Autonomía, economía y comercialización comunitarias

Como trabajar la autogestión comunitaria sin ser tragados por el mercado



Autonomía, economía y comercialización comunitaria

Vladimir Gutiérrez Loza *

Autonomía comunitaria es el derecho a gobernarse, es la capacidad de decidir sobre el destino propio, sobre las cuestiones y acciones más inmediatas y diarias en las comunidades. Economía comunitaria es por definición la administración de la casa de la familia, de la casa de la comunidad y de la casa de los pueblos.

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Economía comunitaria es también el modo de hacer cosas y actividades para satisfacer las necesidades humanas de una manera integral, y el conjunto de nuevas formas de producir, distribuir y consumir.

Por ello, la autonomía y economía comunitaria están íntimamente unidas al esfuerzo colectivo de darnos la capacidad de decidir, de hacer las cosas y las actividades que nos ayudarán a resolver nuestras necesidades económicas.

Factores económicos

Para satisfacer las necesidades se requiere la utilización adecuada de recursos económicos que, al utilizarlos concretamente, se llaman factores.

FACTOR significa un elemento o causa que, unido a otros elementos o causas, contribuyen a lograr un efecto. En este caso el efecto por lograr es satisfacer las necesidades humanas.

Los factores, que unidos entre sí, contribuirán a lograr el efecto son:

1. Factor de conocimientos y de técnicas adquiridas a través de las generaciones y en base a la cosmovisión (visión del mundo, cultura) que permite crear organizaciones propias.

2. Factor trabajo que nos permite relacionarnos con la tierra, colaborar con ella y producir lo que necesitamos. También es todo lo que realizamos con nuestras manos para resolver nuestras necesidades.

3. Factor recursos materiales, son los instrumentos con los que contamos para realizar nuestros trabajos. También son los recursos naturales que existen en nuestro lugar y que utilizamos para resolver nuestros problemas vitales.

4. Factor administración u organización. Por lo general ha sido sólo familiar, pero hace falta hacerla más amplia, abarcando también la comunidad propia y otras comunidades, y creando organizaciones regionales, nacionales e internacionales.

5. Factor financiero (dinero). Es parte necesaria para el proceso, pero no el factor organizador de toda la actividad económica. Antiguamente no se utilizaba el dinero, existía el trueque o intercambio de productos utilizando medidas establecidas de común acuerdo.

El valor de las cosas se lo da el trabajo. Así, los intercambios de un producto por otro se definen según el esfuerzo dedicado para elaborar el producto.

Los cinco factores enunciados arriba los encontramos en cualquier proceso productivo dentro de la economía convencional, o sea la economía capitalista o economía de “libre mercado”, ahora también llamada “neoliberalismo”. Sin embargo, en muchas experiencias, hay otros factores que no nace de la economía convencional y que hacen de estos trabajos una realidad específicamente distinta. Estos factores son decisivos, puesto que permiten no sólo la lucha y la resistencia sino también la proposición de nuevos caminos alternativos.

Factores C

Son conocidos y utilizados por muchos estudiosos de la economía que los han llamado de esta manera por empezar con esta letra las palabras que los identifican: CULTURA, CONVIVENCIA, COMUNALIDAD O COLECTIVIDAD O CONSENSO, COMPARTIR O COLABORAR, COORDINACION.

La Cultura que es el enfoque que un grupo humano quiere darle a su experiencia, a toda su vida; cómo quiere orientar su existencia, qué límites quieren ponerle. A eso se llama cosmovisión.

La Convivencia son las relaciones fraternas, amistosas, de confianza entre todos los integrantes de la organización; son las relaciones que propician la participación y la ayuda mutua.

La Comunalidad o Colectividad, que es la forma como se toman las decisiones comunitarias hasta llegar a un consenso. No basta la participación democrática definida por mayoría de votos. Es necesario el diálogo, sin límite de tiempo, porque lo que importa es construir el acuerdo de toda la comunidad.

Compartir. Es la preocupación de que todos participen de los conocimientos e informaciones que van a enriquecer la creación y la recreación de la producción, industrialización, comercialización, consumo.

Coordinación, es la interrelación lograda entre todas las acciones que realiza el grupo y que le permite llegar a la integralidad del proceso: el grupo busca satisfacer unas necesidades aunque en el camino van surgiendo otras, hay que solucionarlas.

En las experiencias que asumen los factores “C” se toman las decisiones de una forma colectiva, se busca una mejor manera de distribuir los beneficios, se tiende a ser integrales, se ayuda al crecimiento personal, de grupo y comunitario, se colabora en la sociedad global a que se luche por una sociedad justa, libre, fraterna y democrática.

Desarrollo económico comunitario

Es construir nuestro futuro. Que de nosotros nazca nuestro desarrollo, entendido de manera integral, o sea que debe considerar todos los aspectos de nuestra vida: trabajo, familia, vivienda, educación, salud, convivencia, cooperación, reciprocidad, política, cultura y tradiciones religiosas.

