FARC y pueblos indígenas: “Dos proyectos contrapuestos que no pueden convivir”
Servindi, 14 de diciembre, 2014.- El proyecto de los pueblos indígenas y el de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) “son dos proyectos contrapuestos” que están enfrentados y definitivamente “no pueden convivir” sostuvo el antropólogo Efraín Jaramillo en una entrevista efectuada por el periodista y sociólogo Jorge Luis Villa López.
Jaramillo expresó su congratulación porque los indígenas del Cauca “saquen la cara por aquellos pueblos indígenas de Colombia que no tienen la capacidad para oponerse a estos proyectos políticos autoritarios y plagados de arbitrariedades contra las comunidades indígenas”.
Asimismo, deploró la muerte de los dos guardias indígenas “que han ofrendado sus vidas por mantener viva la autonomía de su proyecto organizativo” expresó. A continuación la entrevista:
Colombia: “No hay nada nuevo bajo el sol”(1)
Efraín Jaramillo Jaramillo es antropólogo y director del Colectivo de Trabajo Jenzera. Acompañó durante años los procesos organizativos del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), por los años en que se iniciaron las pugnas de los indígenas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las cuales se refiere en la entrevista. Es un estudioso de la cuestión indígena que ha seguido de cerca el acontecer político de las organizaciones sociales de los pueblos indígenas. Tiene suficientes credenciales para hablar de este y otros temas relacionados con la problemática de los pueblos étnico-territoriales.
- Efraín, ¿cuál es la lectura que haces sobre lo que sucede en el Cauca a raíz de la muerte de dos guardias indígenas a manos de las FARC?
Hace un par de años escribí un texto (2) sobre la necesidad de mantener viva la memoria sobre las luchas que han dado los indígenas. Aún más, decía que esa memoria se constituía en un deber para la sobrevivencia de un pueblo, por aquello de que el olvido es “el triunfo definitivo del enemigo” y “una injusticia absoluta”. (3) Con esto quería decir que había que traer a la memoria que lo que está sucediendo en el Cauca se gestó hace mucho tiempo, y que lo que ahora acontece es la consecuencia de las luchas entre dos proyectos políticos divergentes, el del partido comunista (PC), representado hoy por las FARC y el proyecto político propio de los indígenas que surge en el Cauca en 1971 con la fundación del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), una organización que se nutre de la rebeldía y levantamiento del líder Manuel Quintín Lame dos décadas atrás.
Ese proyecto indígena cobra vigor en febrero de 1985, cuando en el resguardo de Vitoncó, los cabildos indígenas (45 en ese entonces), resuelven unificar sus fuerzas y voluntades para defenderse de todos los intentos de menoscabar su autonomía. Y esa autonomía era vulnerada por las FARC. Son dos proyectos contrapuestos, están enfrentados y definitivamente no pueden convivir. Pero déjeme primero que todo expresar que a los colombianos nos alegra sobremanera y nos enorgullece, que los indígenas del Cauca saquen la cara por aquellos pueblos indígenas de Colombia que no tienen la capacidad para oponerse a estos proyectos políticos autoritarios y plagados de arbitrariedades contra las comunidades indígenas. Y deploramos la muerte de estos dos guardias indígenas que han ofrendado sus vidas por mantener viva la autonomía de su proyecto organizativo.
- Comparto contigo ese orgullo. Pero también en aras de entender lo que pasa en el Cauca me pregunto: ¿Si se trata de dos proyectos diferentes, cómo se entiende entonces que sean indígenas los que mataron a los dos guardias?
