Emir Olivares, Fernando Camacho y Alonso Urrutia
Periódico La Jornada
Viernes 21 de noviembre de 2014, p. 2
El recorrido que realizaron por varios estados del país confirmó lo que sospechaban: “No sólo es Guerrero: en todo México hay fosas clandestinas, ejecutados extrajudicialmente y desapariciones forzadas”.
Ese fue el mensaje que los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde hace 52 días expresaron ante cientos de miles de personas que los acompañaron ayer en la cuarta Jornada Global por Ayotzinapa, que concluyó con un mitin en el Zócalo de la ciudad de México.
“¡No están solos, no están solos!”, fue la respuesta de miles de voces que se sumaron para exigir la presentación con vida de los normalistas, castigo a los responsables de los hechos del 26 y 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, y la salida de la Presidencia de la República de Enrique Peña Nieto.
Arropados por la multitudinaria movilización popular (al concluir el mitin, a las 8 de la noche, aún entraban contingentes al Zócalo), los familiares advirtieron: “El Estado quiere cerrar el caso con las mentiras del procurador (Jesús Murillo Karam), pero desde aquí les decimos que los padres somos muy dignos y sin importar el cansancio no nos detendremos hasta encontrar a nuestros hijos. Estamos seguros que el gobierno sabe dónde están”.
Las caravanas Julio César Mondragón Fuentes Fontes, Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava –los tres estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos asesinados durante aquellos sucesos– llegaron la tarde de ayer a la ciudad de México y fueron recibidas por miles de personas en tres puntos distintos de la que muchos consideran “ciudad colapso”: el Ángel de la Independencia, la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco y el Monumento a la Revolución.
Desde estas tres escalas, los padres de los normalistas partieron junto a cientos de miles de ciudadanos hacia un mismo destino: el Zócalo capitalino.
“Hoy queremos decirles que no sólo es Guerrero, gracias a las caravanas nos dimos cuenta que fosas clandestinas y desaparecidos hay en todo el país. Hoy, 20 de noviembre, no festejamos el 104 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. Si estamos aquí parados, es porque los gobernantes han mutilado nuestra Constitución en su beneficio y para justificar sus actos”, sostuvo Felipe de la Cruz, padre de uno de los muchachos desaparecidos.
Contundente, el hombre refutó la advertencia de Peña Nieto: “Usted asegura estar facultado para usar la fuerza pública (contra los manifestantes), pero se olvida que el pueblo tiene otras facultades, y justo aquí está para exigir cuentas”.
Uno más envió un mensaje a Peña Nieto, quien al tomar posesión de la Presidencia prometió cumplir y hacer cumplir la Constitución. “Pero hoy quiero informarle que la patria se lo demanda y exige su retirada”.
Han sido 52 largos días para 46 familias (43 desaparecidos y tres asesinados), casi dos meses de lucha que fueron resumidos por otro de los familiares: “Son 52 noches sin nuestros hijos y el gobierno no ha respondido, no ha realizado ninguna investigación seria para nosotros, sólo ha habido simulación”.
La rabia e indignación son más poderosas que el agotamiento. “No estamos cansados, estamos enojados porque han jugado con nuestros sentimientos. El gobierno, en lugar de resolver el caso, ha amenazado a los padres y a quienes están en la movilización popular”.
Asimismo, dejaron en claro que esas 52 noches también han sido largas para el gobierno federal: “Así tengan miles de detenidos, a nosotros no nos interesa, queremos a nuestros hijos y nada más. Y queremos decirle al señor Peña Nieto que si él y su gabinete no pueden, que se vayan”, sostuvo una madre.
Otra de las madres tomó el micrófono, y con una voz grave borró la hipótesis del procurador (Murillo Karam) de que los 43 normalistas pudieron haber sido asesinados y calcinados por integrantes de la banda Guerreros Unidos.
“Sólo quiero decirles que si el crimen organizado se los hubiera llevado, sus cuerpos ya hubieran aparecido, como el resto de los que han sido ejecutados (por ese grupo). Pero el hecho de que sigan desaparecidos muestra que se los llevó el gobierno, y ellos saben dónde están”.
Para finalizar la jornada, los padres de los normalistas agradecieron a los cientos de miles que los acompañaron y les enviaron un mensaje: regresen a sus casas a reflexionar y analizar qué habrá después del 20 de noviembre de 2014, justo para hallar la fórmula de la transformación.
“Estamos determinados a cambiar de una vez por todas este país; estamos dispuestos a mandar a la fregada a las instituciones, porque ya no sirven. Apostamos por la vía pacífica, pero no se puede hablar de paz cuando nos faltan 43 jóvenes. No puede hablar de gobernabilidad cuando envían a sus provocadores y policías a reprimir al pueblo. Y eso debemos cambiarlo”.