Los países del llamado tercer mundo se plantaron frente al bloque industrializado con una posición unida frente al tema agropecuario y, en consecuencia, la cumbre ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Cancún finalizó sin acuerdos. “Cancún ha fracasado. Lo que ocurrió aquí es un grave golpe para el organismo y al mismo tiempo fue una oportunidad que se ha perdido para todos”, declaró Pascal Lamy, comisario de Comercio de la Unión Europea.
Durante cinco días los ministros de Comercio e Industria de los 148 países socios de la OMC trataron de sentar nuevas bases para el comercio mundial. En la calle, lejos del Palacio de Convenciones, miles de altermundistas no dejaron de hacer patentes sus reclamos.
El dique a las pretensiones de las naciones desarrolladas fue integrado por el llamado Grupo de los 21, que a la postre fue de 23 países: ellos se encargaron de plantar la cara en torno al espinoso asunto de los subsidios agrícolas, política habitual de las potencias que, paradójicamente, quieren eliminar en los países de desarrollo, y que en esta ocasión fracasaron en su intento de saltarlo.
El drama humano de la cumbre sobrevino el miércoles 17 de septiembre cuando el agricultor surcoreano Lee Kyong Hae se inmoló en el curso de una multitudinaria protesta de los altermundistas. Su hija y una hermana llegaron a Cancún para llevar sus restos a Seúl.
La cumbre que en los últimos cinco días enfrentó a países pobres y ricos sobre las reglas y plazos para una nueva ronda de negociaciones comerciales culminó en un fracaso, que añadió un revés a la credibilidad de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La reunión ‘’ha colapsado'’, dijo poco después de las 15 horas el keniano Georg Ogwr, jefe de la delegación de su país, quien fue el primer representante oficial en dar cuenta del fin de la cumbre, que acabó luego de que los países menos desarrollados no aceptaron negociar los términos de un acuerdo propuesto por el presidente de la reunión, el canciller mexicano Luis Ernesto Derbez.
‘’Cancún ha fracasado. Lo que ocurrió aquí es un grave golpe para la OMC y al mismo tiempo fue una oportunidad que se ha perdido para todos'’, aseguró esta noche Pascal Lamy, comisario de Comercio de la Unión Europea, quien calificó al organismo de 148 miembros de ‘’organización medieval'’.
Un sólido conjunto de naciones en desarrollo, conocido como el Grupo de los 21 (G-21), que en realidad terminó esta cumbre con 23 miembros, logró oponer argumentos y fuerza política a la Unión Europea y Estados Unidos, que junto con Japón son los que otorgan los mayores subsidios, lo que saca de competencia en el mercado mundial a los productos de los países en desarrollo. Siete de cada diez pobres del mundo viven en el medio rural.
La molestia que causó entre los países industrializados la fuerza con que actuó el G-21, pero también otros bloques como el de 100 países de Africa, Caribe y el Pacífico, conocido como Grupo ACP, no pudo ser ocultada por Estados Unidos, que tildó ‘’retórica'’ de la defensa que hicieron de sus intereses las naciones menos desarrolladas.
Una vez hecho público el fracaso de la cumbre de Cancún, Lori Wallach, directora general de Public Citizen, declaró que el resultado de este domingo ‘’constituye la mayor crisis de legitimidad de la OMC'’.