Es que el proyecto de las FARC está arraigado en las comunidades con una ideología propia y allí ha ido ampliando su base social. Y esto viene sucediendo, como te decía, desde hace muchos años. Ante el avance que tuvo el proyecto indígena con las exitosas luchas en la recuperación de las tierras y que últimamente se manifestó de forma singular con sus marchas contra el gobierno del presidente Uribe Vélez, decayó el significado que alguna vez tuvo en los indígenas el proyecto “fariano”. Ahora lo que están haciendo las FARC es recuperar el terreno perdido. Y lo hacen con todos los medios que tienen a su alcance. Creando por un lado organizaciones paralelas a los cabildos como el “Movimiento Sin Tierra Nietos de Quintín Lame” y las Asociaciones Indígenas “Lorenzo Ramos” y “Avelino Ul”, que comienzan a ser muy activas en la recuperación de tierras en la zona plana del Norte del Cauca y en el proyecto de Liberación de la Madre Tierra. Pero también utilizando la fuerza para someter a los inconformes. Bueno, ya se conoce de sobra lo que significa la combinación de todos las formas de lucha para derrotar al enemigo. En esto no hay nada nuevo bajo el sol.
– Pero por favor los indígenas no son el enemigo…
Así es… además que matar indígenas no tiene ningún costo para el Estado… Pero déjame decirte algo. Antes los enfrentamientos entre estos dos proyectos eran más cruentos. Después de muchos choques entre el Movimiento Armado Quintín Lame y las FARC en los años 80, que causaron más de un centenar de muertos (muchos de ellos comuneros “ajusticiados” por oponerse al reclutamiento o simpatizar con el Quintín Lame), se llegó a un acuerdo de no agresión. Desafortunadamente ese acuerdo duerme el sueño de los justos, pues fueron suscritos por Jacobo Arenas, Manuel Marulanda y Alfonso Cano, que ya no viven.
- ¿De haberse mantenido los acuerdos, hubiera habido convivencia entre estos dos proyectos?
La percepción que tengo es que son dos proyectos que se excluyen mutuamente. Y así se hubieran mantenido los acuerdos, las FARC no iban a abandonar el territorio indígena y tampoco iban a cambiar su talante autoritario en el ejercicio del poder, pues ellas no comparten una idea de democracia más acorde con los nuevos tiempos que vivimos, donde la entendemos como el espacio polémico de la política, donde se ejerce la libertad de la palabra y de la opinión, sobre todo algo que tiene amplia aceptación, y es que las comunidades indígenas tienen un derecho intrínseco de naturaleza histórica para decidir autónomamente las formas de organizarse. Solo mentes autoritarias e ideologizadas consideran estas expresiones de autonomía y soberanía popular como intentos de dividir a los pueblos.
Pero lo que más indigna a los pueblos indígenas es que se siga reclutando contra su voluntad a jóvenes indígenas para participar de otros proyectos que no son los suyos. Y ese es el drama que están viviendo los indígenas internamente: indígenas con bastones de mando ejerciendo la autoridad que le dan los cabildos, enfrentando a indígenas con armamento moderno, que obedecen órdenes de un proyecto político que es ajeno a sus pueblos y que es ejercido en tierra ajena, a lo cual los indígenas caucanos han respondido con vehemencia. Recuerde usted que estos mismos bastones de mando también se levantaron hace un par de años contra la base militar que levantó el ejército en territorio indígena. En cuanto a los enfrentamientos con las FARC, estos dos guardias son los últimos de una larga lista de líderes indígenas asesinados por oponerse a que los comuneros de los resguardos participen de este proyecto militar de las FARC.
– ¿Puedes dar algunos nombres?
Dos en especial porque fueron mis amigos y los aprecié mucho: Cristóbal Secue, uno de los líderes históricos más importantes que ha tenido el movimiento indígena caucano. Y el comunicador de la ACIN, Rodolfo Maya Aricape, al cual le hemos agradecido su participación en los encuentros interétnicos, que para la época se realizaban en López Adentro, su resguardo.
- Efraín, cambiando de tema, hace un poco más de dos años en una entrevista que diste para el periódico ‘Desde Abajo’, afirmabas que: “…en la historia real, la modernidad capitalista les ha jugado una mala pasada a las organizaciones indígenas con una nueva dirigencia, la cual al moverse en ambientes genéricos, lejos de sus pueblos, terminan borrando de sus mentes la dimensión real de sus comunidades y alejándose espiritualmente de ellas. Esto conduce a que entiendan cada vez menos los problemas de sus pueblos y no le presten atención a sus apremios más inmediatos…”. ¿Ha cambiado algo de esto?, o, dicho de otra manera, ¿es el liderazgo actual más idóneo para hacerle frente a los problemas que tienen sus pueblos?
