Los recientes enfrentamientos entre los comunarios de Warisata y el Gobierno a raíz del rescate de cientos de personas varadas en Sorata, con un saldo de seis muertos y más de 20 heridos, ha subido la tensión entre el Gobierno y los campesinos que anuncian radicalizar sus medidas de presión en respuesta a la represión que sufrieron en la víspera. Los bloqueos se han intensificado.
Felipe Quispe líder del Movimiento Indígena Pachacuti (MIP) y secretario general del Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia Csutcb, quien se encontraba en la huelga de hambre junto a sus compañeros en el auditorio de radio San Gabriel en la ciudad de El Alto, condenó la acción del Gobierno y se trasladó a la localidad de Achacachi.
Quispe dijo que a raíz de los hechos de sangre ocurridos en Warisata decidieron romper el diálogo con el Gobierno para solucionar temas pendientes.
Quispe dijo sentir asco por los ministros asesinos que ocasionaron la muerte de cinco campesinos, entre ellos una niña de apenas ocho años.
“El Gobierno nos da una mano y con la otra está matando a nuestros hermanos”, se quejó a tiempo de señalar que los campesinos están enardecidos con el Gobierno y están decididos a intensificar los bloqueos y dar su vida en caso de enfrentamientos.
Sobre la muerte de un militar, Quispe informó a Radio Panamericana que este hecho se dio a debido a una confusión entre los militares y policías, una especie de emboscada debido a la rivalidad que existe entre esta dos fuerzas del orden lo que habría ocasionado la muerte de un militar. Quispe dijo que los campesinos son los que ponen los muertos y que esta calumnia sobre la tenencia de armas y la muerte de un militar es para justificar la violencia contra los campesinos.
El líder del MIP dijo que actualmente las provincias del norte no permiten pasar a nadie, en la provincia Aroma e Ingavi están cerrados los caminos, así como en los Yungas y Río Abajo. Quispe anunció la realización de un ampliado de emergencia para decidir las estrategias de lucha.
Luego de evaluar el operativo del sábado, el presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada visitó, ayer, a los heridos del violento choque armado que dejó a seis personas fallecidas en la localidad de Warisata.
Sánchez de Lozada estuvo en la clínica Copacabana, en el Hospital Militar y en el Hospital de Clínicas para conocer el grado de recuperación de los heridos del tiroteo.
En el recuento de los daños, el Presidente dijo que no vio motivos para las violentas protestas de Sorata y Warisata; aunque responsabilizó a estudiantes y alumnos de la Normal Superior, de esa localidad, de provocar la violencia. Para la Policía hubo planificación y organización previa de parte de los “comunarios”.
La sede de gobierno está a punto de quedarse aislada, por efecto de los bloqueos del altiplano norte, la zona agrícola de Río Abajo y las protestas en los Yungas, tras el choque armado del sábado entre fuerzas del orden y campesinos de Warisata, que dejó un saldo de seis muertos.
Los campesinos del altiplano sembraron de piedras la carretera que también hace de vínculo turístico hacia el Titicaca -”el lago sagrado de los Incas”- dejándola totalmente intransitable. En Warisata, ubicada a 70 kilómetros de esta capital, campesinos y profesores rurales anunciaron que serán más radicales en sus medidas de presión, al vincular sus demandas sectoriales con el rechazo a la exportación del gas a mercados de ultramar.
Al momento de velar los cuerpos de los campesinos caídos, entre los que se cuenta a una niña de ocho años, los habitantes de esa población anunciaron que están dispuestos a enfrentar al Gobierno en una “guerra civil”.
El líder de la Csutcb, Felipe Quispe dijo que en el altiplano se aplicará un “estado de sitio” y que no garantiza la integridad física de ningún uniformado.
El Ministerio de Gobierno aclaró ayer que los graves enfrentamientos del sábado dejaron cinco víctimas civiles y un solo soldado muerto del ejército, Sergio Castro Vargas.
Los campesinos muertos son: Marcos Quispe, Juan Cosme, Primitivo Curaca y Eugenia Condori de Quispe, y una niña de ocho años, quienes fallecieron en las poblaciones de Warisata y Sorata.
Los heridos de las fuerzas policiales y del ejército son: Carlos Alberto Rivas, Marco Venegas Flores, Luis Mamani, Antonia Arzabe, Carlos Flores Escóbar, Grover Quispe Gutiérrez, Wily Palma Nina y Alberto Herbas Pacheco.
Otros heridos reportados en el Ministerio de Gobierno, aunque no se específica si son civiles o miembros de las fuerzas de seguridad, son Cirilo Churata Condori, Grover Maita Casaca, Genero Quisbert Chuquimia, René Rojas y Juan José Vargas Gutiérrez.
La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb) pedirá al Gobierno una investigación imparcial sobre los violentos sucesos del sábado en Warisata y el envío de un grupo de forenses para que realicen la autopsia de las tres víctimas, una de ellas una niña, que murieron en esa población.
Así lo anunció el vicepresidente de la Apdhb, Sacha Llorenti, al indicar que también se enviará una comisión en las próximas horas hasta Sorata donde se reportó la muerte de otras dos personas y se produjeron destrozos en varios edificios públicos y privados.
Llorenti, quien viajó este domingo a Warisata junto a Waldo Albarracín y la Defensora del Pueblo en Funciones, Carmen Beatriz Ruiz, señaló que impulsarán la realización de una investigación independiente para aclarar cómo se produjeron estas muertes y la del soldado Sergio Vargas Castro.
El Movimiento al Socialismo (MAS) pidió la dimisión del titular de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, tras los lamentables sucesos del sábado que dejaron siete muertos. Si eso no se produce, dijo, buscará el consenso en el Parlamento “con los enemigos del ministro” para censurarlo.
Evo Morales acusó a Sánchez Berzaín, de ser el responsable mayor de esos sucesos calificados por los dirigentes indígenas como una “nueva masacre”.
“La salida de Sánchez Berzaín es una “condición urgente” para restablecer el diálogo entre campesinos y Gobierno, pero aclaró que ese acercamiento sólo puede producirse en el marco del trabajo de concertación realizado por DDHH”, añadió .
El comandante de la Policía, Jairo Sanabria, deslindó ayer la responsabilidad de los policías en las muertes civiles que se produjeron, el sábado en Warisata, al asegurar que no usaron armas letales e indirectamente atribuyó esas bajas a un grupo de élite del Ejército, cuya ayuda se solicitó para completar el traslado de casi un millar de personas a La Paz, desde Sorata.
Sanabria explicó que, en inmediaciones de Warisata, los campesinos emboscaron la caravana que se dirigía a La Paz con escolta policial con disparos que impedían el avance del grupo de personas “rescatadas” de la población de Sorata, donde se encontraban retenidos una semana.