Mario Luna, preso político
Gloria Muñoz Ramírez
La Jornada
El negocio del agua en Sonora no es cualquier cosa. Los intereses empresariales y gubernamentales, que en esta entidad son representados exactamente por las mismas personas, cobraron esta semana una víctima más, con la detención de Mario Luna, autoridad de la tribu yaqui y una de las caras más visibles del movimiento que se opone desde hace cuatro años a la construcción del acueducto Independencia, obra monumental con la que el gobierno de Guillermo Padrés Elías ha violentado todas las instancias legales y legítimas para apoderarse del agua del río Yaqui y con ella abastecer a las grandes empresas automotrices y cerveceras de Hermosillo.
Desde el inicio de su mandato, Padrés se tomó la construcción del acueducto como algo personal, como personal es su desdén por los pueblos originarios que defienden no sólo el agua que les pertenece, sino toda una cultura milenaria. Hoy, Mario Luna es un preso político que se une a la lista de luchadores sociales encarcelados por defender su territorio. Es oportuno subrayar que su lucha ha sido pacífica y legal, pues la tribu ha ganado cinco amparos y toda una serie de movimientos jurídicos que el gobierno ha menospreciado. Los yaquis, además, han ganado también la lucha en las calles, logrando la adhesión nacional e internacional a su movimiento.
Entrevistado en junio pasado por esta columnista en Vícam, uno de los ocho pueblos de la tribu, Mario Luna ya advertía sobre su posible detención. Viajaba a Ciudad Obregón, a Hermosillo, a la ciudad de México y a otros estados en los que se requería que explicara la lucha por la defensa del agua, sabiendo que había una amenaza en su contra. Pero abandonar la lucha no estaba en sus planes.
Además de las órdenes de aprehensión giradas en contra de las figuras más visibles de la resistencia, el gobierno de Padrés emprendió una fuerte campaña para dividir a los pueblos: “el gobernador intentó legitimar autoridades que no están en el ánimo de la gente, que no tienen una estructura formal, y se las inventaron; son grupos que han estado al servicio del gobierno en turno y se materializan en las asambleas que hacen”, advirtió.
La tribu yaqui es históricamente combativa. Son ocho pueblos guerreros con una estructura militar que sería el antecedente primario de lo que hoy se conoce como autodefensas. Aquí, a partir de la defensa del río Yaqui, se armó un bloque muy fuerte de cinco pueblos: Vícam, Pótam, Belem, Loma de Guamúchil y Loma de Bácum.
La detención de Luna es parte de una campaña de odio, refieren organizaciones sociales, de derechos humanos e intelectuales. Y también de desprecio.
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