Nuestra idea de desarrollo contempla también utilizar la ciencia y tecnología modernas, sin que afecte o haga menos a nuestro pasado histórico-cultural.

Los pueblos indios y las organizaciones comunitarias buscan la vida digna de la comunidad, por esto mismo luchan contra la pobreza, incluyendo todos sus derechos fundamentales: tierra, territorio, comunidad, cultura y tradiciones religiosas.

Para lograr esto han visto la necesidad de buscar la organización del pueblo y las comunidades; la auto-capacitación permanente; impulsar el sentido de la colectividad buscando tomar todas las decisiones por consenso; promover la planificación comunitaria y planteamientos con miras a largo plazo.

También la producción organizada, utilizando los recursos naturales locales, en algunos casos transformándolos y dándolos a conocer en otras regiones; producir lo necesario para el consumo local; la defensa de los derechos sobre la tierra; propiciar la autonomía y desarrollo económico.

Para incrementar la producción es necesario diversificar las actividades económicas, usando mejor nuestra mano de obra y nuestros productos, intensificando los intercambios entre las comunidades campesinas y los pueblos indígenas, recuperando los mercados como lugar propicio para el trueque: donde no se necesita dinero, donde se da lugar a las personas y a los productos, donde no hay intermediarios y donde la relación es directa entre productor y consumidor, donde los rendimientos se quedan dentro de las comunidades.

También se intercambian experiencias, conocimientos y trabajos de una manera recíproca, formando redes de intercambio de productos entre las diferentes regiones.

Para llegar a esta economía comunitaria es necesario que nos acerquemos a conceptos básicos, que a través de la vida cotidiana han elaborado algunos pueblos indígenas, e incluso que, sin tenerlos conscientes, los van viviendo. Estos conceptos son en relación al SER HUMANO, al TRABAJO y a la NATURALEZA.

Veamos cada uno de ellos en particular.

SER HUMANO-PUEBLO. En los pueblos indios el concepto de ser humano no existe solamente en el sentido individual, sino como “pueblo”.

Así es como alcanza su dimensión universalista, pues el ser humano es la síntesis de las creaciones de los pueblos, formados por hombres y mujeres.

TRABAJO, es la energía del “ser humano-pueblo” que hace posible la transformación de la naturaleza.

El trabajo se produce a partir de la individualidad de cada persona, pero alcanza su máxima expresión en la comunalización, es decir, cuando se hace tequio, faena, trabajo-servicio, producción colectiva.

Es además una energía de recreación, que no se puede aprisionar pues busca la restitución de su derecho a la libertad.

Por su trabajo, cada quien es co-creador de una construcción colectiva, al mismo tiempo que satisface sus necesidades.

Mediante el trabajo colectivo se relaciona el SER HUMANO-PUEBLO con la NATURALEZA.

Dentro de ésta, ese SER HUMANO-PUEBLO ve a los demás seres vivos como iguales en cuanto creación original, pero reconociendo en el ser humano su superioridad en tanto que, habiéndose desarrollado más que los demás seres vivientes, tiene la inteligencia y la libertad de orientar su energía transformadora respecto a los otros seres vivos, a quienes está obligado a respetar y con los que debe convivir.

En su relación con la NATURALEZA, el SER HUMANO-PUEBLO se recrea, se transforma, porque transformar la NATURALEZA conlleva necesariamente su propia modificación, siendo así que la NATURALEZA actúa, indirectamente, sobre el SER HUMANO-PUEBLO para mejorarlo cada vez más.

Una economía así es la que postula la primacía del SER HUMANO-PUEBLO sobre el dinero y las cosas materiales.

Cambia así toda la concepción de desarrollo económico que tiene el sistema capitalista, en el cual el dinero es el que determina el valor del SER HUMANO como INDIVIDUO y de los PUEBLOS como SERES HUMANOS COLONIZADOS, que son explotados y oprimidos para trabajar y producir riquezas sin que les pertenezcan.

Comercialización

La sistematización y análisis de muy diversas experiencias de organizaciones campesinas e indígenas en Latinoamérica, muestran que hay algunos aspectos que son condicionantes del resultado de los proyectos productivos, comerciales y económicos en general.

Estos condicionantes son:

Partir de lo que sabemos hacer, de lo que sabemos cultivar, pues de esta manera ya tenemos conocimientos para solucionar cualquier problema que se nos presente. También podemos iniciar algo nuevo, pero contando con la asesoría y financiamiento necesario para experimentar.

Es necesario que algunos del grupo se encarguen de tiempo completo a la comercialización y asesoría para entrar en esta nueva parte del proceso productivo. Esto es indispensable sobre todo si nuestra organización surgió desde lo político, pues algunas veces es difícil dar el salto a lo económico.

Equilibrio entre democracia y realismo económico del mercado. Para esto es necesario tomar en cuenta que no podemos decidir el precio de nuestros productos en base a la voluntad o deseos del colectivo pues el mercado tiene otras reglas que no dependen de nosotros y que por supuesto queremos cambiar, para convertirlo en un modelo justo, pero por lo pronto lo que podemos hacer es aprovechar los espacios que nos deja.