La historia nos ha enseñado que un buen líder es aquel que se adelanta a su tiempo, que asume grandes retos y tiene grandes expectativas para sus pueblos. Tiene sobre todo la capacidad para guiar con competencia a su gente y ayudarla a superar situaciones en momentos difíciles. Si esto es cierto y la historia no nos ha engañado, entonces se puede decir que con excepción de las acciones de los indígenas del Cauca, que rechazan con firmeza los intentos de vulnerar su autonomía, todo continua igual, no hay entonces nada nuevo bajo el sol.
- ¿Qué tan difícil es el momento actual para los pueblos indígenas que el liderazgo actual no esté respondiendo como es debido?
Hace poco estuve en el Vichada recogiendo para COHDES y OXFAM información sobre el despojo de tierras que sufren los pueblos indígenas de la región por antiguos y nuevos finqueros, entre ellos testaferros de empresas agroindustriales. Fue deplorable escuchar a líderes sikuani como Hernando Sánchez, Juan Mendoza y Manuel Yabarán, que conocí hace 25 años, hablar de la debilidad que tienen actualmente sus organizaciones para defender los derechos frente a aquellos intereses económicos de actores externos que vienen por sus territorios y recursos. Peor aún, que sus organizaciones no pueden mantenerse al margen de procesos económicos y políticos que coartan sus decisiones, principalmente las que tienen que ver con la posesión, uso, manejo y control de sus territorios y bienes ambientales.
- Pero esto es entendible, pues en las actuales circunstancias de violencia, muchas organizaciones son arrolladas por actores armados que han sido la cabeza de playa para allanarle el camino a los megaproyectos agroindustriales y minero-energéticos…
Si, eso es cierto. Pero uno espera siempre, como ha sucedido muchas veces en la historia, que es precisamente en los tiempos difíciles cuando surgen los líderes genuinos, imaginativos pero a la vez pragmáticos, perseverantes y responsables; que son sensatos pero también intrépidos, cuando se trata de aprovechar momentos propicios para avanzar en las reivindicaciones de sus pueblos. Pero no, lo que uno encuentra a menudo es un liderazgo desbordado por apetitos individuales o que ha sido cooptado por intereses económicos que vulneran los derechos de sus comunidades. Lo paradójico es que ese liderazgo critica al capitalismo y adorna sus discursos con el paradigma del Sumak Kawsay o ‘buen vivir’.
- ¿Qué otra debilidad o situación difícil viven en este momento las organizaciones indígenas?
Creo que una señal de debilitamiento de las organizaciones indígenas es el crecimiento inusitado de los grupos cristianos y sectas religiosas en sus territorios. Esa ha sido una fuente del conservadurismo que impide la renovación de los liderazgos y ha desviado la atención de los reales problemas de las comunidades. Esos grupos tienen una visión diferente sobre lo que es la autonomía organizativa y el significado del territorio para la vida de un pueblo indígena; por lo general repudian aspectos culturales propios y son remisos a aceptar los mandatos de las organizaciones de una educación propia. No es gratuito que la disidencia indígena surgida en el Cauca, tenga que ver con estas organizaciones religiosas y menos infundado que el gobierno de Uribe Vélez haya apoyado la creación de la organización disidente, Organización de los Pueblos Indígenas del Cauca (OPIC).
