Cuarto día de protestas en ciudad de Estados Unidos por asesinato de joven negro a manos de policías blancos

Fuertes enfrentamientos de multitudes con la policía



Por qué siempre disparan a los negros
Se extienden las protestas de la comunidad negra en Misuri después de que este sábado la policía matara a tiros a un joven afroamericano, Michael Brow. Este nombre se suma a los de Trayvon Martin y Rodney King, jóvenes negros atacados pos la autoridad blanca y cuyos casos fueron la mecha de importantes revueltas

PÚBLICO Madrid / Misuri 13/08/2014 23:40

Disturbios, gases lacrimógenos, saqueos y movilizaciones. Estados Unidos vuelve a vivir un nuevo episodio de estallido de violencia social provocada por el crimen racial. La comunidad negra de Ferguson, un suburbio de Saint Louis, en el Estado de Misuri, se encuentra desde hace cuatro días en las calles por la muerte del joven negro Michael Brown, abatido por los tiros de un oficial de Policía el pasado sábado. Las desigualdades económicas, unidas a la cuestión racial, suponen un caldo de cultivo abonado para estallidos de este tipo. Y más en situaciones de crisis económica. Ha habido muchas oleadas de violencia similares en los últimos años y en todas el detonante ha sido el mismo: un agente de la autoridad blanco agrede o mata a un negro impunemente.

“Sin justicia no habrá paz” o “alto a los policías asesinos” se oye estos días en las calles de Ferguson. La muerte del joven, que tenía 18 años e iba a comenzar la universidad, ha sacudido una localidad de 21.000 habitantes que en la última década ha visto cómo la minoría afroamericana ha pasado a representar dos tercios de los residentes mientras que los blancos son una amplia mayoría entre los gobernantes y la policía. En concreto, solo tres de los 53 agentes de la Policía de Ferguson son negros, mientras de los seis integrantes del Consejo del Ayuntamiento únicamente uno es de color.

Más de 40 detenidos durante los disturbios por la muerte del joven negro de 18 años a manos de un agente blanco Las autoridades aseguran que Brown, de 18 años, recibió varios disparos tras un forcejeo. Pero todavía no se sabe con claridad que pasó el sábado. Según la versión del jefe de la policía del condado de Saint Louis, Jon Belmar, todo comenzó cuando un agente policial -aún no identificado- encontró a Brown y otro individuo en una calle. Luego uno de ellos empujó al oficial dentro del auto y “lo atacó”. El agente se habría defendido disparando su arma. El “otro individuo” era Dorian Johnson, quien aseguró a una cadena local de televisión, WALB, que él y Brown fueron a una tienda y caminaban de regreso a casa cuando un oficial les pidió que dejaran de caminar por la calle y subieran a la acera. Johnson dice que siguieron caminando por donde venían y ello provocó que el oficial se molestara y se bajara de la patrulla. “El policía disparó, nos asustamos y nos preparamos para huir. Luego volvió a disparar, mi amigo oyó el disparo, se dio la vuelta y levantó las manos. Pero el oficial se acercó y le disparó en el pecho. No estábamos haciéndole daño a nadie, estábamos completamente desarmados”. Brown cayó muerto a unos 10 metros del automóvil.

En tres días, los disturbios han provocado más de 40 arrestos, saqueos, uso de gases lacrimógenos por parte de la policía y restricciones de vuelo sobre la localidad. Pero los padres del joven han pedido a los manifestantes a través de los medios de comunicación que lleven a cabo su protesta de manera pacífica, porque así querría su hijo, un joven al que describen como tranquilo, que fuese. “Violencia no, sólo justicia”, dijo a los periodistas la madre de Brown, Lesley McSpadden.

Barack Obama ha afirmado: “La muerte de Michael Brown es desgarradora, y Michelle y yo enviamos nuestras profundas condolencias a sus familia y comunidad en estos momentos muy difíciles”. Obama constató que “los eventos de los últimos días han dado lugar a fuertes pasiones”, pero instó a todos en Ferguson y en todo el país a recordar “a este joven a través de la reflexión y el entendimiento”.

Un conflicto latente

Dos activistas protestan por la muerte de Trayvon Martin, que llevaba una capucha cuando fue alcanzado por los disparos de una brigada vecinal

El nombre Michael Brown se suma al de Trayvon Martin y Rodney King, jóvenes negros atacados pos la autoridad blanca y cuyos casos fueron la mecha de importantes revueltas en un país en el que pervive una fuerte discriminación racial. Pero la desigualdad económica y la discriminación racial están en el origen de un conflicto social latente en la mayor potencia del mundo. Para ilustrar su modelo social, cabe desatacar que, con más de dos millones de personas en sus cárceles, Estados Unidos es el país del mundo con personas presas. Sigue condenado con pena de muerte y, pese a tener un presidente negro en la Casa Blanca, las enormes desigualdades continúan ligadas a la cuestión racial. Si sólo atendemos a la población de raza negra entre rejas, un 2,5% de los afroamerianos están en prisión.