Los encargados de la comercialización explican las reglas para las ventas de los productos y obedecen el mandato de la Asamblea que conoce bien las ventajas y dificultades en el mercado.

Es necesario tomar muy en cuenta la capacidad de acopio y las demandas del mercado: ¿qué haremos si nos piden una mayor cantidad de nuestro producto?, ¿dónde lo conseguiremos?, ¿tenemos la capacidad financiera para acopiar?, ¿tenemos suficiente infraestructura?.

Los proyectos económicos son como un barril al que los productores están llenando de agua con su trabajo, con su producción. Desgraciadamente el barril siempre se vacía, pues está lleno de agujeros.

Estos agujeros por donde se fugan las ganancias de los productores son los insumos, el crédito, la agroindustria, la comercialización, el financiamiento y todo aquello que los propios productores no controlan.

Las organizaciones han de avanzar hacia comercializar directamente sus insumos y semillas, agregar valor con la transformación de sus productos, construir mecanismos de financiamiento y buscar comercializar lo más directamente que sea posible.

El dinero es como el agua, si escasea no se da la siembra pero si abunda también se puede echar a perder la siembra.

En las organizaciones de productores si escasea o no hay utilidades, la organización productiva no se consolidará como tal, pero si las utilidades o el dinero (aún el que llega por créditos) sobreabunda, cuando no se sabe manejar, lo más probable es que la organización se eche a perder, se divida o entre en serios pleitos.

Los proyectos económicos son como el tren, pues necesitan avanzar sobre dos vías. Una vía es el sentido profundo del proyecto, su dimensión solidaria, comunitaria, sus principios de justicia y unidad; y la otra vía es el resultado económico que se vaya obteniendo.

Lo comunitario y lo personal. Es necesario guardar un sano equilibrio entre lo individual y lo colectivo. Tener claridad respecto a lo que haremos en grupo y lo que haremos individualmente.

La fraternidad y lo jurídico deben de unirse, pues aunque nos organizamos por la fraternidad; los ancianos y su sabiduría nos recomiendan que se sienten las bases jurídicas para normar la vida del grupo y resolver cualquier controversia.

El funcionamiento, la organización, la administración y las cuentas deben estar reglamentadas y ser transparentes para todo el colectivo: “Cuentas claras, amistades largas”.

No pago, no avanzo; no aporto, no arriesgo.

Es necesario que nosotros, como productores, arriesguemos algo de dinero en el proyecto, lo que verdaderamente podamos, pero que lo hagamos. Tenemos que acostumbrarnos a pagar nuestros créditos, para esto es necesario que planifiquemos bien y así lograremos nuestro proyecto.

Primero hay que privilegiar el autoconsumo, que garantice nuestra alimentación. Después, producimos para vender y ganar lo más posible diversificando nuestra producción hacia lo más rentable. Producir para el mercado nacional y aún para el extranjero, buscando ser competitivos.

La hamaca y el coyote. Muchas organizaciones le echan la culpa de sus bajos ingresos al coyote (intermediario), pero también es cierto que para recuperar la utilidad con que se queda el coyote no solamente basta con hacerlo a un lado, también hay que bajarse de la hamaca y hacer el trabajo que muchos coyotes hacen:

Acopiar y seleccionar el producto, tener la infraestructura de mercado (bodegas, básculas, etc.) para almacenar los productos, conseguir los empaques, empacarlo, contratar el flete y el seguro, tramitar los permisos, investigar y tener la suficiente información del mercado, negociar con los clientes, conseguir el financiamiento, saber cómo se manejan los productos en las bolsas agrícolas del mundo, cómo comprar una cobertura a futuro, contratar el agente aduanal, etc.

El cultivo más difícil, es el humano.

Algunas veces nos llenamos de tantas plagas que contaminamos a todo un grupo y luego no damos frutos.

La clave de una comercialización, más allá de la competencia externa, es encontrar un grupo con la mentalidad adecuada para lograrlo. Tener siempre la mira puesta en el efecto que queremos alcanzar: satisfacer las necesidades humanas de manera integral. No olvidarse de los factores “C”. No contaminar nuestras mentes y corazones con las deslumbrantes trampas que nos pone el capitalismo.

Algunos caminos para reforzar la autonomía-economía comunitaria

Para realizar todo este proyecto, es necesario seguir una metodología nueva, que incluya entre otros los siguientes pasos:

Recuperar y retomar los métodos de trabajo tradicionales; Actualizar esos métodos con algunas técnicas modernas alternativas; promover el conocimiento de otros procesos similares; intercambiar con otros pueblos tanto las experiencias adquiridas como los bienes que producimos.

Además, apropiarnos de la lógica del mercado y sus herramientas de trabajo para propiciar una relación económica que favorezca la vida del pueblo; y potenciar los cultivos que las comunidades conocen sin imponer modas de producción exigidas por el mercado.

* Gaceta Che Guevara Zárate Willka.