Al respecto le cuento algo anecdótico. Hace un par de meses se celebró en el municipio de Planadas, concretamente en el corregimiento de Gaitania, los veinticinco años del acuerdo entre los indígenas y las FARC, que puso fin a las hostilidades armadas que habían causado numerosas víctimas, un acuerdo que se mantenía vigente. Pues bien, las autoridades indígenas celebraron este acontecimiento con actos litúrgicos propios de los evangélicos y mencionaron lo valioso que había sido este acuerdo para la paz y prosperidad de la región; no obstante el encuentro fue utilizado para concentrar todas las comunidades cristianas de la región, para seguir impulsando su proyecto religioso, pasando a segundo plano la importancia de la conmemoración del acuerdo. Se había perdido la memoria, y el gobernador indígena anfitrión, un pastor evangélico no supo darles a los periodistas una razón plausible de la importancia del acontecimiento que estaban celebrando, pues cobraba gran importancia ahora que se desarrollan las conversaciones de paz en la Habana. Lo preocupante es que estas sectas han venido adquiriendo mucho poder en algunos resguardos; desafortunadamente esa fortaleza se nutre de la ausencia de un verdadero liderazgo, pero también del deficiente manejo que le dan a los recursos que reciben del Estado.
- Precisamente la líder de la OPIC, Ana Cilia Secue, se quejaba de eso, pero afirmaba además que han hecho “rancho aparte” también por las imposiciones del CRIC, que los conmina a marchar contra el Estado…, o sea que practican el mismo estilo autoritario que le critican a las FARC.
Puede haber algo de eso y como en todos los movimientos populares ha habido momentos de sectarismo a su interior. Pero no creo que en este caso sea esa la razón para la disidencia. Hay seguramente más intereses detrás de esto, pues estas iglesias tienen también su proyecto. Como tampoco creo que esa hubiera sido la razón para que salieran a la luz pública los antes mencionados “Movimiento Sin Tierra Nietos de Quintín Lame” y las Asociaciones Indígenas “Lorenzo Ramos” y “Avelino Ul”, que reivindican nombres de líderes históricos de las luchas indígenas.
- Una última cuestión, ¿será que en los nuevos decretos autonómicos para los pueblos indígenas estará la solución para que muchos pueblos indígenas se sacudan de la tutela de los alcaldes en el manejo y administración de los recursos propios del Sistema General de Participación?
El presidente Juan Manuel Santos, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo y líderes indígenas durante la firma del decreto autonómico para los pueblos indígenas. Foto: Felipe Ariza
Seguramente que a muchos alcaldes se les acabará esa “caja menor”, pero no estoy seguro que eso va a ser la solución. Ese “mayor reconocimiento” del Estado hacia sus pueblos indígenas que según el ministros del Interior los colocará en la senda del progreso, puede también ser un medio para desestructurar más sus organizaciones. Permítame dudar del espíritu altruista que origina esa ley, pues ya que si manejan sin ninguna participación del Estado los recursos de salud y educación, el Estado se libra de sus obligaciones para con sus pueblos indígenas y de ahí en adelante serán las autoridades indígenas las directamente responsables de lo que suceda en sus comunidades, y en organizaciones débiles puede ser una nueva fuente de conflictos y tensiones. Los líderes indígenas están felices con el decreto y manifiestan que le están dando un giro radical a las relaciones de subordinación que han tenido con el Estado, lo que les permitiría el tránsito hacia la plena autonomía. Pero bueno yo no soy nadie para opinar sobre eso. Por el momento celebremos con los indígenas estos logros. El tiempo nos ilustrará y como dice el dicho, el que festeja de último disfruta más de la fiesta. Ojalá sean los indígenas los últimos en festejar.
– Celebraría que pronto hubieran cosas nuevas bajo el sol. Gracias por esta entrevista.
Notas:
(1) La expresión ‘no hay nada nuevo bajo el sol’ (Nihil novum sub sole) es del Eclesiastés. Se usa para denotar que no hay aspectos novedosos en algo; o sea: “Todo sigue igual.” El título de la entrevista y las notas al pie son mías (JLVL).
(2) El texto en mención se titula: “El Cauca y el resarcimiento de la memoria” http://servindi.org/actualidad/68957
(3) Consideraciones del rumano Elie Wiesel, que como niño judío vivió los horrores del exterminio Nazi en ‘Buchenwald’ (ver: El Cauca y el resarcimiento…).