Desde 2010 se han duplicado las agrupaciones racistas

Paralelamente, según el foro Southern Poverty Law Center, que monitorea y estudia a los grupos de odio en Estados Unidos desde hace 30 años, el número de agrupaciones racistas repuntó desde hace dos años, de 602 en 2010 a más de 1.200 en la actualidad. Algunas de las causas del fenómeno, localizado sobre todo en el norte y en el sureste del país, son la hostilidad blanca hacia el presidente Obama, los cambios raciales demográficos, la mayor brecha entre ricos y pobres, y el aumento de inmigrantes ilegales.

La última vez que estalló el conflicto racial fue en febrero de 2012, con la muerte de Trayvon Martin, de 17 años. Fue alcanzado en la cabeza por la bala de un miembro de una de las polémicas patrullas paramilitarles de vigilancia vecinal. Pese a que el joven iba desarmado, el autor del homicidio, George Zimmerman, fue absuelto por un jurado. Este hecho desató la ira y las protestas de la comunidad negra, a la que sumó el movimiento Occupy Wall Street. En ese momento, Obana hizo unas atrevidas declaraciones en las que afirmó que “si tuviera un hijo se parecería a Trayvon”.

“El color de la piel continúa siendo una licencia para arrestar, detener y asesinar”Durante esas protestas, que fueron masivas pero en las que no hubo grandes episodios de violencia, los manifestantes acudían con sudaderas con la capucha puesta, al igual que iba Martin cuando murió. “Las hoodies (sudaderas) y los skittles son un símbolo. No se pueden atropellar así nuestros derechos. Trayvon murió simplemente porque llevaba una hoodie”, afirmó entonces un estudiante que participaba en las movilizaciones.

El año pasado se celebró el 50 aniversario de la famosa marcha sobre Washington en la que el reverendo Martin Luther King pronunció su discurso “Tengo un sueño” (I have a dream) y que logró congregar a entre 200.000 y 300.000 norteamericanos. Allí, Martin Luther King III, hijo del reverendo, pidió ante la multitud que continúe la lucha que hace 50 años inició la generación de su padre. Así, instó a las decenas de miles de personas reunidas en Washington a “no dar ni un paso atrás” en la búsqueda de sus derechos, y recordó que el sueño que Luther King dijo tener hace medio siglo años aún está inacabado en EEUU. Insistió en que “la jornada por la lucha de los derechos civiles” aún no ha terminado, y puso el caso de Martin como ejemplo, así como las leyes de algunos estados de Estados Unidos que facilitan la detención de algunas personas en función de su origen racial. “El color de la piel continúa siendo una licencia para arrestar, detener o incluso asesinar a alguien”, denunció. Una lucha por los derechos civiles que se remonta a los primeros abolicionistas cuando gritaron a los esclavistas: I am a man! (soy un hombre).

Más de 50 personas murieron en los disturbios de Los Ángeles en 1992, la mayor revuelta en EEUU de las últimas décadas

Rodney King se convirtió en 1992 en el símbolo de los mayores disturbios raciales de la historia de Los Ángeles, tras la brutal paliza que le propinó la policía de esa localidad. El 2 de marzo de 1991 iba conduciendo borracho cuando le dieron el alto unos agentes de Policía, que le dieron una brutal paliza con pistolas táser. La escena fue captada por un video aficionado y en pocos los espectadores de medio mundo pudieron ver en sus pantallas la violencia injustificada de los agentes.

Miles de personas en Los Ángeles, principalmente jóvenes negros y latinos, se unieron en lo que fue frecuentemente presentado como un disturbio racial, llevando a cabo multitud de infracciones de la ley, incluyendo pillajes, incendios provocados y asesinatos. En total, entre 50 y 60 personas murieron durante los disturbios y más de 2.000 resultaron heridas. Durante las jornadas de violencia tras celebrarse en el juicio en el que absolvieron a los agentes, hubo más de 36.000 incendios, unos 11.000 edificios destruidos, Unas 10.000 personas fueron detenidas por la Policía, de las que el 42% eran afroamericanos, 44% hispanos, 9% blancos, y 2% de otra etnicidad.