une a otras propuestas?
Es verdad que hay mucha gente que nos invita a hacer un programa más amplio, y a aprovechar este esfuerzo para pedir o proponer otras cosas. Nosotros entendemos las buenas intenciones y agradecemos el apoyo y los consejos, pero tenemos que entender que la vocación de Escaños en Blanco es desaparecer del mapa político. Nosotros simplemente estamos sustituyendo una carencia de nuestro sistema democrático y cuando la ley electoral contemple la posibilidad de un tipo de voto que se traduzca en escaños vacíos, Escaños en Blanco se disolverá como viene recogido en sus estatutos.
¿Cómo puede cambiar las cosas un partido que no toma posesión de los escaños y por lo tanto renuncia al voto en los parlamentos?
El primer paso para solucionar un problema es localizarlo, señalarlo, y de esa forma poder discutirlo con propiedad. Entendemos que llega el momento de que la sociedad hable de política con mayúsculas, no de la política del “y tú más”, o de la política de “y los otros peor”, sino de qué estamos haciendo, qué tipo de democracia tenemos y cuál es la que queremos tener. Porque al final lo que padecemos no es un problema de falta de ideas, de buenas o malas personas, no es ni siquiera un problema de ética o de corrupción, si bien estos son los efectos más visibles del problema último que los genera: el problema al que nos enfrentamos en España es un problema estructural, un problema de representación política y reglas del juego que hace que los ciudadanos una vez depositen el voto se encuentren indefensos. Los escaños vacíos meten el dedo en la llaga, señalan un problema, lanzan un mensaje contundente a la clase política ( los escaños no se regalan), recuerda a los ciudadanos el poder de su voto, y en última instancia trae a la primera plana política y mediática un debate que es imprescindible abordar.
¿Esos escaños vacíos no suponen dejar manos libres al resto de partidos?
La intención de Escaños en Blanco no es influir en la tarea legislativa, perjudicar al gobierno, a la oposición, o a partidos minoritarios. Si eso es lo que se pretende lo que se debe hacer es votar a partidos tradicionales que ocupan el escaño y toman decisiones dentro de los parlamentos. El objetivo de Escaños en Blanco es que los parlamentos, como sede de la soberanía del pueblo, sean un reflejo fiel de la voluntad de todos los ciudadanos. También de los que piensan que en las actuales condiciones de higiene democrática nadie nos puede representar con garantías. Y si nadie nos representa esos escaños deben quedar vacíos, dejando huecos en los parlamentos, vacíos y sin gastar dinero de las múltiples formas en que lo gastan los cargos electos: sueldos, dietas, viajes, coches oficiales, etc.
Y después de las europeas, ¿qué?
Después de las europeas espero que Escaños en Blanco haya adquirido todo su potencial para desplegarlo como merece en las Generales de 2015. Estoy convencido de que cuando la gente conozca la existencia de la posibilidad de votar para vaciar escaños vamos a vivir momentos muy interesantes. Por mi parte después de las europeas espero tomarme un tiempo de descanso y ponerme al servicio del partido como militante en Asturias para que sean otros los que tomen el relevo, como debe ser.