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Ñañas tenaces
La Nación, Miércoles 17 de Septiembre de 2003
Se la quisieran como negociadoras oficiales cualquier partido político o delegación gubernamental en una reunión de la Organización Mundial del Comercio. Las Quintremán, Berta y Nicolasa, han sido durísimas a la hora hacer valer lo que ellas consideran sus derechos.
Han visto en estos diez años pasar los cadáveres de varios representes de Endesa, del gobierno, y de sus ex aliados como los del Grupo de Acción del Bío Bío y no se les ha movido ni una pestaña a la hora de no transar…hasta que transaron. Pero en sus tiempos, a su ritmo y en sus condiciones. Todo aquel que ha negociado con mapuches sabe que solo existe un solo bien que debe ser cuidado: la paciencia.
Quien no la tiene, va perdido y eso lo pueden confirmar, José Yuraszeck, Juan Pablo Orrego, Vivian Blanlot, Domingo Namuncura, Rodrigo González y una larga lista de actores del conflicto.
Nicolasa, de 66 años no quiere hablar en español y sólo se dirige en mapadungún, sin embargo de las dos, fue la primera después de mucho tiempo y varios fracasos, en aceptar la oferta de la Endesa por 200 millones de pesos, más 77 hectáreas, en compensación a la pérdida de su terreno que quedará en parte inundado a partir de septiembre de 2004. Berta, la más vieja de 77 años terminó ayer de ponerle un broche de oro al caso y con sus mejillas con colorete y pañuelos floreados estampó su acuerdo en el centro del poder nacional, La Moneda. Si hasta el Presidente Lagos le hizo un recorrido por palacio. Vuelve a su zona con bastante más de lo que se les ofreció al principio de esta larga batalla.
Las ñañas, con su voluntad, lograron aumentar considerablemente su patrimonio, quedándose además a corta distancia de la tierra de sus abuelos. Un dato: desde que la Central Pangue, distante de unos cuantos kilómetros río debajo de Ralco se puso en funcionamiento, las Quintremán sabían que en algún momento tendrían que moverse, el punto era cuándo y por cuánto. Ayer se supo.
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Familias pehuenches le dieron el vamos a Ralco
La Nación, Martes 16 de Septiembre de 2003
Un acuerdo que compromete a Endesa a entregarles 200 millones de pesos y un predio de 77 hectáreas suscribieron hoy en La Moneda las cuatro familias pehuenches que aún se negaban a abandonar sus tierras para que se terminara de construir la central hidroeléctrica.
Un predio de 77 hectáreas en el fundo Porvenir y 200 millones de pesos para cada familia son los ejes del acuerdo que suscribieron hoy con Endesa las cuatro familias pehuenches que hasta hoy se negaban a permutar sus tierras para la construcción de la Central Hidroeléctrica de Ralco.
Las familias, representadas por Berta Quintremán, Mercedes y Rosario Huenteao, y Aurelia Marihuan llegaron cerca de las once de esta mañana hasta el palacio de La Moneda y suscribieron el convenio con el gerente general de la de la empresa eléctrica, Héctor López.
Todo ello, ante la atenta mirada del ministro secretario general de la Presidencia, Francisco Huenchumilla, pues el Ejecutivo no sólo actuará de garante en este proceso, sino que además suscribió un segundo memorando que compromete al gobierno a comprar mil 200 hectáreas de terreno en el mismo fundo Porvenir, que serán entregadas a cada uno de los doce hijos de estas mujeres en igual proporción, lo que significa que cada uno obtendrá 100 hectáreas en su calidad de afectados indirectos de la permuta.
Asimismo, el documento firmado por Huenchumilla señala que INDAP entregará asistencia técnica a los proyectos que se desarrollen en estos predios, concede programas subsidiados para la construcción de viviendas y otorga ocho pensiones de gracia y 22 becas de estudios.
A su vez las familias se comprometieron a retirar en un plazo de 20 días las acciones judiciales y administrativas interpuestas para paralizar las obras. En ese mismo plazo Endesa y ellas suscribirán los instrumentos jurídicos y judiciales que conllevan los acuerdos.
Endesa se comprometió también a entregar 300 millones de pesos a una institución establecida “de mutuo acuerdo con las familias”, dinero que irá también en beneficio de los hijos y nietos de estas mujeres en su calidad de afectados indirectos.
Una vez firmados los memorandos, el ministro Huenchumilla no quiso referirse a los costos en que incurrirá el Estado para solventar los compromisos adquiridos y sostuvo que “es difícil evaluar lo que significaría un conflicto de esta naturaleza que no se resolviera”.
El secretario de Estado acotó que “teníamos un conflicto étnico, político, económico, de inversiones extranjeras hace mucho tiempo sin resolver”, al igual que “un tema de desarrollo energético”, que conforman en su conjunto “un problema para Chile y el Estado de incalculables dimensiones que hoy hemos solucionado”.
En tantro, el representante de Endesa, Héctor López, recalcó que ya no habría ningún obstáculo para la finalización de la central, palabras que fueron refrendadas por uno de los abogados de las familias, Roberto Celedón.
El jurista sostuvo que “este ha sido un largo y difícil proceso, a ratos doloroso e ingrato, pero felizmente se ha llegado a un acuerdo en el marco de las bases suscritas entre el Estado de Chile y las familias pehuenches el pasado 26 de febrero de este año”.
