Construyen en Tilcara hornos metalúrgicos de tecnología indígena

A partir de estudios históricos y arqueológicos recuperaron técnicas prehispánicas de tratamiento de minerales para obtener metales preciosos



Construyen en Tilcara hornos metalúrgicos de tecnología indígena

La Voz
Fecha: 27/05/2014 Hora: 06:02

- A partir de estudios históricos y arqueológicos recuperaron técnicas prehispánicas de tratamiento de minerales para obtener metales preciosos

Desde los orígenes de la historia, los metales tuvieron un lugar destacado en la vida social y económica de los grupos humanos. Y no solamente debido a las virtudes de sus materias, que sirvieron para la fabricación de utensilios de gran resistencia y sofisticación, sino también por el irresistible atractivo que generan sus brillos: con el paso del tiempo, el oro y la plata llegaron a constituirse como los principales indicios del poder y la abundancia.

“Pero, hay un aspecto más de los metales que provoca nuestra fascinación: la manera mágica en que ellos son producidos. En efecto, para obtener los metales es necesario primeramente extraer de las entrañas de la tierra los minerales metalíferos, y luego manipularlos reiteradas veces mediante el calor u otros agentes físicos o químicos. Transformando la roca sólida en un líquido viscoso, incandescente y centellante, y luego en un nuevo material sólido y brilloso, la antigua metalurgia, basada principalmente en el uso de hornos, fue en todos lados el dominio de las alquimias”, explican Pablo Cruz y Florian Téreygeol, ambos arqueólogos especializados en la minería y metalurgia de los pueblos precolombinos de Sudamérica.

Dada su importancia, la antigua minería andina fue objeto de numerosos estudios históricos aunque poco se conoce aún sobre los procesos de transformación metalúrgica y cómo fueron los intercambios de saberes y tecnologías entre indígenas y europeos. Para responder esos interrogantes, desde el año 2003 los investigadores encabezan un programa de estudios arqueológicos en áreas mineras del Altiplano surandino de Bolivia, entre ellas Potosí y sus alrededores. Los datos obtenidos sobre antiguas minas y sitios metalúrgicos prehispánicos y coloniales, dieron lugar a que se iniciara hace cinco años un programa de arqueología experimental donde se construyeron y se pusieron en funcionamiento distintos tipos de hornos metalúrgicos andinos. En abril pasado, las actividades con hornos metalúrgicos andinos fueron realizadas en la localidad jujeña de Tilcara, con la colaboración del Instituto Interdisciplinario Tilcara de la UBA. El equipo construyó y puso a funcionar siete hornos del tipo “huayrachina” (hornos de vientos indígenas), elaborados con arcillas locales y utilizando carbón vegetal como combustible. “Como principal resultado se logró, por primera vez en este tipo de hornos, la extracción de plomo argentífero a partir de mineral de galena procedente de la mina Aguilar, reconstituyendo así la antigua cadena operativa. Las pruebas realizadas permitieron también constatar la alta eficacia de este tipo de hornos de tamaño relativamente reducido”, aseguraron los investigadores.

A raíz de los resultados alcanzados, ya se prevé establecer en Tilcara una nueva plataforma experimental sobre las antiguas metalurgias, el primer emprendimiento de este tipo en Latinoamérica.

Metales manchados de sangre

Por su gran concentración en yacimientos minerales, el espacio surandino (sur de Bolivia, norte de Chile y de Argentina) fue una de las regiones del continente americano donde la producción de metales alcanzó su máximo desarrollo. De hecho, una de las principales razones por las cuales los incas se expandieron desde el Perú hacia el sur a finales del siglo XV fue la búsqueda de nuevos yacimientos. Con la llegada de los españoles, la explotación de los recursos minerales se convertiría en el motor económico de la empresa colonial.

La producción de los metales andinos no sólo tuvo impacto en la población indígena, sino que provocó cambios a escala planetaria: no sólo la Revolución Industrial fue posible por los recursos generados en las minas del Alto Perú, principalmente Potosí, sino que los primeros ensayos de la producción en cadena y mecanización tuvieron lugar en los ingenios mineros alto-andinos del siglo XVI y XVII.